ENSALADA DE POLLO CON PIÑA
Ingredientes (como pá cuatro):
3 rodajas de piña • 1/4 de pollo asado o hervido • 5 hojas de lechuga •
2 cucharadas de aceite • 1 cucharadita de vinagre • Pimienta • Sal
Pues como seguimos en el verano, ¿qué tal una ensalada fresca y
rápida? El otro día la hice cuando fui a ver a mi amigo Pedro a la
comisaría donde trabaja como policía.
Comenzaremos por sacar los huesos y la piel del pollo, para después
cortarlo en trozos no muy grandes.
De repente entra un viejecito esposado, con cara de no romper un plato,
y encima enfermo de Parkinson, y no pude por menos que preguntarle:
-¿Qué le pasa? ¿Por qué le han detenido?
-Pues nada, me pillaron robando unas panderetas.
Era un viejo entrañable, no paró de darme conversación mientras
esperaba.
-Pues aquí donde me ves, hace tiempo todas las mujeres venían tras de
mí.
-¿Y cuándo fue eso?
-Cuando robaba bolsos.
Por otro lado escurrimos la piña y la cortamos en trozos.
Como seguía esperando a que terminara el turno de Pedro, el viejecito
detenido me iba contando anécdotas de este mundillo, como esa en la que
va uno por la calle sin un duro. Se encuentra con otro que le apunta con
un arma y comienza a partirse de risa:
-Ja, ja, ja...
-Pero, ¿de qué se ríe?
-Es que... Ja, ja, ja... no tengo ni un duro.
-¿Y a mí que más me da? Yo soy violador.
Cogemos las hojas de lechuga y las pasamos por agua, para cortarlas en
trozos pequeños.
Después el viejecito pasó a relatarme varios de sus juicios. Una vez le
dijo el juez:
-¿Está arrepentido de su acto?
-Sí, mucho.
-¿Y por qué no devolvió la pulsera?
-Porque dentro ponía "Tuya para siempre".
Y en otra ocasión:
-¡Confiese! Tengo diez testigos que le vieron hacerlo.
-¿Ah, sí? Pues yo puedo traerle a cien que no lo vieron.
Mezclar en un cuenco el pollo, la piña y la lechuga.
La verdad es que el buen hombre no callaba, era un puro anecdotario.
En otra ocasión estaba un matrimonio durmiendo en su casa, cuando de
repente la señora escucha un ruido, y dice:
-¡Juan! ¡Despierta! Creo que quieren entrar a robar. Asómate a la
ventana para que crean que tenemos perro.
Por último, cuando vayamos a servir, aliñar con aceite, vinagre y
salpimentar. Buen provecho. También se puede acompañar con unas
cucharadas de salsa rosa.
Al fin salió Pedro, que por cierto es asturiano, y me despedí del
anciano delincuente, que al ver el acento de Pedro le dijo:
-¿A que no sabe cómo se dice en asturiano: 'Perdóneme no le he oído
bien, ¿me lo podría repetir por favor?'
-¿Eh? Oh.
/ El Cuñao |