Y el joven Rey, antes
de partir, depositó su corona en una roca, y su corona se fundió con la
madre tierra y se elevaron cinco montañas, las montañas que representan las
cualidades que el hombre necesita para poder salir del mundo de la ilusión y
entrar en el mundo de la verdad.
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NOVIEMBRE 2003
LA CORONA DEL REY
POR ELENA G. GOMEZ
H ace tiempo comprendí que la verdad
estaba oculta en el interior de las cosas más sencillas, depositada en
pequeñas semillas, y que uno sólo tenía que recogerlas y hacerlas crecer en
su interior.
Un día, en uno de mis viajes, llegué a una tribu que se hacía llamar La
Tribu de la Montaña. Ellos me contaron una historia que cambió para siempre
mi vida.
Su leyenda dice así...
"Hace mucho tiempo existió en este planeta una tribu distinta a las demás.
Su Rey era un joven inquieto, soñador, aventurero que amaba mucho a su gente
y que buscaba siempre lo mejor para ellos. El les enseñó una forma de vida
distinta, una vida basada en el respeto, en el amor y en la mente. Les
enseñó a utilizar la mente y con ella a aprender a volar, a moverse por el
espacio y sobre todo a soñar. Porque él, que era un soñador, sabía que la
única manera de que fueran libres era que aprendieran a soñar.
Y llegó un día en que la tribu estuvo preparada para dar un salto a otra
dimensión, y para ello tenía que ir a otro lugar, a una tierra nueva con un
nuevo cielo que les permitiera vivir y aprender más.
Y el joven Rey, antes de partir, depositó su corona en una roca, y su corona
se fundió con la madre tierra y se elevaron cinco montañas, las montañas que
representan las cualidades que el hombre necesita para poder salir del mundo
de la ilusión y entrar en el mundo de la verdad.
Y la primera de las montañas fue llamada la Montaña Sagrada de la Fuerza, y
quien la asciende aprende que la Fuerza tiene que estar presente en cada
paso de su vida.
Descubre que la Fuerza no admite la limitación, por eso, pase lo que pase, y
vengan las dificultades de donde vengan, quien quiere poseer la Fuerza tiene
que permanecer con el objetivo fijo en la mente.
Y en la Fuerza está el tesón, la firme voluntad de la superación personal,
el reto y la conquista de uno mismo.
Y la segunda montaña fue llamada la Montaña Sagrada de la Aventura. Y en
ella vive el espíritu siempre joven del Rey.
Porque en la Aventura está el Valor y la necesidad de descubrir nuevos
espacios, espacios que están dentro y fuera de cada uno.
Y en la aventura está el riesgo, lo desconocido, y lo que hace a las
personas jóvenes eternos.
La tercera de las montañas fue la Montaña Sagrada de la Decisión, la que
marca el principio de un nuevo tiempo para aquel que es consciente de que su
vida está condicionada por sus decisiones.
Y decidir significa también asumir la Soledad, Soledad de quien sabe que sus
pensamientos y sus actos sólo dependen de sí mismo.
Y cuando se sube la Montaña Sagrada de la Decisión se descubre el verdadero
significado del Sacrificio, un Sacrificio que no tiene nada que ver con lo
que las religiones enseñan, un Sacrificio que no significa dejar nada sino
coger más.
Y cuando se llega a la cumbre de la Montaña Sagrada de la Decisión, se ve la
cumbre de la cuarta montaña, la Montaña Sagrada de la Alegría. Y cuando la
asciendes comprendes que empieza a nacer dentro de ti algo distinto, y la
alegría se hace tu compañera, y sientes que eres como un niño que necesita
aprender todo de nuevo porque las cosas ya no son como las entendías.
Y sientes dentro de ti la necesidad de que todo se vuelva más sencillo, más
puro, más auténtico. Necesitas aligerar la carga y poseer sólo aquello que
realmente necesitas para recorrer la aventura que es vivir cada día.
Y después de recorrer las cuatro montañas se ve claro el objetivo, sabes
realmente la razón de tu existencia y ya sólo deseas llegar a la quinta
montaña, la Montaña Sagrada de la Victoria. Donde se cierra un círculo de tu
vida y se abre una puerta que te conecta con otra dimensión. Una dimensión
que siempre estuvo rodeándote aunque tú no fueses consciente de ella. Una
dimensión en la que ya no estás solo porque comprendes que dentro y fuera de
ti hay vidas, hay seres que te acompañan, que escuchan tus pensamientos, que
desean hacer realidad tus sueños.
Y en esa dimensión nos aguarda el Rey, el joven Rey, que quiere hacernos
partícipes de sus sueños, de sus aventuras, de su Mundo Real".
Cuando terminó de contarme la leyenda le pregunté si esas montañas existían
físicamente, él me dijo que sí, que estaban en un lugar Sagrado y que sólo
lo podía ver quien salía a otra dimensión, pero que también estaban dentro
de cada uno, esperando que cada uno deseara realmente ascenderlas.
Esa es la razón por la que los hombres suben las montañas, porque en el
fondo de su corazón están escuchando su voz, porque en su interior desean
unirse a la Sagrada Tribu y salir a otra dimensión. ∆ |