l doctor Juan
Antonio Fernández López, nos ayuda a profundizar en este tema:
-¿Qué es el estrés?
-Para empezar, es necesario aclarar que no todas las situaciones
estresantes nocivas equivalen a lo que comúnmente se entiende por
estrés; esto es: ajetreo, prisas, exceso de trabajo. El estrés es la
reacción ante una situación que supone un reto o una amenaza. Cada
persona hace una evaluación del reto y sopesa la posibilidad de superar
la prueba valiéndose de sus propios recursos.
Otro malentendido es pensar que no se puede definir el estrés de manera
general pues cada persona reacciona en cada caso de manera diferente. En
otras palabras, que el estrés significa algo distinto para cada persona.
Si esto fuera así, el tema no podría ser asunto de análisis científico.
-¿Es siempre negativo para la salud?
-No, no es siempre algo negativo, como a veces se piensa. El
estrés aparece cuando hay discrepancia entre lo que se exige y lo que se
puede conseguir. Algunas reacciones estresantes no son dañinas, sino
todo lo contrario, pues si se superan son consideradas como algo
positivo. Sin embargo no siempre sucede así. El individuo a veces se
enfrenta, en el trabajo, a retos que debe superar y que vive como una
amenaza que puede incluso sobrepasar las propias fuerzas personales.
Ante esa situación el individuo opone una reacción que tiene un
componente nervioso, o puede tener también un componente emotivo. Detrás
de esa acción-reacción hay un componente que define la capacidad
individual de superación del estrés, es lo que se conoce como coping y
tiene que ver con el potencial energético íntimo de que dispone cada
persona para superar tales retos. A veces el estrés está sometiendo a la
persona a un agotamiento de todos sus recursos íntimos, hasta el punto
de que no tiene la seguridad de que los vaya a superar. Esa sensación de
incertidumbre es la que puede llegar a agotar las reservas psicológicas
y originar las enfermedades por fracasos del equilibrio interno, tanto
del equilibrio psicológico como del equilibrio físico.
-¿Cuáles son los principales factores de presión dentro
del trabajo?
-La vida laboral activa de las personas es mucho más importante
para la salud de lo que se considera habitualmente. De hecho, las
enfermedades profesionales o los trastornos que habitualmente se
relacionan con el trabajo representan sólo una parte mínima de las
enfermedades que en realidad están influidas o motivadas por el trabajo.
Investigaciones recientes subrayan la importancia que tienen para la
salud determinadas condiciones laborales y el estrés relacionado con
ellas.
De manera general, los factores en el trabajo que se han identificado
como más dañinos para la salud serían el trabajar sometido a premuras de
tiempo, la inestabilidad en el trabajo -una característica de la
globalización-, así como la movilidad forzosa o las desigualdades
salariales. Quien carece de alternativas laborales o quien padece una
situación laboral desfavorable durante un determinado período de tiempo
por razones estratégicas, está expuesto a elevados niveles de estrés,
que afectan, especialmente, a las personas con una determinada
disposición al desgaste o agotamiento en el trabajo.
Actualmente la configuración de las empresas, la reducción de
personal, los modelos de contratación están originando cambios muy
importantes en el mundo del trabajo y generando situaciones cada
vez más estresantes dentro del mundo globalizado. |
-¿Por qué es importante relacionar el estrés con la
aparición de determinadas enfermedades?
-Ahora mismo ya existen pruebas científicas que demuestran que
bajo determinadas condiciones laborales, y según la manera que tenga
cada individuo de responder ante esas experiencias, pueden desarrollarse
numerosas enfermedades, sobre todo cardiovasculares.
Es un tema que gana importancia día a día para la medicina preventiva,
ya que se calcula que aproximadamente un 25% de las enfermedades
pudieran estar relacionadas con el estrés, y que el gasto sanitario
relacionado con enfermedades derivadas del estrés, alcanzaría en toda la
Comunidad Europea los 20 mil millones de euros al año.
-¿Es un problema que va a más?
-Sí, es un problema que va a más. El 30% de los trabajadores
están sometidos a algún grado de estrés que además se ha identificado
como un factor de riesgo para las enfermedades coronarias tan importante
como el tabaco o la hipertensión. Se ha demostrado que casi un 15% de
los infartos podrían ser evitados si se elimina el estrés laboral. Para
la medicina preventiva este dato tiene cada vez más interés, dada la
incidencia de las enfermedades cardiovasculares.
-¿Cómo medir el estrés?
-El estrés es un concepto teórico y había que buscar la manera
de medirlo de forma objetiva. Dos grandes movimientos de investigación,
uno americano y otro alemán, trabajan activamente en ello. El grupo
americano de Karasek et al., trabajó sobre el supuesto de que el
individuo estaba sometido en el medio laboral a una presión de esfuerzo
físico-psíquico ante la cual tiene que responder y empezó por estudiar
el contexto laboral de los trabajadores. Así, pudo demostrar que los
trabajadores que tenían grandes demandas y un bajo control sobre el
trabajo que realizaban sufrían más enfermedades; entonces se decía que
tenían un estrés más fuerte. Este es un modelo que estudia esencialmente
el contexto laboral del trabajador.
El modelo alemán, que es posterior, intenta estudiar no sólo el contexto
laboral sino también la repercusión subjetiva que el trabajador opone a
esa situación; esto es, cuáles son los mecanismos íntimos de cauce y
superación del problema. Este modelo alemán desarrollado por Siegrist et
al., es teóricamente superior y añade a la dimensión contextual la
percepción personal individualizada.
Tanto con un modelo como con el otro se ha podido demostrar que los
trabajadores sometidos a estrés alto, evaluado mediante estos dos
modelos, sufrían dos veces más enfermedades cardiovasculares que los
trabajadores con poco o ningún estrés.
Siguiendo esta investigación se pudieron hacer estudios de seguimiento a
largo plazo y demostrar, partiendo de condiciones idénticas, que al cabo
de un tiempo los trabajadores muy estresados sufrían enfermedades que no
tenían los que no estaban sometidos al estrés. De este modo, ambos
modelos ayudan a orientar las tareas laborales en las empresas y el
papel del trabajador de manera más sana.
-El estrés en la vida de una persona ¿en qué se traduce?
¿Qué indicios hacen ver que hay que bajar el ritmo?
-Especialmente en las manifestaciones del sistema nervioso: la
excitación, el cansancio, el nerviosismo, las alteraciones del sueño,
las alteraciones sexuales y las ideas obsesivas. Son personas que se
despiertan con los problemas del trabajo en la cabeza, que se preocupan
excesivamente si dejan algo por hacer en el día, etc. También provoca
problemas digestivos como úlceras, colon irritable, trastornos en el
tránsito intestinal, dolores de espalda, de cabeza, hipertensión,
elevación del colesterol, etc. Y todo esto descartando los factores
causales conocidos hasta ahora.
Como se ha dicho, se ha probado que los trabajadores sometidos a cargas
de estrés laboral elevadas tienen más enfermedades que aquellos que no
lo están. El estrés laboral crónico es causa de una amplia variedad de
enfermedades: musculoesqueléticas, mentales, digestivas,
cardiovasculares. Quienes llevan una vida más sana y son capaces de
relativizar mejor el peso del trabajo en la vida real tienen mejor
pronóstico para este tipo de enfermedades.
-Finalmente, un consejo para una vida más saludable.
-Una alimentación más natural, una vida con ejercicio físico y
una forma de trabajar contemplada dentro de lo que es el contexto global
de la vida; esto es, no hacer del trabajo una cuestión principal, y por
último una experiencia laboral más acorde con la formación de cada uno.
Tendemos a sobrevalorar la importancia de un sistema sanitario
eficiente, cuando aspectos como la calidad de vida o del trabajo
importan más. Actualmente la configuración de las empresas, la reducción
de personal, los modelos de contratación están originando cambios muy
importantes en el mundo del trabajo y generando situaciones cada vez más
estresantes dentro del mundo globalizado.
De cualquier manera lo mejor que uno puede hacer es no llevar el asunto
a una fuerte implicación personal, porque la implicación excesiva en el
trabajo conlleva un agotamiento de los recursos íntimos, en vez de
conservar ese fondo de potencial energético íntegro que mantendrá el
sistema psicológico e incluso inmunológico intacto./ C.F.