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JULIO 2003

SOÑAR EL FUTURO
S oñar es viajar con la mente en el
tiempo, trascendiendo la ilusoria realidad del presente y diseñando un
futuro diferente, donde las esperanzas, los anhelos y los deseos de una vida
más plena, más auténtica, sienten las bases sobre las que ese futuro se irá
poco a poco dibujando en la sustancia mental planetaria, para luego
materializarse en una realidad viva y plena.
Los hombres y mujeres de buena voluntad del planeta sueñan constantemente
con un mundo diferente, con un futuro para todos, en unidad, en armonía, en
perfecta simbiosis con la naturaleza, con las vidas menores que nos rodean.
Por el contrario, existen mentes poderosas que sueñan un futuro donde su
poder sea mayor, donde se ven como dueños absolutos de las vidas y de los
recursos, imponiendo sus egoístas leyes a la mayoría, sometiendo las mentes
y las vidas a su imperio de terror y esclavitud.
Ambas corrientes libran una feroz batalla en el plano mental del planeta, en
el lugar donde los sueños se recargan de fuerza, de energía, y del resultado
de esa batalla depende el futuro.
Y eso es así desde que la humanidad existe, porque ambas fuerzas existen
desde siempre, pero no para siempre.
Si el sueño de los primeros vence, la nueva tierra será una realidad o un
mundo diferente para albergar una humanidad diferente.
Si, por el contrario, vence el sueño de los manipuladores del poder, la
tierra no tendrá futuro, porque su misma ambición destruirá todo lo creado.
Y si echamos un vistazo a nuestro alrededor, tal parece que el peor de los
sueños se está cumpliendo, tal vez porque, de momento, los poderosos poseen
más fuerza, más convicción, más voluntad en conseguir sus oscuros fines.
Pero también se advierte ya la presencia de un fenómeno mundial emergente, y
es la unión de los pueblos del mundo para luchar contra los que utilizan la
guerra, el hambre, la injusticia, la mentira, para sus intereses. Es como si
el sueño de esperanza se hubiera reforzado de repente, como si hubiera
reaccionado ante la presión brutal de la oscuridad, y ciudadanos del mundo
entero, sin detenerse en diferencias de razas, religiones o ideologías,
levantaran sus voces y sus manos contra lo que atenta contra sus derechos e,
incluso, contra sus vidas.
Tan sólo falta que descubran el poder del sueño, la increíble fuerza mental
que pueden generar uniendo sus pensamientos y proyectando un futuro
diferente, libre de mentiras y de cadenas.
Porque allí donde va el pensamiento va la energía. Y la energía es vida que
a su vez es recogida por otras Vidas que habitan en los planos más sutiles y
que son las encargadas de darle forma, de traducirla en realidades.
El ser humano es, por diseño original, un creador. La mente es el órgano
creador. Cuando la mente imagina está creando el sueño. Cuando el sueño se
reviste de fuerza se acaba materializando, haciéndose realidad.
Este sencillo mecanismo es conocido de sobra por los poderosos dominantes,
pero no tanto por los ciudadanos del mundo, porque estos han sido siempre
alimentados espiritualmente con mentiras, dirigidos a adorar becerros de
oro, ídolos de piedra o madera, carente de vida y de energía.
Pero el auténtico poder de los ciudadanos del mundo de buena voluntad está
en sus mentes, y si esas mentes se unen, no sólo desaparecerá el mal del
planeta, sino que la nueva tierra bajo un nuevo cielo será su futura morada.
Y todo ello ya está ocurriendo, ahora, en este presente.
Pero hace falta una mayor consciencia de la batalla iniciada, un mayor
conocimiento de los métodos usados y, sobre todo, que los ciudadanos de
buena voluntad, el emergente pueblo universal, sepan que no están solos.
Alguien más vela y apoya su despertar, alguien que les aguarda para
compartir el futuro soñado . |
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