¿Pueden todavía existir mujeres
que piensen que conseguir la igualdad significa repetir los mismos
patrones de conducta de los machos? ¿Cómo puede una madre dejar a sus
hijos por ir a matar a los hijos de otras madres? |
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ABRIL 2003
MUJERES EN GUERRA
POR ELENA G. GOMEZ
L as exhibiciones que los hombres hacen
ante el ritual de la guerra, y que tanto lo acercan al nivel del reino
animal, hacen que me pregunte cuál es realmente el auténtico nivel evolutivo
del reino humano, que me cuestione la capacidad de los mecanismos que se
habían creado para defendernos de los dictadores y también, cómo no, para
analizar el momento histórico que estamos viviendo, una historia que es
presente.
Y no quiero repetir ideas y reflexiones que muchas personas ya han expresado
sobre esta guerra, que más que guerra yo diría que es un genocidio, y que
por mucho que se empeñen en intentar convencernos de que es algo inevitable,
todos sabemos que no, que obedece a sus intereses, a sus ansias de poder, y
que en el fondo responde a un patrón que está dentro de los genes de algunos
americanos, de esos que todavía conservan la necesidad, como sus
antepasados, de llegar a una tierra, de apropiarse de ella y de destruir a
los que en ella vivían, porque sencillamente esas son las raíces de muchos
de ellos, antes fue matar a "salvajes" hasta dejarles confinados en
"reservas", ahora se trata de matar a "terroristas". En el fondo ¿en qué se
diferencia?
Pero a mí, en este momento, me llama la atención el papel de la mujer en
esta guerra, y cuando vi a mujeres americanas vestidas con sus trajes
militares partiendo hacia la guerra, abrazando a unos niños que se suponían
eran sus hijos, no pude más que hacerme preguntas, ¿Cómo puede una mujer
prestarse a este juego? ¿Pueden todavía existir mujeres que piensen que
conseguir la igualdad significa repetir los mismos patrones de conducta de
los machos? ¿Cómo puede una madre dejar a sus hijos por ir a matar a los
hijos de otras madres?
Lo siento, pero no me cabe en la cabeza, y sólo entiendo que exista una
explicación, y es que esas mujeres en realidad estén disfrazadas de mujeres
y en el fondo sólo sean el producto de otros hombres, hombres que les están
haciendo confundir lo que es la auténtica liberación de la mujer.
Y entiendo que en el interior de la mujer existe un instinto muy fuerte,
como se puede apreciar en el reino animal, por el cual es capaz de
sacrificar su propia vida por defender las vidas de aquellos a los que ama,
pero digo por defender, mientras que en el patrón del macho, también
presente en el reino animal, está la necesidad de atacar, conquistar y
capturar a otros machos, otras tierras, otras posesiones, otras hembras. Y
me pregunto ¿Eso es realmente lo que estas mujeres desean?
Pero, mientras esas mujeres se visten de militares para hacer la guerra de
los hombres, otras muchas mujeres en el mundo se han vestido de guerrilleras
para luchar, sin armas, en contra de esta situación absurda propia de unas
mentes enfermas y retrógradas.
Y es que la diferencia se está dejando ver cada día más clara, y de la misma
forma que existen dos bandos en la guerra, los aliados, el eje del bien, en
contra de los terroristas, o el mal, también existen dos tipos de mujeres,
las mujeres que están sumisas bajo las órdenes de los hombres, que juegan a
su juego, que se visten de militares y ministras de las fuerzas del bien, y
todas las demás, las que ya tienen armas propias, las armas de la mente, de
la expresión, de la rebeldía y de la libertad.
Y es que en esta guerra se están librando muchas guerras en muchos planos a
la vez. Y la mujer está viviendo su propia guerra, tomando posición hacia el
futuro y definiendo lo que realmente quiere ser. Por eso ahora mismo son
muchas las mujeres que ya han entendido que la auténtica mujer en guerra es
una mujer que podrá conquistar el mundo utilizando su Amor de Madre, (aunque
no sea madre), porque éste le hace sensible a la red, una red que está
creada no sólo por la familia humana, sino también por todas las formas de
vida que existen en este planeta y con las que debemos aprender a convivir
bajo el respeto, el conocimiento y el amor.
La mujer guerrera sabe que la vida es sagrada, por eso no hace diferencias
entre pueblos, entre culturas, entre religiones, porque todo es parte de un
Todo que, inevitablemente, algún día se unirá.
La mujer guerrera lucha por un ideal, lucha por una forma de vida distinta,
lucha desde dentro con la batalla que es, sin lugar a duda, la más intensa,
la más difícil porque se vive en su interior, aquella que conduce a la mujer
a la liberación de la manipulación física y mental y que la lleva a caminar
hacia el futuro con seguridad en sí misma.
La mujer vieja, o lo que es lo mismo, la mujer pecadora, la sumisa, la
silenciosa, la abnegada, la que hace lo que al hombre le gusta, la mujer
objeto, la mujer débil, ésa, lo mismo que los dictadores del planeta, tiene
sus horas contadas.
La nueva mujer cuenta ya con el reconocimiento de muchos hombres, hombres
que saben ver la fuerza, la inteligencia y el poder que tienen las mujeres
en su interior. Hombres que se cogen de la mano de la mujer para recorrer el
camino juntos, para crear un futuro. Por todos, por ellas y por ellos,
merece la pena luchar cada día.
Y de la misma forma que se levantó un grito unánime en contra de la guerra
"no en nuestro nombre", yo les digo a todas aquellas mujeres que están aún
al servicio del hombre, "NO EN NUESTRO NOMBRE". ∆ |