TEMA DEL MES - ACOSO EN EL TRABAJO
Foto: Fusión
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"Siempre se ha sacado beneficio
de la invisibilidad de estos problemas y lo cierto es que ya han
emergido a la sociedad porque tienen muchas repercusiones, no sólo
para quien las sufre sino también para el trabajo" |
Según datos de la Unión Europea, el acoso
en el trabajo afecta a doce millones de personas, la mayoría mujeres.
Mientras el acoso sexual está regulado en el 60% de países de nuestro
entorno, el acoso moral sólo está contemplado en Bélgica. En nuestro país el
"Caso Nevenka" -en estas fechas, pendiente aún de sentencia-, ha vuelto a
poner encima de la mesa los diferentes ingredientes que confluyen en un caso
de este tipo, incluido el acoso procesal hacia la víctima. Dicen los
expertos que podría ser un buen ejemplo de libro al recoger todos los
estereotipos. Hablamos del acoso a la mujer en el trabajo con Cristina
Almeida, parlamentaria y abogada.
-Cómo están contemplados estos supuestos en nuestro ordenamiento y qué
propuestas se están defendiendo en este momento?
-En nuestro país existe una regulación a nivel de determinados
Parlamentos Autonómicos: Cataluña y País Vasco, principalmente. En la
Comunidad de Madrid se han aprobado una serie de resoluciones para hacer
estudios sobre la incidencia del acoso, especialmente las repercusiones en
la salud laboral de las víctimas. Pero en cualquier caso, como no hay
competencia legislativa, pues no se legisla. A nivel nacional, desde el
Grupo Parlamentario Socialista se presentaron dos Proposiciones de Ley para
regular los distintos aspectos del acoso moral en el trabajo. Se discutieron
en el Congreso pero el PP votó en contra y no prosperó. No obstante seguimos
trabajando sobre este tema para que aquí en España sigamos el modelo de
otros países. Especialmente la Resolución del Parlamento Europeo de Acoso
Moral en el trabajo del 2001 que aconseja a todos los países que adapten sus
legislaciones para incorporar esta figura. Incluso habla de una reforma del
Código Penal para introducir en los delitos contra los trabajadores el acoso
moral en el trabajo, cuando tuviera una gravedad y se insistiera en esa
gravedad por encima de las infracciones del Derecho Laboral. Aunque no ha
sido aprobada por el momento, personalmente estoy segura de que será
incorporada a nuestra legislación.
Y un dato curioso. Fíjate que aunque no está legislado, la jurisprudencia sí
se ha pronunciado a través de figuras como atentado contra la salud. Incluso
las consecuencias del acoso moral se han considerado accidente de trabajo y
han obligado a las Mutuas a pagar por este concepto. Por ello sólo queda
introducir esta figura a nivel legal.
-Has comentado en alguna ocasión que el acoso tendría que dejar de ser
algo perteneciente a la esfera privada y pasar a ser una cuestión social.
¿Qué aportaría este cambio?
-Siempre se ha sacado beneficio de la invisibilidad de estos problemas y
lo cierto es que ya han emergido a la sociedad porque tienen unas
repercusiones no sólo para la persona que lo sufre -el trabajador-, sino
para el trabajo, ya que al crearse un ambiente hostil se rinde menos. Afecta
también a la familia, y afecta a la sociedad porque puede llegar a tener un
coste que se deriva de la atención a las personas que lo sufren bastante
elevado (depresión, absentismo, enfermedades nerviosas). Y porque ha
emergido como problema hay que darle soluciones para que no tenga tanto
coste moral, personal, social y humano.
-Ocurre en demasiadas ocasiones que cuando prospera una denuncia, el
fiscal o juez encargado del caso, parecen partir a priori de una idea de
culpabilidad de la víctima. A veces esto queda patente incluso en las
sentencias. Como parlamentaria y abogada, ¿cómo ves el tema?
-En todos los temas donde hay relaciones personales hombre-mujer, no nos
podemos olvidar de los roles sociales que tenemos. Y que la iniciativa
respecto al deseo, amor o sexo en general, la tienen los hombres. Entonces
frente a una relación no consentida parece que predomina la idea de que es
casi imposible que alguien se niegue cuando lo están deseando. O que la
víctima ha provocado previamente al hombre o quiere producirle un mal.
Nunca he visto exigir a un señor al que le han robado un reloj, que asegure
que en el fondo no se lo regaló al ladrón porque le caía simpático. Sin
embargo a una mujer que ha sido violada le preguntan siempre: "¿se ha
resistido usted bien?", "¿no se ha dejado?"... En el fondo yace una
sensación de que la mujer debe someterse a ese deseo y si no se somete se
cree que hay algo extraño que al final se acaba convirtiendo en una
presunción de culpabilidad hacia la víctima. Y como suele haber falta de
pruebas, esto es aprovechado en ocasiones -por la otra parte, el fiscal o el
juez- para derivar la culpabilidad hacia la propia víctima apoyándose en lo
invisible.
-Hay una cuestión curiosa que a veces se produce a la hora de hablar de
estos temas y es la postura machista ejercida en ocasiones por la propia
mujer.
-Es verdad que hay mujeres que reproducen papeles y antes de pensar que
la propia mujer tiene la razón, se dejan llevar del criterio de la
provocación: cómo vestía esa mujer, cómo se comportaba, etc. Pero esto cada
vez se da menos ya que como cada día afecta a más mujeres, se produce mayor
solidaridad. Esto no quiere decir que desgraciadamente se reproduzcan roles.
Son muchas las mujeres acosadas moralmente por otras mujeres (casi un 40%).
En un 30% son los hombres quienes acosan y el resto, ambos. Sin embargo los
hombres son acosados por hombres en un 70% y escasamente en un 3% por
mujeres. En general entre iguales se acosa más.
-Cuando se habla de futuro se habla de mujer y ecología como pilares
fundamentales sobre los que se apoyarían el resto de las cosas. ¿Falta mucho
para hablar en estos términos?
-Cuando se habla de mujer y ecología en el fondo se habla de mujer y
origen. De mujer como aporte de cosas, sentido de la vida, y mujer como
sentido de la igualdad. Son conceptos que aún cuestan, pero se van
introduciendo.
Naciones Unidas decía que para el 2050 podíamos empezar a hablar en estos
términos, pero yo creo que cada día nos acercamos más a esa realidad de
mujer origen. ∆ |