Nos anuncian que la guerra de Irak ha terminado. Llega
el momento del reparto del botín. ¿Qué beneficio saca el Gobierno español
de todo esto? ¿Qué hay detrás de esta guerra "infinita" contra el
terrorismo? Con precisión, tono reflexivo y muy crítico, el profesor de
Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid Carlos Taibo,
habla sobre éstos y otros interrogantes.
"El complejo de inferioridad
atávico que muestra el presidente del Gobierno encuentra cierta
contraprestación simbólica, rodeándose de los grandes del planeta"
"Los EEUU tendrían que hacer un
balance de lo ocurrido después de la guerra: lo que ha pasado con NU; la
oposición de Francia, Alemania, Rusia y China y la situación del Irak
posbélico. A lo mejor el balance general no es tan halagüeño"
"El presidente Aznar es un
político enquistado en sus posiciones y muy poco reflexivo. Se considera
portador de una visión ideológica que desde su punto de vista, no merece
ser discutida"
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Texto: Mariló Hidalgo / Fotos: NAN
H asta hace poco a Carlos Taibo sólo le
conocía por sus libros, comentarios y artículos. Desde que estalló la guerra, su
rostro también empezó a aparecer en las tertulias de aquellas cadenas de
televisión que buscaban dar otra visión de todo cuanto estaba aconteciendo. De
su mano hemos dado un repaso a varios temas de actualidad nacional e
internacional.
-Batasuna ha sido incluida en la lista de grupos terroristas de EEUU y el
presidente Aznar ha comentado que "ahora se saben para qué sirven algunos
apoyos". ¿Qué lectura haces de este hecho?
-Es una declaración lamentable. Si para que EEUU coloque a Batasuna en una
lista de ilegales que colaboran con el terrorismo era preciso respaldar una
acción militar en Irak, esto quiere decir que el compromiso de los EEUU con lo
que el Gobierno español entiende que es la lucha contra el terrorismo, es
instrumental e interesado. La otra dimensión es esta machacona idea que maneja
el Gobierno español de que éste es el principal problema que nos acosa, lo cual
dibuja una visión muy mezquina del mundo contemporáneo donde todo se reduce a
una palabra mágica, terrorismo, que justifica todos los comportamientos.
-¿Cómo se puede explicar esa política de doble rasero que está llevando a
cabo el Gobierno, donde por un lado condena el terrorismo y por otro, mantiene
sólidas relaciones con países como Rusia o Turquía que están masacrando a
chechenos o kurdos, respectivamente?.
-En efecto, esto existe y tiene mucho que ver con la definición del concepto
de terrorismo. En noviembre de 2001 los EEUU elaboraron un memorándum en el que
recogían un conjunto de recomendaciones que trasladaban a la UE, y una de ellas
muy curiosa señalaba que la UE debía hacer todo lo posible para evitar que en NU
hubiese una discusión relativa al concepto de terrorismo. Más que nada porque en
caso de verificarse esa discusión se haría evidente que hay visiones muy
diferentes sobre lo que es terrorismo o no, y además se verían obligados a
calificar lo que Rusia hace en Chechenia y lo que Turquía hace en el Kurdistán...
Pero además el doble rasero se refleja de muchas maneras y me gustaría que no se
nos escapase una que es la razón fundamental que nos ha conducido a la
ilegalización de Batasuna, y es el hecho de que sus dirigentes no condenaban el
terrorismo. La fórmula verbal a la que recurría el Sr. Otegui era que "lamentaba
los atentados terroristas", que es curiosa y literalmente la fórmula a la que ha
recurrido el Gobierno español cuando ha llegado la hora de encarar los
bombardeos de la población civil en Irak. El Gobierno español no ha condenado
esos bombardeos, sólo se ha limitado a "lamentar". No voy a llevar las cosas tan
lejos como para decir que sería un fundamento de ilegalización del PP, pero creo
que es bueno que pensemos sobre estas cuestiones.
-¿Me podrías hacer un retrato robot del presidente Aznar como político?
-Es un político enquistado en sus posiciones y muy poco reflexivo. Se
considera portador de una visión ideológica y de unas prácticas políticas que,
desde su punto de vista, están marcadas por verdades que no merecen ser
discutidas. Está subido al carro de una vorágine de elementos que son los que
mueven hoy el planeta en un sentido -desde mi punto de vista-, terriblemente
injusto y manifiestamente destructivo. En sus tomas de posición no se revela
ningún mecanismo de duda, y subrayo esto porque es muy raro encontrarse con un
dirigente político en el que no se aprecie algún tipo de cautela. Al margen de
todo ello, pienso que es una figura desprovista de encanto y atractivo, lo cual
cierra ya muchas puertas a la hora de gobernar un país. Éstas y otras cuestiones
inducen a pensar que cuanto antes se marche, mejor.
-Antes de abandonar la presidencia, ha dicho que tiene la intención de
colocar a España en el grupo de los países más poderosos del mundo.
-Claro, él ha pensado que si Italia está ahí por qué no va a estar España
(risas). Hay una frase común de Aznar que me produce indignación. Dice que su
gran proyecto es que España se sume en plenitud al club de los países más ricos.
Creo que esta frase habría que analizarla en término de relaciones personales.
¿Tú qué pensarías si un amigo te dijese que se quiere convertir en uno de los
hombres más ricos del planeta? Dirías, ¡qué imbécil! Creo que deberíamos de
utilizar el mismo código para describir a un presidente que tiene como proyecto
que su país sea de los más ricos. A mí, por ejemplo, me gustaría que España
estuviese a la cabeza de los países más solidarios, o de los intelectualmente
más productivos,... Creo que hay otro sistema de valores que además es
compartido por cualquier persona normal, incluso por gentes de ideología
conservadora. Ahora, querer ser los más ricos, demuestra la ignorancia de este
personaje. No creo que nadie pueda echar mano de una frase de Aznar diciendo
¡qué ingenioso! Creo que es una figura bastante patética.
-Bush prometió una recompensa a todos aquellos países que le diesen su apoyo
antes y después de la contienda. En el caso de España, ¿qué beneficios crees tú
que se derivarán de este apoyo prestado?
-Hay que echar mano de cuatro argumentos para poder explicar la actitud
sumisa de nuestro Gobierno con el presidente Bush. El primero es psicológico.
Creo que el complejo de inferioridad atávico que muestra el presidente del
Gobierno encuentra cierta contraprestación simbólica, rodeándose de los grandes
del planeta. El segundo remite a una sintonía entre proyectos conservadores como
los que se proyectan en España. Sintonía que permite, por ejemplo, convertir al
terrorismo en explicación de todo o que otorga cierta dimensión religiosa
subyacente a determinados comportamientos. El tercero es el hecho de que la
política exterior de los sucesivos gobiernos españoles desde 1982, es una
política de franca sumisión a los EEUU, y esto conviene subrayarlo. Aznar no ha
inventado una política exterior sumisa a EEUU, aunque probablemente ha llevado
esos rasgos al paroxismo. Eso ya empezó con el PSOE. Y el cuarto y último, es la
obtención de algún tipo de contraprestación económica y comercial: inversiones
norteamericanas en España, desarme arancelario en los EEUU, garantías de
preservación del negocio fundamentalmente especulativo de los capitales
españoles invertidos en América Latina, o derechos de prospección de yacimientos
de hidrocarburos en el desierto occidental de Irak para Repsol. Mi intuición es
que el Gobierno de España sale malparado sea cual sea el argumento que
vinculemos con lo comercial o lo económico. Si no ha negociado nada en la
trastienda, por imbécil. Y si lo ha hecho, por profundamente inmoral. Creo que
no hay mucha salida con ello.
-Hablemos del petróleo. EEUU se ha hecho con el control de crudo en la zona:
la segunda reserva energética del planeta. Mientras la atención de los aliados
se centra en el momento del reparto del pastel, comentas en un artículo que los
principales beneficiados serán empresas petrolíferas norteamericanas cuyos
principales accionistas son los propios dirigentes del país.
-Hay algunos analistas que han comentado: "los costes de la intervención
militar norteamericana, de la reconstrucción postbélica en Irak, de la necesidad
de adecentar el sector petrolero irakí, son tan elevados que en ningún momento
se verán compensados por el negocio que ofrece la explotación de un petróleo
barato, como es el irakí". Yo no sé si esto es verdad o no. Supongamos que lo
es. Aún con ello, pienso que el argumento del petróleo sigue siendo muy sólido.
Entiendo que la secuela económica de lo que han hecho en Irak es una
prolongación de su recesión económica y el contribuyente saldrá perdiendo y
acabará pagando más impuestos. Mientras que las grandes empresas del sector
militar, del sector de la construcción civil, y del petróleo, van a ganar. Y
esto es lo que más importa al Gobierno norteamericano. Es una fórmula de libro
que permite privatizar los beneficios mientras que las pérdidas se socializan. Y
en este caso y por añadidura, la condición personal de quienes gobiernan en los
EEUU no es un dato menor. El hecho de que Bush, el vicepresidente Cheney, la
consejera de seguridad nacional Condoleeza Rice, hayan crecido al calor de la
industria del petróleo creo que arroja luz sobre las razones de su
comportamiento.
-Mientras unos celebran el final de la guerra, otros piensan que ésta dio
comienzo el día siguiente al 11-S y no sólo no ha terminado, sino que estamos
asistiendo a diferentes episodios -Afganistán, Irak- que no tienen un final
cercano. ¿Cómo defines este clima que se respira?
-Creo que es una posibilidad certera. Irak no es sino un eslabón de un
conjunto de agresiones que se encaminan a fortalecer la posición estratégica de
los EEUU en regiones muy sensibles, a acrecentar su control sobre materias
primas energéticas muy notables, y a colocar en una posición delicada a
eventuales competidores. Y en ese sentido no habría ningún motivo para pensar
que Irak fuese el último eslabón en esta serie de agresiones. Por un lado el
hecho de que Washington acabe por agredir a Siria, Irán o Corea del Norte,
depende de cuál sea el balance que haga de lo que ha ocurrido en Irak en los
últimos meses. No es tan sencillo deducir que los EEUU han salido bien parados
de este conflicto bélico. Tendrán que hacer un balance de lo que ha ocurrido en
NU, de la oposición de Francia, Alemania, Rusia, China, y del propio derrotero
de los hechos en el Irak postbélico. A lo mejor el balance general no es tan
halagüeño y los EEUU deciden que es preferible dar paso a estrategias de
intervención menos abrasivas que no pasen por el uso de la fuerza.
-Por último, he observado cómo en algunas ocasiones -tanto en tus libros como
en tus artículos- te has adelantado a algunos acontecimientos. ¿Es que en el
terreno de la política no hay sorpresas y basta con observar con atención lo que
ocurre para saber qué será lo siguiente?
-Bueno, unas veces me he adelantado y otras no (risas). Intentaré responder
a tu pregunta. En el tema de EEUU puede que haya sorpresas, ya que hay indicios
que muestran que nos encontramos ante una potencia hegemónica más débil de lo
que parece, a pesar de las apariencias. ¿Cuáles son esos indicios? Una crisis
social interna muy poderosa, que en algún momento pasará factura; la vorágine de
la globalización capitalista, que parece llevar aparejada una dimensión tal de
caos que puede escapar al control de quienes pusieron en marcha el proceso; la
prepotencia de los gobernantes americanos que les hace permanecer ciegos ante
sus propias limitaciones; la perspectiva de que potencias secundarias se puedan
acercar entre sí y puedan plantar cara a la hegemonía norteamericana. Y en
último término, y no menos importante, el renacimiento de movimientos de
contestación en todo el planeta que demuestran un cambio de actitud entre partes
diferenciadas de nuestra sociedad que se unen para decir que están hartas de
tanta manipulación. Todo ello me induce a pensar que puede haber sorpresas. ∆ |