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LEGALIDAD Y DEMOCRACIA
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Condenar el terrorismo no significa dar carta blanca a otros para
que arrasen con medidas antidemocráticas y anticonstitucionales. |
Con el asunto este de la ilegalización de
Batasuna, al final lo que va a quedar en tela de juicio, ya lo está, son las
leyes que sustentan a la democracia y, de paso, los legisladores.
Lo que se empezó planteando como un acto contra el terrorismo, pasa luego a
ser un enfrentamiento entre poderes políticos y judiciales y nadie sabe
exactamente en qué se va a convertir, con lo cual una vez más queda
demostrado que nuestra Democracia es imberbe y que no está preparada para
pretensiones de alto nivel como lo es la ilegalización de un partido elegido
democráticamente, con miles de votantes, por muy escaparate que sea de ETA.
Por otra parte, la decisión de ilegalizar Batasuna parte del PP, el partido
que gobierna. Es apoyada por el PSOE, el primer partido de la oposición, y
punto. Los demás no apoyan.
Quiere esto decir que si PP y PSOE se erigen en representantes de la
voluntad del pueblo español, están cometiendo un error de base, porque los
votantes de IU, PNV, CIU, y más, no son representados en una decisión tan
comprometedora como ésta, y de consecuencias incalculables.
Entonces surge la pregunta... ¿Es ésta una decisión democrática? ¿No hubiera
sido más democrático que el pueblo español fuera consultado en referéndum?
Los políticos no lo consideran así, porque parece ser que los votos, al
igual que el Red-Bull, les dan alas, y a partir de ser elegidos pueden volar
por encima incluso de la opinión de sus propios votantes. Y eso, señores, no
es democracia.
Los políticos se creen, siempre, que cuando hablan lo hacen por todos, que
representan el pensamiento de todos. Y eso es falso.
Cuando oímos a Aznar decir que "España apoyará incondicionalmente a Bush en
un ataque a Irak...", uno se pregunta a quién pidió la opinión este señor. Y
también si el hecho de ser presidente de la nación le autoriza a tomar
semejante decisión sin más. Si es así, esta democracia es una mierda, porque
los ciudadanos no tenemos opción a decir nunca que no estamos de acuerdo, y
nos podemos ver inmersos en una guerra sin estar de acuerdo para nada.
Y lo mismo sucede con lo de Batasuna y el pueblo vasco. Condenar el
terrorismo no significa dar carta blanca a otros para que arrasen con
medidas antidemocráticas y anticonstitucionales.
Los políticos, y sobre todo el gobierno, se apoyan en la condena unánime que
existe hacia el terrorismo para llevar el gato al agua, y en este caso el
gato es el PNV y el agua su derrota electoral.
Nos parece muy bien que el PNV plante cara a lo que se empieza a parecer a
una apisonadora fascista, donde es aplastado todo aquello que no entra
dentro de su corta y retrógrada línea de pensamiento.
Nos parece muy bien que jueces vascos planten cara a las decisiones de la
justicia central, con argumentos legales, con la constitución en la mano,
con las más elementales normas de lo que es el respeto al juego democrático.
Aquí ya no está en juego derrotar al terrorismo. Lo que aquí ahora se juega
es que dos partidos mayoritarios puedan unirse y de la noche a la mañana
borrar de un plumazo a otro partido y a sus miles de votantes, quienes, por
cierto, también son ciudadanos españoles y con derechos democráticos.
Aznar ha caído en el gravísimo error de pensar y actuar como si él y solo él
fuera la democracia, como si él fuese la justicia, como si él tuviese en sus
manos la verdad absoluta.
Eso se llama empacho de poder y demuestra muy poca inteligencia y menos
conocimiento de la historia, porque ya ocurrió muchas veces y terminó con el
destronamiento del "dios" de barro y la demonización de sus "verdades".
De momento, el gobierno y su lacayo, el PSOE, han encendido una mecha en el
País Vasco que no se sabe muy bien cuándo, cómo y a quién le va a explotar
en las manos.
La gran perdedora es la Democracia, si es que le quedaba algo que perder./
MC |
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