MAYO 2003
Y AHORA SIRIA, LUEGO...
Los únicos terroristas que preocupan a Bush
son los que se esconden en el territorio que ellos aspiran a
dominar.
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Quién le va a poner el cascabel al
gato? ¿Quién va a detener a Bush? El nuevo orden mundial soñado por
Bush padre está en marcha. Bush hijo, el instrumento de Bush padre y
su círculo de depredadores, lo ha dejado claro después de invadir a
Irak, instalación de cuatro bases militares permanentes en Irak,
amenazas a Siria y, tal vez lo más importante, rodear a Irán, con
Afganistán por otro lado y Kuwait por el sur.
EE.UU. ha tomado posiciones en Oriente Medio. Y si muchos se
preguntaban durante años el porqué del apoyo incondicional a Israel, a
pesar de sus desmanes, ahora ya se tiene claro, es su fuerza reserva
en la zona, su aliado fiel que sólo intervendrá de forma definitiva
cuando las circunstancias así lo requieran. De momento, Israel se
dedica a amenazar a los vecinos, a crear y mantener un permanente
estado de preguerra, a fabricar disculpas y razones para que los
EE.UU. exijan a los vecinos no apoyar el terrorismo, aunque éste más
que terrorismo sea una defensa desesperada contra el salvajismo
sionista.
Los enemigos de Israel son obligados a esconderse y actuar desde los
países vecinos. Eso ofrece una disculpa a EE.UU. una vez que Bush
declaró cuando el 11-S que perseguiría por todo el mundo a los
terroristas y que iría contra los países que los albergaban.
Pero, curiosamente, las únicas razones que parecen tener peso son las
que ocurren en Oriente Próximo. Los únicos terroristas que preocupan a
Bush son los que se esconden en el territorio que ellos aspiran a
dominar.
Y entre los primeros obstáculos de la lista están Siria e Irán. De
momento todo se reduce a veladas amenazas. Pero no nos extrañaría nada
que un día de estos hubiera un atentado terrorista en los mismos
EE.UU, o en Israel, de dimensiones espectaculares, que ofreciera la
disculpa suficiente para acusar a algunos de estos países de
provocarlo, o de proteger a los que lo hicieron, y preparar a
continuación la consiguiente invasión.
Además, es significativo que vuelva a suceder en Irak lo que sucedió
en Afganistán, o sea, la disculpa de la invasión era capturar a Ben
Laden, primero, y a Saddam después. Pues bien, tanto el uno como el
otro no son ahora objetivos prioritarios para Bush, porque los
territorios donde se encontraban ya son feudos de los EE.UU.
Y cabe pensar que tan disculpa fue acusar a Ben Laden de lo del 11-S
como lo es ahora acusar a Saddam de poseer armas de destrucción
masiva.
Mentiras y disculpas para justificar la apropiación de unos
territorios desde los cuales se pretende sentar las bases del dominio
del planeta. Es decir, establecer un nuevo orden mundial por la
fuerza, pisoteando los derechos y la dignidad de los pueblos,
amenazando a todos, enseñando los dientes y las garras para que nadie
ose levantarse.
Por todo ello, la guerra no sólo no acabó, sino que tan sólo comenzó.
Y conste que también lo dijo Bush cuando ya todo el mundo celebraba el
final de esta invasión a Irak.
En realidad, la guerra, esta guerra diferente, empezó con la invasión
de Afganistán, se tomó un respiro, continuó con la invasión a Irak, se
toma un respiro y seguirá con la siguiente en la lista.
Pero conste que la siguiente ya está pensada y diseñada.
Mientras, el resto del mundo observa y emite algunas quejas, los
gobiernos esperan y buscan su tajada en todo ello.
Pero llegará un momento en que esa ambigua y egoísta actitud tampoco
bastará, porque a medida que el poder de los EE.UU. siga creciendo,
muchos empezarán a pensar que pueden ser los siguientes en la lista.
¿Qué harán entonces? ¿Quién detendrá a Bush? La respuesta en el
tiempo. / MC
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