La Sociedad Española de Climatología aborda el
estudio del clima desde una perspectiva multidisciplinar: geólogos,
físicos, geógrafos, biólogos, ingenieros... En todos sus encuentros, el
cambio climático es uno de los temas estrella. Javier Martín Vide,
presidente de la Asociación, no es amigo de alarmismos, pero es consciente
de las evidencias de este cambio. Y de que esta vez es causado por el
hombre.
"Lo que los habitantes de este
planeta consumimos en un año de combustibles fósiles, equivale a lo que al
planeta Tierra le costó almacenar un millón de años"
"Ya se han producido muchos cambios
climáticos en la historia de este planeta. La novedad es que por primera
vez parece que los humanos estamos detrás de ese cambio"
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Texto: Elena F. Vispo / Fotos: NAN
Hace diez
años el cambio climático no le provocaba más que escepticismo, pero las
evidencias se acumulan y le han hecho cambiar de opinión. "La investigación
climática ha avanzado mucho, así que yo diría que un porcentaje altísimo de la
comunidad de climatólogos y la comunidad científica piensa que vamos hacia ese
calentamiento global", afirma Javier Martín Vide. Ante ese convencimiento, la
Asociación Española de Climatología intenta aportar su granito de arena desde el
campo de la investigación.
-¿Un cambio climático es un proceso
natural?
-Ya se han producido muchos cambios climáticos en la historia de este
planeta, muchos y además de una gran magnitud, con una gran alteración sobre el
clima previo. Pero siempre por causas naturales, externas al planeta, como
parámetros orbitales de la Tierra, o también por causas internas. La novedad es
que por primera vez en la historia de este planeta, en los cuatro mil quinientos
millones de años que tiene de vida, parece que los humanos estamos detrás de un
cambio climático. O sea, que ya no es por causa natural.
-¿Esos cambios naturales serían ajustes de la propia Tierra?
-Sí, como respuesta a ciertos cambios en patrones externos al planeta o
internos. Por ejemplo, hoy se sabe que después de las grandes erupciones
volcánicas la temperatura del planeta disminuye ligeramente, porque es tal la
cantidad de ceniza y material volcánico inyectado en la atmósfera que eso reduce
la entrada de radiación solar. Eso es una causa natural. Pero, a escala local,
los humanos siempre hemos provocado cambios. Por ejemplo, en el centro de
cualquier ciudad la temperatura en horario nocturno es algo más alta que en la
periferia. Ese fenómeno recibe el nombre de isla de calor, y es una alteración
local. La sospecha que tenemos ahora, bastante fundada, es que somos capaces de
alterar la atmósfera no sólo a escala local, sino a una escala global,
planetaria.
-¿La capacidad humana de alterar el clima es siempre negativa?
-Bueno, el problema está en que este cambio por causa humana está comenzando
probablemente ahora, pero tiene una tasa de cambio muy alta. Por decirlo de
algún modo, estamos acelerando el planeta. Los cambios climáticos del pasado,
como las glaciaciones de las que todo el mundo ha oído hablar, se produjeron
durante decenas de miles de años, y de una forma progresiva. Pero ahora nuestro
impacto puede ser muy rápido, en un siglo podemos tener un clima bastante
diferente al actual. Y claro, no sabemos cuáles van a ser las repercusiones.
Algunas sí se intuyen, como la elevación del nivel marino; otras pueden ser
completamente imprevisibles.
-¿Se está a tiempo de detener ese proceso?
-Con mucha dificultad, porque la atmósfera muestra siempre una gran inercia
en todos sus mecanismos, de modo que aunque ahora redujéramos drásticamente la
emisión de los gases de efecto invernadero, el planeta seguiría calentándose
durante unos cuantos años o décadas. Y lo que acordamos en Kyoto fue un acuerdo
muy modesto, mínimo, y no todos los países están dispuestos a llevarlo a cabo.
Por lo tanto la impresión es que dentro de veinticinco o cincuenta años vamos a
estar en unas condiciones climáticas diferentes a las actuales, con las
repercusiones negativas que pueda tener eso.
-Cualquiera puede ver los signos de este cambio, pero ¿crees que desde los
medios de comunicación se muestra suficiente interés por el tema?
-Para mí, el cambio climático es un tema estrella para los medios de
comunicación, porque cumple al menos seis condiciones que lo hacen estrella. En
primer lugar, es un tema nuevo, porque hace 20 ó 25 años no se hablaba de esto.
En segundo lugar es un tema permanente, no caduco, cada día hay alguna noticia
nueva. También es un tema medioambiental, y si bien hace años era difícil
encontrar una noticia sobre asuntos ambientales en los diarios, hoy en día
encuentras muchas: un vertido contaminante en las aguas, la gota fría, el
agujero de ozono, etc. En cuarto lugar es un tema que tiene un punto de morbo y,
queramos o no, los medios de comunicación resaltan estos temas, porque la
condición humana es así. Tiene morbo porque nos dibujan un escenario
catastrófico: elevación del nivel de mar, difusión de ciertas enfermedades, etc.
En quinto lugar es un tema muy fácil de formular, en dos palabras para un
titular: cambio climático, efecto invernadero, calentamiento global... Y por
último, a pesar de que es un tema muy fácil de formular es muy complejo, tiene
cuerpo, cada día puede haber nuevos avances y descubrimientos y claro, es un
tema que está en el candelero.
-¿Es importante la labor de divulgación que puedan hacer los medios?
-Sí, hay que alertar de que nuestra actividad es insostenible. Lo que los
habitantes de este planeta consumimos en un año de combustibles fósiles, como
carbón, petróleo y gas natural, equivale a lo que al planeta Tierra le costó
almacenar como depósito geológico un millón de años. Un año de consumo humano
equivale a un millón de años de efecto natural, por lo tanto eso es
insostenible. Y como no podemos seguir así, a veces el ciudadano se plantea:
bueno, y qué puedo hacer yo. Pues todos tenemos cierta cuota de participación:
cogemos el coche, encendemos la luz... al fin y al cabo todo eso es energía
consumida. Éste es un problema en el que todos, los 6.000 millones de habitantes
del planeta somos, en mayor o menor medida, agentes; pero al mismo tiempo todos
podemos ser víctimas de las consecuencias. Entonces ¿qué puede hacer el
ciudadano? Pues ahorrar energía y, en un país seco como es España en su
conjunto, ahorrar agua también.
-Aparte de las soluciones individuales, es evidente que hacen falta medidas
globales.
-Esto es un granito de arena que hay que aportar, y que puede contribuir a
aliviar el problema, pero es evidente que son las multinacionales del petróleo,
del automóvil, etc, las administraciones, los poderes públicos, y sobre todo los
Estados más implicados en ello, los que han de adoptar medidas. Si no, esto no
se resuelve. ∆ |