
TEMA DEL MES - PRISIONEROS SIN
DERECHOS

"Este precedente es muy grave porque
si en un futuro tiene lugar un enfrentamiento con un país que goce
de una posición hegemónica, podría arbitrarse una fórmula parecida a
ésta, saltándose a la torera todos los tratados y convenios
internacionales"
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La imagen de un detenido en Guantánamo,
trasladado en carretilla de madera con los pies y las manos atadas, levantó
la polémica sobre las condiciones en las que eran tratados estos
prisioneros. La respuesta de EEUU no se hizo esperar: Se trataba de
terroristas a los que de momento no se les iba a otorgar ningún derecho
hasta ser interrogados. Organizaciones internacionales de Derechos Humanos
-entre ellas Amnistía Internacional (AI)- advierten que se trata de un
precedente muy grave en materia de DDHH, de dimensiones aún desconocidas.
Hablamos con Francisco Javier Fernández, presidente de la Unidad Territorial
de AI de Asturias.
-Durante la Guerra Fría muchos gobiernos creyeron que en la lucha
contra el gigante comunista, el fin justificaba los medios. Hoy parece
ocurrir lo mismo en la lucha antiterrorista promovida por EEUU. ¿Es que no
ha cambiado nada desde entonces?
-Desde el punto de vista teórico, sí. Desde entonces hasta ahora el número
de convenios y tratados internacionales encaminados a proteger los Derechos
Humanos han aumentado considerablemente, así como las legislaciones
internas. Lo que ocurre es que desde el punto de vista práctico en este
momento existe una clara amenaza de que todos estos avances se conviertan en
papel mojado. Que todas aquellas cosas a las que se comprometieron los
gobiernos europeos, en el momento de la verdad, puedan venirse abajo. Sería
un retroceso de muchos años. Aunque la UE está insistiendo en que uno de los
pilares básicos de las legislaciones de los países miembros sea el derecho,
la defensa y promoción de los Derechos Humanos, en la práctica esto deja
mucho que desear.
-El hecho de que el Presidente Bush pretenda hacer diferencias con los
presos de Guantánamo a la hora de aplicar la Convención de Ginebra, crea un
peligroso precedente y un grave retroceso en materia de Derechos Humanos.
¿Frente a esto cuál es la postura de AI?
-Es importante saber primero cuál es la situación de estos presos. Para
AI todos son presos de guerra, y por lo tanto se les debe aplicar la
Convención de Ginebra. Pero aunque no fuera así, cualquier prisionero, sea
quien sea, tiene una serie de derechos como persona, que deben ser
respetados aunque no se le aplique la citada Convención: derecho a ser
detenido con un cargo, no de forma arbitraria; derecho a contar con un
abogado desde el primer momento; derecho a permanecer en silencio y no
testificar en su contra; derecho a ser reconocido por un médico si se
encuentra mal de salud, etc. En estos momentos EEUU no está respetando esto.
AI ha pedido visitar a los presos y hasta el momento ha recibido el silencio
por respuesta. Incluso la Cruz Roja Internacional tiene restricciones para
llevar a cabo su labor. Recordemos que estos presos se encuentran en clara
indefensión ya que, además de no aplicárseles la legislación internacional,
han sido trasladados a la Base de Guantánamo que tampoco es territorio
americano, así que tampoco se pueden beneficiar de los derechos y garantías
de la Constitución de EEUU. Están en tierra de nadie. Este precedente es muy
grave porque si en un futuro tiene lugar un enfrentamiento con EEUU o
cualquier otro país que goce de una posición hegemónica, podría arbitrarse
una fórmula parecida a ésta, saltándose a la torera todos los tratados y
convenios.
-¿Por qué en estos momentos defender los Derechos Humanos parece ser
sinónimo de apología del terrorismo? Me refiero a aquella famosa frase del
presidente Bush: "Estáis con nosotros o contra nosotros".
-Por intereses políticos se ha hecho ver a la opinión pública que existe
una contradicción entre la defensa de la seguridad y la defensa de los
Derechos Humanos. Es decir, si queremos seguridad tendríamos que renunciar a
los Derechos Humanos y las libertades y al revés, cosa totalmente falsa. La
defensa de la seguridad se basa precisamente en el respeto a los Derechos
Humanos. Las legislaciones de la UE tienen una serie de salvaguardas para
evitar que nadie sea detenido sin causa aparente, para que exista una
presunción de inocencia, para la garantía de todos los derechos que hemos
comentado antes. Pero si no velamos porque esto sea así, cualquier ciudadano
inocente en un momento determinado, podría verse envuelto en un problema,
ser acusado de cualquier cosa y encontrarse indefenso.
-Y frente a esta especie de totalitarismo, ¿qué se puede hacer?
-Desde AI pensamos que debería crearse una Coalición Mundial en favor de
los Derechos Humanos, igual que se hizo una Coalición para luchar contra el
terrorismo. Y esto sólo se va a conseguir con la movilización de los
ciudadanos. Para ello previamente debe llevarse a cabo una fase muy compleja
de sensibilización para que estas reivindicaciones no se realicen en plan
altruista ni por principios, sino casi en defensa propia, porque cualquier
día te puede pasar a ti. También hay que realizar presión política ya que de
la misma forma que se reivindican mejoras de tipo social, económico o
cultural, hay que exigir que se respeten las libertades de tipo civil y
político. Van las dos cosas unidas. Debemos ser conscientes de que en este
momento nos jugamos muchas cosas.
- ¿Qué opinión te merece la postura de nuestro país, que a pesar de todo
lo ocurrido en materia de Derechos Humanos, sigue apoyando
incondicionalmente a Washington?
-Nosotros no queremos que el Gobierno español entregue un cheque en blanco
ni a Washington ni a ningún otro régimen. Desde AI estamos llevando a cabo
una campaña que pretende promover el respeto de los Derechos Humanos durante
la presidencia española en la UE. Hemos alertado de la posibilidad de que en
este tiempo los Derechos Humanos puedan pasar a un segundo plano o incluso
exista un retroceso, ya que este tema no forma parte del programa político
de la presidencia española. Se está hablando de colaboración jurídica con
EEUU pero en ningún momento España podría firmar un tratado de extradición
con EEUU, por el que una persona extraditada a aquel país pueda ser sometida
a pena de muerte o a tortura. Tenemos la impresión de que el gobierno
español tiene la debilidad de caer en estas cuestiones. De momento no lo ha
hecho, pero tenemos que seguir muy pendientes para que esto no se produzca.
Nuestra Constitución tiene incorporadas muchas garantías en materia de
Derechos Humanos aunque luego se respeten en mayor o menor medida. Al
contrario de EEUU, que ha firmado muy pocos tratados de Derechos Humanos. En
este sentido España debería mantener una postura incluso de liderazgo, de
cara a la defensa de los Derechos Humanos. ∆ |