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Foto: MSF (C) Remco
Bohle/ Gisenyi. Goma
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CHEQUEO A LA SOLIDARIDAD
En 1994 asistimos en
nuestro país a un auténtico boom solidario. Desde entonces más de diez mil
ONG están trabajando en proyectos dentro y fuera de nuestras fronteras,
articulando así una red de ayudas que pretende poco a poco llegar a todos
los rincones.
Su eficacia y el poder que han ido desarrollando sobre el terreno, también
las ha situado en el punto de mira de algunos individuos, gobiernos y
multinacionales que quieren hacer de la solidaridad, un negocio.
Texto: Mariló Hidalgo
Hablar
de ONG en nuestro país es hacer referencia a un movimiento aún joven
-apenas veinte años- si lo comparamos con otros lugares de Europa, pero
muy fuerte a juzgar por los resultados de algunas campañas de
sensibilización y recogida de fondos.
Aunque España se sumó tarde al tren de la cooperación, lo hizo saltándose
las previsiones más optimistas y contando para ello con la fuerza de los
jóvenes, desencantados de la política y preocupados por las injusticias
cada vez mayores que tenían lugar en el planeta.
Durante esta pequeña andadura, las ONG han conseguido un grado de
desarrollo considerable. Su capacidad de actuación en conflictos y
desastres es incuestionable; hecho que ha dejado en entredicho a las
instituciones oficiales en muchas ocasiones.
En estos momentos existen en España cerca de 10.000 organizaciones
dedicadas a la solidaridad en diferentes campos (asociaciones, fundaciones
y confederaciones), que cuentan con más de dos millones de afiliados (y
socios), y unos trescientos mil voluntarios estables. Ello supone una
fuerza imparable de lo que se ha dado en llamar tercer sector o
sector no lucrativo. Una fuerza que hoy ya se ha hecho imprescindible en
la lucha por otro mundo diferente que no entiende de fronteras. Una fuerza
que maneja al año millones de euros procedentes de las cuotas de los
socios, campañas de sensibilización, donativos y subvenciones estatales.
Con ella se ponen en marcha proyectos sociales, de desarrollo, de
cooperación o de derechos humanos, tanto aquí como en otros lugares del
mundo. El altruismo, la dedicación y la solidaridad que mueven a estas
organizaciones les han proporcionado ante la opinión pública una
legitimidad que no se puede rebatir. Ramón Luis Acuña de la Cátedra Unesco(*),
resume así el poder de las ONG: "En los difíciles años 80 se multiplicaron
y, como voz de los pueblos, pusieron el dedo en la llaga en muchas heridas
del planeta: hambrunas, minas antipersona, niños maltratados, explotados,
abandonados a su suerte... No tienen el poder de los gobiernos o el dinero
de las multinacionales, seguro que no, pero sí una patente fuerza de la
razón: hay que contar con ellas, se han vuelto imprescindibles".
SOLIDARIDAD COMO
TAPADERA
Precisamente el hecho de que
las ONG muevan dinero para sus proyectos, dispongan de capital humano, e
influencia y relación con los medios de comunicación las ha convertido en
poderoso objeto de deseo para individuos, grupos o gobiernos ansiosos de
poder. Estos son algunos de esos casos.
Los trepas
La periodista Pilar Cernuda en su libro "Solidaridad. No es
humanitario todo lo que reluce" (Temas de Hoy), informa que en España hay
más de 10.000 organizaciones no gubernamentales que supuestamente han
nacido con afanes humanitarios antes que lucrativos. Pero aunque "muchas
de ellas efectivamente mantienen el espíritu humanitario; otras, por el
contrario, han encontrado en las ONG una fábrica de ganar dinero. Las
subvenciones son altas, hay expertos en preparar los informes que permiten
tener acceso a ellas, y trabajar en una ONG está muy bien visto porque da
tono social. En algunos casos una cara se hace conocida en los medios de
comunicación y en los centros de poder por representar a una ONG y, lo que
es grave, no siempre las auditorías y controles internos funcionan como
deberían". Es el lugar más perseguido por los trepas que "han encontrado
-continúa Cernuda- un método barato y fácil de conseguir un buen salario
y, también, de entrar en salones a los que no resulta fácil llegar".
Aquí también podríamos incluir el fenómeno del "famoseo", fórmula empleada
por algunos famosos/as que en determinados casos deciden apoyar a una ONG
y sacan el provecho de unir su imagen a una causa. O viceversa, ONG que
intentan salir a flote y buscan a un famoso como imagen corporativa.
Afortunadamente los casos contrarios también existen: todos conocemos a
artistas muy comprometidos que están ahí, luchando por construir un mundo
más justo.
Los bancos y los gobiernos
También estos colosos tienen en su punto de mira a las ONG por ser el
perfecto escaparate para conseguir sus intereses. "Cuando los bancos se
ocupan de los pobres -alerta el profesor de Pensamiento Político y Social,
José Carlos Fajardo(*)-, y las transnacionales financian programas de ONG
mediante escandalosas campañas publicitarias, hay que echarse a temblar.
Como sucede con campañas humanitarias financiadas por productores de
tabaco, alcohol o de productos contaminantes y cancerígenos. ¿Por qué en
vez de colaborar con las ONG no se dedican a mejorar las condiciones
laborales de sus trabajadores, la calidad de sus productos, la protección
del medio ambiente y pagan un justo precio por las materias primas que
arrancan del expoliado Sur? Las ONG no pueden ser el servicio posventa de
las fábricas de armas, para apagar los fuegos que provocan con sus
criminales negocios. Ni son la pantalla de relaciones públicas con la que
los gobiernos pretenden lavar su imagen financiando interesados proyectos
de desarrollo en países cuyas economías esquilman con inversiones que los
despojan de futuro".
Muchos intereses políticos y económicos se encuentran detrás de proyectos
que reciben financiación, hasta el punto de que las ONG parecen haberse
multiplicado como setas en los últimos tiempos, según denuncian expertos
en cooperación. "Recientemente -confirma Vicenç Fisas, titular de la
Cátedra Unesco sobre Paz y Derechos Humanos(**)- vamos siendo testigos de
un interesante fenómeno que está afectando cada vez más a numerosos
asuntos políticos y sociales. Me refiero a la multiplicación de ONG y a su
entrada en el mundo de la política a través de campañas sobre los temas
más diversos, en función de la especialidad de cada una de ellas y de las
opciones estratégicas que van tomando en relación a su forma de actuar, de
acercarse al público y definir su mismo cometido. La multiplicación de las
ONG y el aumento de su influencia en la vida pública, ha ido pareja
también a la proliferación de algunas entidades que no pueden quitarse de
encima la sospecha de haber nacido sólo para recaudar dinero y acaparar
subvenciones públicas, distorsionando el carácter popular de las mismas y
el supuesto previo de que han de estar basadas y apoyadas en opiniones
públicas sensibilizadas y comprometidas".
Marketing solidario
Aquí el eslogan sería: "Adhiere una buena causa a tu publicidad y
venderás más". ¡Y funciona! Si no que se lo pregunten a algunas
multinacionales que se han vuelto "solidarias" de repente y han puesto en
marcha macrocampañas que ligan el consumo del producto en cuestión con un
porcentaje de ayuda a una causa humanitaria. El periodista David Calzado,
del Centro de Colaboraciones Solidarias nos recuerda una campaña que lanzó
hace un par de años la marca de tabaco Fortuna. En varios periódicos
españoles apareció por aquel entonces -recuerda Calzado- "un anuncio a
toda página y todo color que nos informaba de los 340 millones (2,04
millones de euros) que se habían entregado a proyectos humanitarios. Sólo
me gustaría preguntar: ¿Cuánto dinero costó la campaña de Fortuna 0,7%?
Según diversas agencias de comunicación consultadas Tabacalera había
invertido más de 1000 millones de pesetas (6,01 millones de euros) en
empapelar marquesinas, pintar autobuses, ocupar contraportadas de
suplementos y revistas, páginas enteras en periódicos, radio, televisión,
etc. ¿Quieren ser solidarios o quieren vendernos que lo son?". Según
confiesa este periodista, el tema tampoco fue a más ya que se trataba de
uno de los anunciantes más poderosos del país. Pero siguen los ejemplos.
Ahora le toca el turno a los programas de televisión solidarios. "El tema
es tan lamentable -comenta David Calzado- como esos Telemaratones
televisivos que recaudan 250.000 euros (más de 40 millones de pesetas)
para las ONG e ingresan para la cadena más de 600.000 euros (más de 100
millones de pesetas) en publicidad. Desmesurado y abusivo uso de una causa
noble. El fin no justifica los medios". El periodista explica que este
invento del marketing con causa surgió en EEUU -no podía ser de otra
forma- hace veinte años; luego se observó que esta fórmula se podía
aplicar a distintas causas y su rentabilidad estuvo asegurada desde el
principio. "Tras el boom del marketing con causa provocado en parte por la
fenomenal respuesta de los españoles ante la gran cobertura informativa,
las empresas invaden los espacios publicitarios con mensajes solidarios en
los que casi no aparece la ONG que gestionará el dinero, ni el país de
Centroamérica que recibirá la ayuda. Algunos productos utilizaban la
etiqueta solidaria sin informar dónde, con quién o cuándo... Las
competencias se movilizaban en busca de ONG que les permitiesen igualar
las ofertas, también en lo humano". El marketing con causa no es rechazado
por muchas ONG, siempre y cuando no condicione el consumo. "Mi
sensibilidad social -apunta Calzado- no puede depender de si fumo o no
fumo Fortuna. No es necesario recordar que el tabaco es el producto que
provoca más muertes en nuestro país y que Tabacalera sigue exportando a
países empobrecidos del sur donde compra materias primas a precios
abusivos. ¿Para cuándo un 0,7% de las fábricas de armas o del
narcotráfico?".
Foto: (c) L. Boscardi.
ACNUR |
CÓMO SEPARAR EL GRANO DE LA PAJA
"En este tema de las ONG lo primero
que debe quedar claro -apunta Pilar Cernuda- es que es mucho más lo
positivo que generan que lo negativo. Pero si esto último existe, hay que
denunciarlo precisamente, para que los que siguen adelante y en pie con
sus ONG, estén libres de sospecha.
Para esta periodista, no es necesario dar nombres "ya que la gente tiene a
su alcance la posibilidad de pedir las cuentas a la ONG con la que está
colaborando, y si no se las dan o ven irregularidades, entonces que se
vayan a otra. La mayoría de ellas están subvencionadas y tienen la
obligación de tener las cuentas claras y a disposición no sólo de los
organismos oficiales sino también de quienes quieran colaborar con ellas
económicamente". Postura apoyada también por Vicenç Fisas: "No se trata de
hacer un listado público de ONG, sino de que cada cual saque sus propias
conclusiones y que las mismas organizaciones intensifiquen su análisis y
autocrítica sobre lo que hacen y cómo lo hacen". Pero sí hay algunas cosas
más a tener en cuenta. A la transparencia en las cuentas que antes
señalaba Cernuda, habría que unir la honestidad. "Honestidad, por ejemplo,
reclama Fisas, en los mensajes publicitarios y en las líneas directrices
de cada organización, pues no parece tolerable que a estas alturas se
financien proyectos integrales a través del reclamo del apadrinamiento
individual, ocultando la naturaleza de los conflictos o haciendo ver que
la miseria estructural puede solucionarse definitivamente aumentando la
ayuda al desarrollo o multiplicando pequeños proyectos, cuando todos
sabemos que las ONG sólo pueden mitigar un poco el sufrimiento o el
subdesarrollo en algunas zonas, que ya es mucho, pero que el paso de la
miseria y la marginación al desarrollo humano sólo es posible mediante
cambios estructurales de gran calado, que inevitablemente deberán
protagonizar los mismos Estados, con ayuda de los organismos
internacionales". Siguiendo con las cuestiones objeto de análisis, Fisas
apunta otra más: observar el nivel de "incordio" y de implicación en
campañas, especialmente aquellas que permiten cambiar las actitudes
políticas y las opiniones públicas. "Preguntar a las ONG -sugiere Fisas-
en cuántas campañas de presión y sensibilización trabajan es una manera
efectiva de saber si persiguen cambios estructurales o simplemente se
limitan a recaudar dinero para unos proyectos de eficacia a veces
discutible, o a atender a las víctimas sin preguntarse la naturaleza del
conflicto y si pueden hacer algo más para que no se repitan dichos
conflictos con tanta frecuencia". ∆ |
Críticas desde dentro.
Autoanálisis de las ONG
Texto: Marta Iglesias
Muchas ONG mantienen el espíritu humanitario;
otras se han dejado seducir por el prestigio social y la posibilidad de
hacer dinero.
Desde
que España vivió el boom del asociacionismo y la identificación de las ONG
como una labor necesaria, el engranaje ha seguido funcionando. Pero lo que
en principio necesitó un esfuerzo previo para ponerse en funcionamiento,
hoy se ha convertido en una maquinaria que muchas veces sigue moviéndose
por la propia inercia. Conscientes de la necesidad de una reflexión
interna, en el año 2001 la Fundación Esplai puso en marcha un foro de
debate para averiguar cómo se veían a sí mismas las ONG y hacia dónde
encauzaban su futuro. En total 300 ONG con necesidad de cambio se
dedicaron a una reflexión que se refleja en el libro El Tercer Sector
visto desde dentro. Su autor y coordinador de los seminarios, Fernando
de la Riva, corrobora la necesidad de esta reunión: "La falta de reflexión
interna es, entre otras causas, consecuencia del activismo, de la escasez
de recursos humanos, de la creciente complejidad de la gestión
organizativa, etc. El resultado a menudo es que la tarea cotidiana se
devora todo nuestro esfuerzo, no podemos pararnos, queda poco tiempo para
reflexionar sobre lo que hacemos, para planificar y evaluar, y para
hacerlo de forma colectiva. Vamos respondiendo a las necesidades y
problemas tal y como van surgiendo, dependiendo para ello en muchos casos
de la iniciativa de la Administración, que marca los ritmos de la vida de
muchas entidades. Se nos hace preciso encontrar -de la forma que sea- los
tiempos y los espacios para poder reflexionar adecuadamente sobre nuestra
práctica". Así que el Foro, formado por ONG españolas e iberoamericanas,
se lanzó de lleno a analizar sus carencias y sus debilidades siempre
basándose en sus experiencias reales. Fueron ellas mismas las que se
vieron con resistencia a los cambios, a la modernización y las nuevas
tecnologías, reflejo de lo que es su falta de adaptación al cambio social
y cultural. "La sociedad está cambiando más deprisa que nosotros", indican
en El Tercer Sector visto desde dentro. El análisis de cada ONG les
lleva a pensar que no son ellas las que dirigen sus destinos, sino que el
rumbo de su trabajo social es impuesto por los intereses de las
administraciones, de las que dependen económicamente casi todas las ONG
españolas. Si a esto se suma el desconocimiento de las administraciones y
de la manera de desenvolverse en ellas, la relación entre ambas partes no
prospera. Por otro lado, muchas de las opiniones expresadas hablan de
deficiencias de participación democrática dentro de las propias
asociaciones. Es decir: no se sabe trabajar en equipo. A partir de ahí la
motivación entre los miembros desaparece, la coordinación con otras ONG es
casi nula y la concienciación ciudadana se congela. De la Riva afirma que
"existe la descoordinación, el fraccionamiento del tejido asociativo es un
hecho, y tiene que ver con la falta de experiencia y tradición, con la
escasez de recursos y la competencia por conseguirlos, etc. Es evidente
que tenemos que aprender a trabajar en equipo, a trabajar en red, y en
ello nos va la vida a las asociaciones. Creo que, en un futuro próximo,
sólo sobrevivirán las asociaciones y ONG que sean capaces de
interconectarse, de enredarse, de crear sinergias para alcanzar objetivos
comunes". Sin participación ni expresión no se vuelcan nuevas ideas, ni se
relevan las personas en los puestos, por lo que todo cae en un círculo sin
salida que termina en el hastío y la inercia. A todas estas reflexiones se
añaden la falta de voluntarios preparados y la insuficiencia de recursos,
quizá temas más manidos pero no por ello menos importantes, ya que aún se
encuentran sin solución.
"Los Telemaratones
televisivos recaudan 250.000 euros para las ONG e ingresan para la cadena
más de 600.000 euros en publicidad. Desmesurado y abusivo uso de una causa
noble. El fin no justifica los medios" David
Calzado, periodista.
Foto: (c) MSF-AZG |
LAS ONG DEL SIGLO XXI
Después del análisis se impone la
práctica, traducir las carencias en propuestas concretas que se puedan
llevar a cabo y que constituyan las bases de las ONG del nuevo siglo:
organizaciones con autocrítica, formadas por voluntarios competentes, y
caracterizadas por la democracia interna y la interrelación con otras ONG.
En fin, ONG que se mueven con los tiempos y ajustan sus ofertas a las
demandas sociales. Para De la Riva los retos son amplios pero los más
significativos se traducen en: "Mejorar la formación de los voluntarios y
profesionales de las ONG, como un requisito imprescindible para responder
a otras muchas necesidades de las organizaciones. También hay que destacar
la necesidad de producir y conseguir nuevos recursos que permitan superar
la dependencia casi exclusiva de la Administración Pública. El reto es la
apropiación de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación,
y de su incorporación a la práctica asociativa. Construir redes de trabajo
conjunto que nos refuercen mutuamente, que aumenten la eficacia y el
impacto social de nuestras acciones, es otro de los puntos en que hay una
coincidencia casi absoluta en las asociaciones de todo el Estado español".
Para sacar el óxido a la maquinaria hay que afrontar el reto con ilusiones
renovadas, nuevas energías, convencimiento absoluto del triunfo. Todo ello
unido a la búsqueda de ideas creativas que sean más efectivas y contagien
la necesidad de un mundo diferente darán el giro buscado, ya que la sola
utilización de las nuevas tecnologías no representa un avance si no se
sabe hacia dónde orientar la acción.
En palabras del especialista en asociacionismo y participación Toni Puig
Picart, el atrevimiento es fundamental para lograr el cambio deseado:
"Muchas ONG andan solas, llorosas, disminuidas porque no se atreven a
reinventarse o a desaparecer. Otras, llegadas a una cierta bonanza
organizativa, se paran y empiezan a decrecer. Mi recomendación casi
última: atreveros a alcanzar, a transformar en vida ciudadana, vuestros
sueños. Atreveos: innovad, cambiad, saltaos lo usual, normal y
estereotipado. Atreveos todos: gerencia atrevida, equipos de voluntariado
atrevidos, servicios y movimiento atrevidos, comunicación atrevida... Si
tenéis un proyecto para la ciudadanía, ¡al galope! ∆
(*) Centro de Colaboraciones Solidarias. ONG Solidarios para el
Desarrollo.
(**) El País 21-12-98.
Para más información:
"Solidaridad. No es humanitario todo lo que reluce" de Pilar Cernuda
(Temas de Hoy). "Tercer Sector visto desde dentro" de Fernando de la Riva
(Fundación Esplai). "Guía de las ONG de España" de Marc Avià y Pedro Cruz
(Tikal Ediciones). |
El derrumbe de las Torres Gemelas
Por Toni Puig Picart, especialista en asociacionismo y participación
social. "Tercer Sector visto desde dentro". Fundación Esplai.
El
derrumbe de las Torres Gemelas, la contundencia de la guerra... marcan un
antes y un después, también para el conjunto plural del sector asociativo.
Soy de los que creo que hemos aportado y trabajado para Otro Mundo
Posible, un Mundo Mejor. Pero no suficientemente. La casi maldición
del trabajo aislado, fruto de personalismos y posicionamientos sumisos
para obtener recursos de las administraciones y colaboraciones de las
empresas, corre paralela con las ideas chatas para construir y sostener
otra ciudadanía: más solidaria, democráticamente deliberativa, enfrentada
a toda dominación...
Nos hemos instalado, demasiado cómodamente, en el mundo de Walt Disney,
construyendo pequeñas islas de solidaridad, desde las que parten barcos
para auxiliar a los demás necesitados. Islas que calman conciencias: yo ya
hago algo. Y ponen parches. No es suficiente. Lo será menos.
No propongo un regreso a la revolución. No es tan fácil. Sí apuesto por
retornar a la insumisión frente a demasiadas ideas, postulados,
conveniencias. Frente a un mundo y un ciudadano sólo mercado. En el que
todo tiene una sola vara de medir: ganancia económica. Donde lo humano es
sólo decoración. Y los lobos abundan: construyeron las Torres desde la
depredación. Y las hundieron inmisericordes. No es la lucha del bien
contra el mal: es el mal contra el mal. No son éstos tiempos de miedos,
para los lamentos. Son tiempos para la innovación, la reinvención, el
empuje, la reorganización, la acción. El renacimiento de lo humano.
1.- El sector, mi red próxima, mi asociación. ¿Qué mundo, qué ciudadanía
tenemos y queremos construir?. Ésta es la primera pregunta no contestada,
nítidamente, contundentemente, en el 75% de las asociaciones. Tenemos
trazos y papeles. Nos falta rotundidad. Y convertirla en eje y resultados
de trabajo cotidiano.
2.- Debemos movilizar. Me escandaliza el casi nulo interés de las
asociaciones por comunicar, con ímpetu y convencimiento, lo que somos,
hacemos y proponemos. Me horroriza la delgadez creativa e implicativa del
cómo lo hacemos. Nuestra corrección, que es monotonía. No tenemos gente
preparada y nos duele el dinero que dedicamos a comunicar. Si no
comunicamos el Mundo Mejor que estamos construyendo, ¿cómo podemos
expandirlo?
3.- Me preocupan nuestros sistemas de organización. Somos más jerárquicas
que las mejores empresas contemporáneas. Hay un afán de poder disimulado,
de no implicar realmente a los ciudadanos -manifestando todo lo
contrario-, en muchísimas asociaciones. ¿Cuántas planificamos, montamos,
facilitamos los servicios y las acciones de movilización con los
ciudadanos y no sólo con su voluntariado? Muchas, escandalosamente, se han
convertido en organizaciones de profesionales: gastan casi todo su
presupuesto en sueldos. No son asociaciones. Ni empresas. Son chiringuitos
cómodos.
4.- ¿Tecnología? Ordenadores para el trabajo administrativo. Y algunas
webs a las que, de entrada, todo. A los seis meses, nada: información
anticuada. Y nada de interactividad con los ciudadanos y otras
asociaciones. El nuevo salto del sector no viene por la técnica. Ésta es
sólo un instrumento. A demasiadas se les llena la boca con las nuevas
tecnologías porque su corazón está a oscuras de valor, implicación
ciudadana, trazo para otro mundo y vida.
5.- Valores. Claro. Pero no como eslogan. Como bandera, sólo. Valores como
corazón de todo y en todos. Mejor: un valor por el que estamos dispuestos
a apostar, a construir un Mundo Mejor, a intercambiar con otros valores,
otras asociaciones, para el valor global: humanidad. Desnuda. Casa común
desde todas las diferencias y con iguales oportunidades.
6.- ¿Por qué la única voz social, en los medios de comunicación, en el
navegar ciudadano, es la de los gobiernos y los partidos? Es la voz de las
organizaciones sociales que gestionan, hoy, mayormente, bajo el dictado de
los valores sólo financieros. Y montan el espectáculo grotesco de sus
peleas personalistas como grandes cuestiones para la vida. Ya no más.
Necesitamos que la voz de los valores de las asociaciones, de las
cuestiones humanas, para la Vida Mejor y el Mundo Mejor, sea una melodía
que ahogue el cacarear de los políticos mediáticos, de los partidos que
optan por democracias disminuidas y gobiernos al servicio de los intereses
sólo de los que habitaban las Torres. Es el gran reto.
Soy consciente de mi provocación. Pero ¿sabéis?, es lo que realmente creo.
y por lo que realmente trabajo. A veces, por ello, me exilian. Son
cicatrices amadas, tatuajes para el Otro Mundo Más Posible. ∆ |
FUSION OPINA
Los 90
pasarán a la historia como la década de la solidaridad. Las tragedias de
Ruanda, Zaire, Bosnia, etc y la acampada de la Plataforma 0,7%
contribuyeron en España a sensibilizar a la sociedad en favor de los
sectores más desprotegidos. Hoy las ONG se han convertido en importantes
agentes sociales a la hora de detectar, denunciar y actuar con prontitud
ante situaciones de emergencia. Cuestión que ha servido muchas veces para
que los poderes públicos, a través de las subvenciones, delegasen en ellas
sus responsabilidades.
Desde entonces las ONG se han multiplicado en nuestro país y la
solidaridad se ha convertido para algunos en perfecta tapadera para
oscuros intereses. Trepas que buscan adherirse a una ONG para seguir
subiendo posiciones y entrar en lugares y ambientes donde antes no podían
acceder. Individuos sin escrúpulos a los que no les importa crear una ONG
como fórmula para ganar dinero a costa de la solidaridad de los demás.
Famosos que buscan promocionarse. Bancos o multinacionales que se suman a
una causa buscando una imagen cara a la galería que esconda sus auténticos
intereses: conseguir más poder, más dinero. Gobiernos que utilizan el
sistema de subvenciones para intentar manipular los proyectos y sus
lugares de destino. Gobernantes que son capaces de comerciar con la
penuria que pasa su pueblo y con la solidaridad internacional para
perseguir otros objetivos que nada tienen que ver con las necesidades de
su población. Y todo ello ¿por qué? Porque hoy las ONG representan ya a un
sector muy elevado de la sociedad civil. Porque nacen independientes de
los gobiernos y estados. Porque no nadan en dinero pero están al lado del
que lo necesita. Porque ejercen presión y han conseguido influencia y voz
en ámbitos nacionales e internacionales. Porque cuentan con el
reconocimiento de la sociedad y su fuerza crece día a día. Y todo esto es
muy atractivo, especialmente para aquellos que buscan el poder y el
reconocimiento a costa de lo que sea. ∆ |
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