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Para que una sociedad plural prospere tiene que tener a su alcance canales de expresión e información que le permitan participar en el proceso de construcción de la sociedad.
Foto: Sixto Armán

ABRIL  2003

EL RENACER DEL PUEBLO SOBERANO

Texto: Mariló Hidalgo

Frente al poder cada vez más aplastante del G-8 -élite de países poderosos que dominan el mundo- que defiende el pensamiento único, surge el G-Mundo, millones de ciudadanos de todo el planeta que salen a la calle para levantar su voz y protestar contra el actual sistema político y económico impuesto. El pueblo soberano despierta de su letargo y nace una nueva superpotencia. ¿Hasta cuándo querrán ignorarla?

Gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo

"Les recuerdo que el Gobierno emana del Parlamento. Tienen poder porque lo obtienen de los ciudadanos, de lo que emanan los poderes del Estado, pero no porque sea dueño del poder y pueda hacer lo que le venga en gana. Cuando se les vota, no se les entrega un cheque en blanco y el Gobierno debe escuchar al pueblo. Y somos mayoría los que decimos 'no a la guerra'". Esto decía el actor Javier Bardem a micrófono abierto, ante el estupor de la Ministra de Cultura, en la gala de entrega de los premios Goya. Son miles de ciudadanos los que en estos momentos ocupan las calles, levantan pancartas, elevan sus voces para protestar contra el actual sistema democrático. Y esto está ocurriendo a la vez en distintos lugares del planeta. Nuestra democracia agoniza. ¿Qué era y en qué se ha convertido? ¿Con qué nos hemos conformado?
Para ir a los orígenes nos tenemos que trasladar a Grecia, concretamente a Atenas, allá por el siglo V antes de Cristo. Lo que allí ocurrió fue toda una revolución, ya que el concepto de soberanía que existía hasta ese momento estaba en poder de una persona -rey, emperador- y pasó a estar en manos del pueblo. La palabra democracia que proviene del griego "demos" (pueblo) y "kratos" (autoridad), ponía en marcha una nueva forma de vida donde el pueblo tenía derecho a gobernarse a sí mismo, buscando en todo momento el interés de la mayoría, respetando las minorías. Nace así el concepto de pueblo soberano.
Como aquellas primeras ciudades eran pequeñas, fue posible poner en marcha una democracia directa: cada ciudadano discutía directamente en las asambleas populares todos los problemas o decisiones que le afectaban. Los propios ciudadanos eran por tanto políticos. Las ciudades crecieron y el aumento del número de habitantes obligó a poner en marcha una segunda fórmula: la democracia indirecta o representativa, donde el pueblo debía elegir por mayoría una serie de representantes -por medio de sufragio- para el ejercicio de los poderes ejecutivo y legislativo del Estado. Como dijo el presidente norteamericano Abraham Lincoln se trataba de "el gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo".
Aquella idea era buena, prueba de ello es que con el paso del tiempo este concepto se fue completando y enriqueciendo hasta llegar a nuestros días. A ello contribuyeron un sinfín de luchas populares contra monarquías y gobiernos autocráticos y, por supuesto, la aportación de pensadores, filósofos y estadistas que reflexionaron sobre valores esenciales del ser humano -la igualdad de los hombres y sus derechos- y lucharon por ello. Hoy, además de aquella primera idea de democracia griega, existen un conjunto de reglas de conducta, de declaraciones que garantizan derechos y libertades a los ciudadanos, así como un marco legal donde todo se tiene que desarrollar para asegurar la convivencia. La soberanía popular de la que hablábamos antes, junto con la libertad y la igualdad -términos heredados de la Revolución Estadounidense (1776) y Francesa (1789)- se convirtieron en las leyes esenciales en cualquier democracia. La soberanía popular reconoce a un hombre libre e inteligente, capaz de decidir por sí mismo lo que le conviene. La libertad jurídica e individual que le debe asegurar la democracia, le recuerda que el hombre actúa por sí mismo, con plena voluntad sobre sus actos sin otro límite que la ley. Y por último, la igualdad garantiza a todos los ciudadanos los mismos derechos y oportunidades ante la ley.

En nuestro país la democracia ha pasado a ser un acto totalmente burocrático:
votar cada cuatro años a un determinado partido.

Es doloroso ver hoy cómo la pureza de aquella idea por la que tanta sangre se derramó a lo largo de la historia y tantos lucharon, se ha diluido. ¿Cómo? Pues por ejemplo, hoy la democracia es un método más, empleado por dictadores, fascistas, psicópatas ansiosos de poder para hacerse con él a costa de lo que sea, y así poder llevar a cabo sus ideas y proyectos. El Caso Bush y la vergonzosa manipulación de votos en el estado de Florida -gobernado por su hermano-, que al final dio la vuelta a la desventaja que tenía frente a su adversario Gore, podría ser un ejemplo ilustrativo. Al final ochocientos votos, con enormes evidencias de fraude, decidieron la elección de Bush como presidente en un país con más de 250 millones de ciudadanos.
Pero no hace falta que vayamos tan lejos. En nuestro país la democracia ha pasado a ser un acto totalmente burocrático. Cada cuatro años votamos a un determinado partido. Éste elige a unos señores que a partir de ese momento harán y desharán en nuestro nombre. Nosotros no les elegimos, son ellos quienes se eligen entre sí. Hasta dentro de cuatro años no nos volverán a molestar, a no ser que al ciudadano de a pie se le ocurra quejarse, protestar, o diferir. Entonces sentirá caer sobre sus espaldas todo el peso de la "democracia". Como decía Miguel Coppa en estas páginas dentro de su sección La Espada(*), "El aspirante, 'convence' con sus promesas y los electores le elevan a la poltrona del poder, confiando en que vele por sus intereses. Pasado un tiempo, generalmente muy poco, el electo demuestra que poco o nada le importan los intereses de sus electores, es más, está muy ocupado en cuidar los de otros, es decir, el bienestar de aquellos que siempre tuvieron bienestar y que habitan más allá de los ecosistemas de los políticos y sus electores. Entonces los electores, enfadados, se echan a la calle a protestar, y el ya transformado electo, como si hubiera sufrido una extraña y rápida metamorfosis, les echa encima a sus perros guardianes, o sea, a las fuerzas denominadas equivocadamente del orden, porque en realidad no les interesa el orden lógico de las cosas, que es lo que quieren los manifestantes, sino que, sin pensar, sólo obedeciendo, machacan a los confundidos electores, que sólo piden que el electo cumpla lo prometido cuando les solicitó que le votaran". ¿Les suena de algo? Pues así llegamos hasta este momento donde la democracia es un conjunto de estructuras que se van quedando cada vez más vacías porque no tienen el alimento que es el pueblo. Un pueblo que cada vez se siente más desvinculado de lo que ocurre por esas altas esferas donde se legisla, decide, y ejecuta al margen de los ciudadanos pero en su nombre. Por eso mientras esta democracia participativa agoniza, el ciudadano cansado de ser espectador, se ha lanzado a la calle para gritar que el actual sistema de partidos es antidemocrático porque esos representantes no están al servicio del pueblo, sino que son funcionarios de su propio partido. Los ciudadanos del mundo se están uniendo contra sus gobiernos, y haciendo uso de su libertad de expresión se están manifestando contra todo aquello con lo que no están de acuerdo. El pueblo soberano está renaciendo y lo hace bajo varias consignas: ¡Nunca Máis!, ¡No a la guerra!, con el ruido de las cacerolas, gritando contra la globalización...

El ciudadano cansado de ser espectador, se ha lanzado a la calle para gritar que el actual sistema de partidos es antidemocrático, porque esos representantes no están al servicio del pueblo, sino que son funcionarios de su propio partido.
Foto: Fer

El pueblo despierta

Dicen que los atentados del 11-S cambiaron el mundo. Es cierto. Para los EEUU fue la excusa perfecta que les permitió acceder al podium donde se encuentran los salvadores del mundo para desde allí establecer ese "Nuevo Orden Mundial" que desde antaño había diseñado George Bush, padre. En ese podium antes se encontraba el G-8, -los siete países más ricos del mundo, además de Rusia- que de facto era quien gobernaba el mundo. Así lo explica Ignacio Ramonet, director del periódico "Le Monde Diplomatique" y fundador del movimiento antiglobalización ATTAC(**): "Los auténticos dueños del mundo ya no son quienes ostentan la apariencia de poder político, sino quienes controlan los mercados financieros, los grupos mediáticos planetarios y las autopistas de la información, las industrias informáticas y las tecnologías genéticas. Bajo la supervisión de este Consejo de Vigilancia planetaria se ha establecido una especie de directorio mundial o gobierno real del mundo cuyos cuatro actores principales son el Fondo Monetario Internacional(FMI), Banco Mundial (BM), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Estos poderes oficiosos gobiernan de hecho el planeta y deciden soberanamente el destino de sus habitantes sin que ningún contrapoder permita corregir, enmendar o rechazar sus decisiones. Pues los contrapoderes tradicionales -parlamentos, partidos, medios de comunicación- o son muy cómplices o muy locales". Pues bien, basándose en esta misma estructura, el poder del G-8 pasa a convertirse en el poder del G-1: EEUU se erige como la única superpotencia mundial y así lo demuestra ignorando al Tribunal Penal Internacional, a la ONU, a los Tratados Internacionales, y al resto de los dirigentes planetarios.
Paralelamente nace un nuevo movimiento que provoca cierto "desorden" dentro del "orden" establecido. El pueblo, harto de aguantar los efectos de esta globalización neoliberal impuesta, sale a la calle y levanta la voz para decir que "Otro mundo es posible".

Una vez comenzada la guerra, volvemos a ser testigos de la manipulación
de la información y control mediático.

Primero fue Seattle, donde se juntaron los primeros insumisos del sistema. Allí se reunieron miles de personas de todo el mundo de lo más variopinto, para protestar contra las decisiones del OMC que estaba extendiendo por todo el planeta su economía globalizadora. La actividad siguió con la convocatoria de manifestaciones y protestas a pequeña escala, cuyas convocatorias llegaban a través de e-mail desde cualquier parte del mundo. Los movimientos críticos, las asociaciones, las plataformas ciudadanas fueron creciendo y dejaron su sello en Washington, Praga, Davos, Quebec, Génova, Barcelona, hasta llegar a Porto Alegre, la reunión más multitudinaria de todo el planeta, que actualmente representa a cinco mil millones de personas de los seis mil que habitan el mundo. En esta asamblea planetaria tienen voz los sectores más marginales que comprueban que a partir de este momento se les escucha y sobre todo, que son importantes para alguien. El Foro Social Mundial (FSM) que se celebra en la ciudad brasileña de Porto Alegre, ya va por su tercera edición y están preparando la siguiente. Allí se dan cita centenares de asociaciones, ONG, movimientos populares, para al margen de la violencia, y según reza en la Carta de Principios del FSM, oponerse a la globalización económico-financiera y defender "una globalización solidaria que respete los derechos humanos universales y el medio ambiente" y que se apoye "en sistemas e instituciones internacionales democráticas que estén al servicio de la justicia social, la igualdad y la soberanía de los pueblos". El actual sistema económico -denuncian representantes sociales de todo el mundo- está provocando crecientes desigualdades sociales y económicas, está amenazando a los pueblos, la cultura, los derechos de los ciudadanos; y además, ha comerciado en su propio beneficio con el mar, el bosque, el aire, el agua y la tierra.
El Foro Social no sólo reunió este año a 5.717 organizaciones de 156 países y miles de personas de todas las edades venidas desde todos los rincones del planeta; también consiguió movilizar el pasado 15 de febrero, a más de diez millones de personas en los cinco continentes contra la guerra de Irak. Tal es la fuerza que está demostrando este movimiento ciudadano -cada vez más contagioso-, que ya lo empiezan a denominar como la gran superpotencia que plantará cara a EEUU, una vez desaparecida la antigua URSS. El periodista Vicente Verdú (El País, 23-2-03) escribía en este sentido: "La opinión pública cuenta hoy como institución flamante y democrática: más moral que los políticos, más humana que los líderes, más libre y verdadera que las instituciones. La opinión pública se ha convertido en la hipóstasis de las ONG, el gran corazón saludable en un mundo poblado de corrupción. ¿Cómo no prestarle atención y cuidado? Contra la grandeza de la opinión pública no se puede gobernar. Como tampoco, contra el gasto público, pueden venderse automóviles o alimentos".
Los ciudadanos del planeta recuperan la voz y deciden seguir la proclama de aquella pintada del teatro Odeón de París (mayo del 68) que decía: "Atrévete a andar por caminos que nadie ha recorrido; atrévete a pensar ideas que nadie ha pensado". El pueblo soberano despierta y lo hace bajo nuevas estructuras.

El pueblo dice "NO"

En el caso de Argentina, sólo era cuestión de tiempo. Después de haber seguido fielmente las recomendaciones del FMI (privatización de casi todo el patrimonio estatal, liberalización del comercio exterior, etc.), las ganancias obtenidas por el país desaparecen misteriosamente en manos de dirigentes y políticos corruptos al tiempo que su deuda exterior se multiplica. Un país con excedentes en materias primas y alimentos, con una población trabajadora, de la noche a la mañana se encuentra envuelto en un caos. La población reacciona, harta ya de tanta represión impuesta por la política del FMI, y en diciembre de 2001 dice NO. Estalla la famosa "Cacerolada", una revuelta popular que lo primero que hizo fue mostrar el desacuerdo del pueblo con todos sus representantes: la clase política, instituciones y judicatura. La gente se lanzó a las calles para mostrar cacerola en mano su disconformidad con el sistema: "Es el momento histórico de los pueblos empobrecidos, como lo es Argentina -gritaban algunos representantes improvisados en medio de las manifestaciones-, para establecer un frente común que asistiendo al funeral del capitalismo, diseñe el mundo a la medida de sus ciudadanos, no al margen de ellos, bajo la justicia, la solidaridad, la salud y la educación".
Cruzando el charco, las protestas ciudadanas se sucedían. Nos encontramos en Galicia (España). En esta ocasión -no es la primera- ha tenido lugar un nuevo desastre ecológico frente a las costas gallegas y tiene un nombre: Prestige. Un petrolero de gran envergadura con una brecha abierta en el casco que realiza un viaje sin pies ni cabeza en medio de un temporal por el litoral gallego. Las autoridades le aconsejan primero que vaya hacia el norte, luego hacia el sur... Al final el barco se hunde con todo el fuel a más de 3.500 m. de profundidad. El trasvase es imposible y las playas gallegas empiezan a recibir el fuel. Pescadores, mariscadores, pueblos enteros quedan sorprendidos ante la magnitud de la tragedia, mientras llegan a las playas centenares de especies muertas.
El Gobierno no reacciona y es el pueblo y voluntarios venidos de toda España y distintos lugares de Europa los que primero se entregan a la tarea de "limpiar" las playas afectadas. En todo este proceso las autoridades permanecen ajenas y eso hace reaccionar a la ciudadanía. Como cuestión de fondo y aún sin investigar, parece que nos hallamos ante las consecuencias derivadas del oscuro mundo del comercio ilegal de crudo. En paralelo nace la Plataforma Ciudadana "Nunca Máis" y se estrena con una multitudinaria manifestación ciudadana bajo una potente cortina de agua, el 1 de diciembre de 2002 en Santiago de Compostela. La democracia española sufre de nuevo un examen y los que representan al pueblo suspenden -a pesar de que no ha tenido lugar ninguna dimisión-, mientras que los ciudadanos, unidos bajo una misma causa, dan una lección ejemplar.
El problema sigue ahí y "Nunca Máis" también. No han parado de manifestarse para denunciar la forma en que la administración gallega y la central han abordado el problema del Prestige y para exigir que tragedias de este tipo no se vuelvan a producir. El escritor Manuel Rivas, miembro de "Nunca Máis", hacía la siguiente reflexión en relación a la miopía del Gobierno: "En mi universo mental es muy difícil de entender. Yo creo que esta gente no se ha enterado de lo que ha pasado, realmente no son conscientes de la repulsión que han generado. Confían demasiado en la propaganda y muy poco en el pueblo, pero llegará un día en el que se dirá de ellos lo que decía un humorista de un político inglés: 'Llegó un taxi vacío y de él se bajó el señor Aznar'".
Antes, las calles de nuestro país habían sido ocupadas por los ciudadanos en contra del "Decretazo". Posteriormente se volvieron a llenar de gente con pancartas, de gritos y color para decir "No a la Guerra". Esta última movilización tuvo lugar paralelamente en 60 capitales del mundo el 15 de febrero y fue convocada por el Foro Social Mundial de Porto Alegre. El pueblo quería dejar de manifiesto su negativa no sólo a esta guerra, sino a todas las que se están llevando a cabo: contra el pueblo palestino y kurdo, Afganistán, Chechenia, Colombia, Africa, Corea. No a la guerra en todas sus manifestaciones. No a la guerra como sistema permanente de dominación global, que intenta controlar a los pueblos y recursos, como en el caso de Irak es el petróleo. Una vez más se puso de manifiesto el divorcio existente entre los ciudadanos y la élite política y económica que dirige el país.

Cada vez adquieren más fuerza los noticiarios alternativos críticos que ofrecen sus productos
tanto en la calle como en la red, haciendo verdaderos esfuerzos para escapar del
control de los grandes grupos de presión.

La Plataforma de Cultura contra la Guerra, la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas, la Asamblea contra la Globalización Capitalista y la Guerra, la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas, la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, el Foro Social de Madrid... cientos de asociaciones, organizaciones políticas, sociales, sindicales, ciudadanos anónimos siguen trabajando por mantener viva la llama pacifista en la sociedad a pesar de que acabamos de conocer la noticia de que la guerra ha comenzado.

EE.UU. se erige como la única superpotencia mundial y así lo demuestra ignorando al Tribunal Penal Internacional, a la ONU, a los Tratados Internacionales, y al resto de los dirigentes planetarios.

Derecho a estar informado

Formamos parte de una sociedad compuesta por personas, seres humanos independientes, distintos que -aunque muchos intenten evitarlo- también piensan, opinan y critican. Se entiende, que para que una sociedad plural prospere tiene que tener a su alcance canales de expresión e información que le permitan participar en el proceso de construcción de esa sociedad más justa por la que está luchando.
En estos momentos tan delicados si queremos asistir a un debate ideológico, reflexivo, donde el ciudadano tenga voz y voto y además pueda participar, sin duda tendremos que irnos a la calle a buscar medios alternativos de información, ya que la que llega hasta nosotros cada vez está más monopolizada y censurada.
Un comunicado de la Sección Sindical Estatal CCOO-RTVE publicado en nuestra revista el número anterior, nos informaba que la Dirección de RNE estaba comunicando verbalmente a los directores de cada centro de RNE que no podrían realizarse informaciones sobre la guerra que no estuviesen supervisadas por Madrid. "Las intenciones de la Dirección de los Servicios Informativos Centrales es crear una redacción especial sobre la guerra en Irak, que supervise todas las informaciones sobre la guerra antes de ser emitidas. Este procedimiento se pondría en marcha el primer día de guerra. El control de las informaciones alcanzaría no sólo las provenientes del conflicto sino todas aquellas que tuvieran su origen en manifestaciones acerca de la guerra dentro del territorio español", concluye el comunicado. Esta noticia cobra actualidad en el momento en que la guerra ha comenzado y con ello, como también está ocurriendo en EEUU, seremos víctimas una vez más de la censura informativa. "Uno de los derechos -recuerda Ignacio Ramonet- más preciados del ser humano es el de poder comunicar libremente sus ideas y opiniones. En las sociedades democráticas, la libertad de expresión no sólo es una garantía, sino que va acompañada de otro derecho fundamental: el derecho a estar bien informado". Como decimos la guerra ha comenzado y con ello seremos testigos de la manipulación y control mediático. Comentaba el periodista Manuel Revuelta, director de la revista de reciente aparición, Resistencias, que vivimos un momento de desconcierto en los medios de comunicación que al final siempre suelen ponerse de parte del ganador. "EEUU ya ha avisado -recuerda Revuelta-, que va a dar noticias falsas y comprar periodistas. Ha aumentado la cantidad de información al mismo ritmo que los textos con contenido falso, y artículos e imágenes delirantes". Por ello quizás están adquiriendo cada vez más fuerza los periódicos, revistas y noticiarios alternativos críticos que ofrecen sus productos tanto en la calle como en la red, haciendo verdaderos esfuerzos para escapar del control de los grandes grupos de presión. No beben de las fuentes oficiales, reciben información desde todo el mundo y aportan sobre todo una visión diferente de lo que está ocurriendo.
El pueblo no sólo tiene derecho a estar informado, sino a estar bien informado. A él le toca elegir las vías. ∆

(*) "¿Por qué la llaman democracia?". Revista Fusión, nº 104.
(**) "Guerras del Siglo XXI" de Ignacio Ramonet. Editorial Mondadori.

No dejes de visitar:
www.antelaguerraactua.org  • www.attacmadrid.org  • www.forosocialmadrid.org 
www.fundacioperpau.org  • www.culturacontralaguerra.org  • www.madrid.indymedia.org
www.nodo50.org/paremoslaguerra  • www.ips.org 
www.Ecoportal.net  • www.monde-diplomatique.fr  • www.ciranda.net  • www.rebelion.org

 

 FUSION OPINA

Una cosa está clara. El "No a la guerra", "Nunca Máis", "No en nuestro nombre", no son rabietas pasajeras de una minoría que se aburre, sino consignas claras de unos ciudadanos que no están dispuestos a ser utilizados y pisoteados por los poderosos de turno. Gritos de rabia, voces que reclaman derechos, justicia, legalidad. Denuncias claras, transparentes, contra los que abusan de su condición de representantes del pueblo, convirtiéndose en dictadores encubiertos por las leyes democráticas, a las que manipulan a su antojo y para sus propios fines egoístas.
Pero este Pueblo Universal del siglo XXI ya no es tonto, ya no soporta dictadores, ni mentirosos, ni oportunistas.
Este Pueblo Universal conoce sus derechos y no está dispuesto a que se juegue con ellos, porque sueña con un mundo diferente, en paz, donde los recursos sean aprovechados para el bien de todos, no para engordar las cuentas de unos pocos.
Este Pueblo Universal no admite fronteras, ni idiomas, ni barreras, porque sabe que el planeta entero es el campo de batalla de dos grandes fuerzas, los poderosos, los que se creen dueños y regidores de todo, y los ciudadanos, los que no cuentan para los primeros, las víctimas de todas las guerras.
Pero algo nuevo ha nacido ya, y se extiende como el fuego, y es altamente contagioso entre las gentes de buena voluntad.
Es la voz del Pueblo Universal, es su Energía, es su Fuerza. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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