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El Ventano

Madrid, con una mínima gestión de Ana Botella, está destinada a convertirse en una ciudad más justa, más próspera, más nuestra. Todos podremos vivir más Madrid.

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DE MADRID AL CIELO
POR ELENA F. VISPO

La ilusión de mis días, últimamente, es irme a Madrid a tocar el arpa, sentadita en una nube de algodón, y con uno de esos angelotes al lado, sin sexo y sin problemas.
Para ello, reniego sin pudor de mi etapa de anticentralismo juvenil. Reconozco que está trasnochado y que lo mejor, lo más fashion, es ser de centro, centro. Kilómetro cero, para más señas.
Es posible que muchos madrileños se pregunten en su fuero interno y externo por qué se han pasado los últimos cuatro años en una obra perpetua, por obra y gracia de Álvarez del Manzano. Pero ahora todas esas dudas ya tienen respuesta, y ésta es tan simple que asusta: estaban preparando el camino para el Madrid del futuro. Y el Madrid del futuro está por llegar.
¿Y de dónde, se preguntarán ustedes, de dónde ha sacado esta mujer semejante visión alentadora? Pues no me ha salido de mis propias carnes, no crean, sino que ha sido otro ser humano el que me ha abierto los ojos: la Aramis Fuster del centro progresista, la Pitonisa Lola de la capital. La única, la incomparable -seguro que ya se lo habían imaginado-, Ana Botella.
En su modesto discurso de aceptación del puesto en las listas municipales de Madrid, la señora Botella dibujó lo que todos los españoles estamos buscando desde que el PP nos gobierna: el paraíso. Gracias a ella sé que Madrid es la mejor ciudad del mundo, desde Villaverde a Chamartín, desde Moratalaz a Chamberí. Que Madrid es una de las ciudades más abiertas y solidarias de España, y una de las regiones más dinámicas de Europa. Que Madrid, con una mínima gestión de Ana Botella, está destinada a convertirse en una ciudad más justa, más próspera, más nuestra. Que todos podremos vivir más Madrid.
Una ciudad que no se conforma con la incorporación de la mujer al mundo laboral, sino que pide la plena participación del hombre en la educación de los hijos y en los trabajos de la casa. Una ciudad donde ninguna mujer vea dificultada su carrera laboral por el hecho de querer ser madre. Una ciudad con una política activa de erradicación de la violencia doméstica.
Y claro yo, que soy mujer, escucho a Ana Botella con este discurso de fémina liberada, y qué quieren que les diga. Que me ha llegado. Que, una vez superada la acidez de estómago inicial, ya tengo claro que lo mío es el reformismo, el diálogo, el compromiso y los valores del centro. El centro en Madrid. Hermosa paradoja, pardiez.
Después de las elecciones ya no hará falta decir, como los conversos en las películas: he visto la luz. Bastará con decir: he visto Madrid.
El único punto oscuro es que esta mujer no ha dicho nada del precio de la vivienda. O sea que el tema es: ¿encontraré piso en el cielo? Viendo cómo está mi cuenta corriente, casi que la respuesta es no, pero no desespero. Si no puedo irme a Madrid, me conformo con España. Pero no con una España cualquiera, sino con una, insisto, de centro progresista. Una España donde no hay mareas negras, porque gracias a la increíble política medioambiental del Gobierno, "el negro vuelve a ser azul". Un país donde no hay violencia policial y los criminales se pudren bajo llave el resto de sus vidas. Donde vienen los dirigentes mundiales a echarnos flores porque sólo hablamos de cosas serias y no de planes de belleza en siete días.
España, una, grande y libre. Que incluso limpia, fija y da esplendor. O sea: la hostia.
¿No suena bien? ¿No sienten mientras leen mis palabras un rumor como de campanillas celestiales? ¿Notan que una paz beatífica les invade el alma y relativiza las preocupaciones? Porque si es así, queridos lectores, les sugiero amablemente que abandonen el consumo de drogas. Y que salgan un ratito a la calle, a ver si encuentran la España ésa que nos están vendiendo. Yo de momento no la veo por ningún lado, pero no desespero. Siempre nos quedará Madrid y de ahí, al cielo. O a la Presidencia, quién sabe. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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