a gestión política del Gobierno de Aznar
y la del Partido Popular están en entredicho. Lo demuestran las
multitudinarias protestas en la calle que ha habido los últimos meses. A
pesar de todo ello el gobierno persiste en imponer su criterio apelando al
"sentido de responsabilidad". De todo ello nos habla el abogado y Secretario
Federal para Ciudades y Política Municipal del PSOE, Alvaro Cuesta.
-Parece que el PP está nervioso con todo lo que se le está viniendo
encima. ¿Qué ambiente se respira en realidad?
-Está en un auténtico declive, pero lo más grave es su ánimo de
confrontación con todo. Estamos ante un Gobierno que se ha enfrentado con
los estudiantes, con la comunidad docente universitaria, con los rectores,
con los enseñantes de las escuelas, con los padres de familia e incluso
contra los cooperantes en la catástrofe del Prestige. Se ha enfrentado con
los profesionales de los medios de comunicación. Se ha enfrentado a todos
los trabajadores, a los campesinos; acordémonos del decretazo, que han
tenido que rectificar. Estamos ante un Gobierno que está contra toda la
juventud y contra todos los ciudadanos y ciudadanas por su posición frente a
un tema como el de Irak y el seguidismo que está haciendo a Bush. Y no
olvidemos su actitud de enfrentamiento total contra el colectivo de los
actores y del mundo de la cultura. Es un Gobierno que prefiere estar al lado
de Bush y no al lado de los españoles. Además, está imbuido de una gran
dosis de agresividad, al calificar a todos los sectores sociales que
critican sus políticas, de perros que ladran su resentimiento por las
esquinas. Con ello demuestra un absoluto desprecio y un talante claramente
autoritario, antisocial y antiguo.
-Galicia ha sido un feudo tradicional del PP; ¿crees que su popularidad
está dañada por su gestión en el tema del Prestige?
-Está cayendo en picado. Lo grave de Galicia ha sido el abandono que han
sentido los ciudadanos y ciudadanas ante una catástrofe. Lo del Prestige no
sólo es un ejemplo de ineficacia en la gestión de errores, sino es un
desprecio por lo público. Son las consecuencias de una política neoliberal
absolutamente enemiga de la idea del servicio público. Como consecuencia,
pierden los ciudadanos. Esa manera de hacer política ha convertido la
necesidad en oportunidad de negocio privado. El adelgazamiento y la
desinversión en los servicios públicos más elementales ha generado ese clima
de desprotección. Un gobierno que no apuesta por mejorar los servicios
públicos, que prefiere favorecer la seguridad privada en vez de la pública,
genera el caos que se ha vivido en Galicia. Lo más grave no es sólo la
ineficacia y el caos, es que no ha habido la más mínima reacción política,
no ha habido coordinación entre las administraciones, ha dejado a las
comunidades autónomas y a los ayuntamientos a la deriva. Hoy todavía sigue
sin existir una adecuada coordinación.
-¿Piensas que el conflicto entre Irak y EE.UU. ha dejado claro cuál es el
auténtico talante del PP?
-El PP tan pronto obtuvo la mayoría absoluta se quitó la máscara y
retornó a la intransigencia. Hoy el PP encarna el cainismo más tradicional y
el resentimiento social más intenso que siempre caracterizó a la derecha
franquista española.
Quiero dejar una cosa bien clara. Es verdad que la catástrofe del 11-S de
2001 generó un clima espectacular de inseguridad, de lucha contra el
terrorismo internacional. Es verdad que generó una nueva mentalidad, pero la
lucha contra el terror no puede ser a costa de la libertad. El aire
autoritario y el afán belicista ya estaba en el germen de Bush antes del
11-S. Para entendernos, la primera vez que Bush se dirige a Occidente recién
elegido presidente, defiende la idea de gastar más en armamento, de un
rearme de la OTAN. Literalmente dice: "...tenemos que conseguir ejércitos
móviles más mortíferos". A mí esto es lo que realmente me preocupa. No sólo
estamos ante un fenómeno de reacción a una inseguridad, sino que estamos
ante un rebrote del autoritarismo en la política, y ese autoritarismo en la
política es Bush y es Aznar.
-A pesar de las manifestaciones multitudinarias contra la guerra el
Gobierno de Aznar parece empeñado en seguir con su apoyo a los planes
bélicos de Bush. ¿Qué se puede hacer contra esto?
-Es muy importante la presión de toda la ciudadanía ante los
gobiernos. No estamos defendiendo a Sadam Husein ni a Irak, estamos al lado
de los ciudadanos y de la paz. Cuando se incumplen resoluciones
internacionales de NU, la reacción no es bombardear al país incumplidor,
porque entonces tendríamos medio planeta en guerra y en llamas. La reacción
tendría que ser establecer todo tipo de presiones para que se cumplan estas
resoluciones. La lección nos la están dando Francia y Alemania, buscando
alternativas y haciendo un esfuerzo de imaginación. La paz requiere
imaginación, quien no tiene imaginación es porque entiende la política
internacional como un mundo de gendarmes; ese es el problema de Aznar. El,
como exponente del pensamiento más autoritario, tiene una concepción
política absolutamente servil. Lo más grave es que se han sacrificado
veinticinco años de democracia. España que ha sido un modelo de política
internacional, un país con crédito en la búsqueda de la paz, con crédito
como interlocutor y como mediador. En estos momentos se ha quebrado esa
línea de la política internacional española de veinticinco años, por lo peor
de la política internacional del franquismo. Acordémonos que España en los
últimos años del franquismo tuvo el apoyo gracias al servilismo de la
dictadura de Franco a EE.UU. Ese es el modelo que está aplicando el gobierno
del Partido Popular.
-¿Qué factura electoral le va a pasar el pueblo al PP?
-Las encuestas ponen en estos momentos de manifiesto que la gestión del
Gobierno es rechazada en todos los sectores de la sociedad. Cuando una
sociedad sale a la calle a movilizarse, con las inmensas movilizaciones del
20-J, tras el decretazo; con las movilizaciones en contra de las reformas
educativas, y sobre todo las inmensas movilizaciones en defensa de la paz,
lo que se está demostrando es que España necesita un nuevo cambio y éste se
va a reflejar en la primera cita electoral del día 25 de mayo en las
elecciones municipales y autonómicas. Estamos con un Gobierno que ve en las
ciudadanas y en los ciudadanos su propio adversario. ∆