ara dar a
conocer su mensaje se basan tanto en conferencias como en ingeniosos relatos,
como los que figuran en el libro de Frabetti, Contra el imperio. Pero su
escrito más contundente es el Manifiesto de la Alianza de Intelectuales
Antiimperialistas, que termina con una llamada a la expresión: "Bush lo ha
dicho de forma inequívoca: 'Quien no está con nosotros, está contra nosotros'. Y
su declaración de guerra puede y debe convertirse en nuestra propia consigna sin
más que invertir el orden de los términos: quien no está contra ellos, está con
ellos. Quien no se opone abiertamente a sus actos criminales y a sus falsas
palabras, los apoya con su silencio. Y el silencio es la cobardía de los
intelectuales. Cobardía que en circunstancias como las actuales se convierte en
imperdonable vileza, en alta traición a la cultura y a la humanidad. Nuestro
enemigo, el enemigo de los pueblos del mundo, tiene la segunda arma más
poderosa: el dinero. Pero nosotros tenemos la primera: la razón".-En
cuatro líneas y volviendo la vista atrás, ¿cómo quedó la situación política y
social en el planeta tras el 11S?
-Con una única superpotencia que se considera legitimada para arrasar lo que
le convenga, en última instancia por motivaciones económicas, que son las que
prevalecen siempre.
-¿Qué tipo de democracia es aquella que sólo cuenta con el ciudadano para
exigir el voto cada cuatro años y en cambio no cuenta con él para decisiones tan
vinculantes como el apoyo a una guerra contra Irak, por ejemplo?
-Pues no es una democracia, sencillamente. Es falsa, como la famosa
democracia orgánica de Franco. La única democracia que puede merecer ese nombre
-y que todavía está por constituir-, es una democracia realmente participativa,
que es a lo que tenemos que tender. Y para eso hay que aprovechar la
experiencia, incluso los errores de la izquierda, para buscar nuevos caminos
hacia una democracia realmente participativa.
-Porque también estamos asistiendo a una democracia utilizada por
dictadores...
-Lo que llaman democracia no es más que una nueva fórmula: son nuevos
ropajes de la dictadura en última instancia.
-Bush y numerosos gobiernos tienen como objetivo eliminar el terrorismo
mundial, ¿esto deriva la atención de otras formas de terrorismo, como el
terrorismo de Estado?
-Pues efectivamente. Es que el verdadero terrorismo es ése, el terrorismo de
Estado y terrorismo del capital. Los demás son en gran medida inventos del
poder, o consecuencia del terrorismo de Estado, como las acciones terroristas
planteadas desde diversas formas de oposición.
-¿Cómo definirías el terrorismo de Estado?
-La propia palabra lo dice: es la utilización del terror para dominar a la
gente.
-Uno de los objetivos de la Alianza Antiimperialista es la creación de una
televisión europea libre. Curiosa idea cuando actualmente se tiende a la fusión
de grupos de poder, como las plataformas digitales...
-Es en paralelo, porque se trata de lo mismo pero a otro nivel, el de la
contrainformación o de la oposición. Pero la idea es unir fuerzas. La diferencia
entre las alianzas del poder y las alianzas de la oposición es que los poderosos
se unen cuando les conviene, pero se apuñalan por la espalda en cuanto les
conviene también, y nuestras alianzas creo que se basan en presupuestos éticos
un poco más sólidos y más defendibles que el mero interés económico.
-Volviendo al 11S comentáis en el manifiesto la necesidad de plantear una
alternativa al discurso oficial. ¿Qué tipo de información se nos oculta?
-Sencillamente lo que pretende hacernos creer el discurso oficial es que
existe una amenaza terrorista y que todo vale para combatirla, cuando los
terroristas son ellos. Yo creo que se puede resumir en estas pocas palabras.
-A propósito del silencio y la cobardía de los intelectuales, ¿por qué sólo
unos pocos levantáis la voz?
-Pues porque hay muchos llamados intelectuales que tienen una situación muy
cómoda, que tienen una situación de privilegio, que viven muy bien y reciben
honores y prebendas que no quieren perder. Es así de simple.
-¿Existe una conexión internacional imperialista?
-Existe la conexión que dan los intereses comunes, puesto que hay una serie
de poderes en el mundo que buscan lo mismo, que es el privilegio de una élite. Y
como coinciden en sus intereses de explotación, expolio y sometimiento pues hay
común acuerdo natural, lo cual no quita que se apuñalen entre ellos. Pero suele
prevalecer la alianza, para desgracia nuestra.
-¿Cómo, después de la experiencia de la guerra de Vietnam, puede el pueblo
americano apoyar esta nueva contienda?
-Hay un apoyo grande, pero no mayoritario. Y además es que sólo se deja oír
la voz de los que apoyan y se amplifica a través de los medios. Porque la
propaganda es una de las bazas o instrumentos del poder, como dice el
Manifiesto. La dominación se está ejerciendo tanto con el discurso como con las
armas. Y parte de la consolidación de este discurso se consigue acallando las
voces disonantes, por eso en EEUU da la sensación de que todo el mundo está a
gusto, y no es así ni muchísimo menos.
-¿Hasta qué punto todas las manifestaciones que están teniendo lugar en todo
el mundo hacen mella en los dirigentes políticos?
-La mayoría de los dirigentes políticos van a lo suyo y lo único que les
interesa son las fotos. Pero indirectamente, estas manifestaciones inciden en la
opinión pública, sobre todo cuando se desarrollan de una forma pacífica, como la
de Florencia. Se ha visto que puede haber una manifestación de un millón de
personas sin que ni siquiera ensucien las calles, y los políticos no pueden
hacer caso omiso de este tipo de fenómenos porque inciden en la gente. De hecho,
al día siguiente Prodi dijo por la televisión: "Hay que escuchar a estos
jóvenes, no podemos ignorarlos".
-¿Qué puede hacer un ciudadano para protestar, para no comulgar con el
sistema imperialista?
-Yo creo que puede hacer muchas cosas. Sobre todo es importante el
testimonio personal, que cada uno de nosotros se convierta en una célula de
contrainformación. El discurso dominante tiene medios de difusión tan poderosos,
que es vital que siempre que podamos planteemos con nuestros conocidos, con la
gente que tenemos cerca, la discusión de lo que está pasando. También es
importante orientar el consumo hacia formas más justas y no dar de comer al
imperio. En otros países esto está más implantado, en España empieza ahora, pero
ya circulan por ahí listas de productos que sabes que cada vez que los compras
estás dando dinero al sionismo o a las multinacionales estadounidenses. ∆