TEMA DEL MES - ¿CRECE EL FENÓMENO DE
LA ULTRADERECHA EN EUROPA?
Foto: L.G.
"Si no se hace una apuesta decidida desde lo público por
la integración social y también por la seguridad, los ciudadanos
tienden a culpabilizar al distinto, al nuevo, de todos los males de
la sociedad"
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Alvaro Cuesta Martínez es diputado
socialista por Asturias y Secretario Federal para Ciudades y Política
Municipal del PSOE. Recientemente ha asumido la responsabilidad de coordinar
el programa electoral municipal y autonómico de su partido para las próximas
elecciones municipales. Con él hemos hablado sobre el
preocupante aumento de la ultraderecha en Europa.
-Como político de izquierda y español ¿qué reflexión se puede hacer
sobre el ascenso de la ultraderecha en Europa con lo sucedido en las
elecciones en Francia y recientemente también en Holanda?
-La primera reflexión, sobre todo en Francia, pero que también sirve
para el resto de países de la UE, es que la izquierda tiene una tendencia a
la división, a la fragmentación, y esa división, a veces causada por el
exceso de autocrítica, lo que genera es una penalización electoral.
En Francia, los electores de la izquierda y los responsables políticos de la
izquierda, frivolizaron la candidatura de las elecciones a la presidencia.
Prefirieron divertirse en la primera vuelta. Presentaron un planteamiento de
fragmentación que generó que pasaran a la segunda vuelta dos opciones, una
de ellas además, como la de Le Pen, que es la opción de la intransigencia, y
aunque ha subido en términos de apoyo popular, es una opción claramente
minoritaria en la vida política francesa. El exceso de fragmentación de la
izquierda se pagó en esas elecciones presidenciales, sobre todo en la
primera vuelta. Yo espero que la izquierda se reagrupe y se rearme con
motivo de las elecciones legislativas que van a desarrollarse en el mes de
junio y que de nuevo permitan ver en Francia un gobierno progresista.
-En Holanda la ultraderecha subió sustancialmente...
-En el caso holandés se ha producido también un fenómeno parecido.
Tanto en Francia como en Holanda, como en otros países, subyacen problemas
que no se pueden negar. Hay un problema real al que a veces la izquierda no
da un tratamiento adecuado, como es el de la seguridad ciudadana. Hay una
sensación creciente de inseguridad, que a veces no es la inseguridad ante el
delito, sino la inseguridad ante el futuro. En ocasiones la izquierda no ha
dado una respuesta a este tema.
En segundo lugar, hay efectivamente un porcentaje muy alto de población de
nuevos habitantes. Yo prefiero hablar de nuevos habitantes, antes que de
inmigrantes que vienen a buscarse y a ganarse el pan, porque vienen
desesperados de otros países; tampoco se han dado respuestas a este tema.
El hecho de no dar respuestas adecuadas en clave, por ejemplo, de
integración social, es lo que permite crear bolsas de marginalidad, y esas
bolsas de marginalidad generan también delincuencia. Si no se hace una
apuesta decidida desde lo público por la integración social y también por la
seguridad, los ciudadanos tenderán a culpabilizar al distinto, al nuevo, de
todos los males de la sociedad. Y es en ese caldo de cultivo en el que nadan
y navegan determinados aventureros populistas, xenófobos y fascistas.
-Ese es un problema común a todos los gobiernos, sean del signo que sean.
-Esa responsabilidad no solamente es de la izquierda, es también de
los gobiernos conservadores. La enseñanza de las elecciones europeas es: "No
degrademos los servicios públicos". Si hay más personas que demandan esos
servicios públicos lo que tenemos que hacer es darles medios, darles
posibilidades, mejorar esos servicios públicos, para que no se culpabilice a
los inmigrantes del deterioro de los servicios.
-En España la cuestión de los inmigrantes ya está generando serios
problemas.
-Eso lo estamos viendo en muchos ayuntamientos, sobre todo en los
que tienen altas tasas de inmigración. Los alcaldes socialistas están
desplegando medios e intentando hacer frente a todas las necesidades de los
inmigrantes, pero lo están haciendo con los presupuestos municipales, sin
ninguna ayuda económica del gobierno. Está el dato curioso del ayuntamiento
de Lorca (Murcia). Me decía su alcalde que en los cuatro últimos años ha
recibido del Gobierno Central cinco millones de pesetas para hacer frente a
políticas de integración de inmigrantes, y estamos hablando de un pueblo que
tiene 60.000 habitantes, de los cuales 15.000 son ecuatorianos. ¿Qué ocurre?
Pues que si se degradan los servicios, habrá ciudadanos que culpen a los
inmigrantes, cuando el responsable es el Gobierno por la inexistencia de una
política de integración adecuada.
-Si aquí en España se diese una situación similar a la de Francia ¿crees
que la izquierda votaría a la derecha?
-Lo de Francia fue una reacción patriótica en favor de la república.
Ahora bien, en España si se trata de salvar la democracia la izquierda ha
dado lecciones suficientes de responsabilidad. Tenemos el propio modelo de
transición política para ver cómo la izquierda, desde su responsabilidad,
demostró una contribución por la democracia. Si la situación fuera a la
inversa, ¿qué hubiera hecho la derecha tanto en Francia como en un caso
similar en España? A mí me caben dudas. El ejemplo lo tenemos en nuestro
Presidente del Gobierno. Este país es el único en Europa que tiene un
Presidente del Gobierno que no ha votado su Constitución.
-Todos estos acontecimientos muestran las fisuras de la democracia.
-La democracia está en crisis. Los fenómenos que estamos viendo en
Europa ponen de manifiesto un grado de confusión y un incremento de
movimientos xenófobos y fascistas. Los antídotos no están solamente en una
recuperación de la política, sino sobre todo supone convertir a las ciudades
y a los ayuntamientos en estructuras y gobiernos más democráticos y más
próximos. La democracia del futuro pasa por aprovechar la potencialidad que
da la vida municipal, la participación ciudadana en todos los problemas, así
como servicios públicos más eficientes pero también más controlados. Se
trata de provocar una gran transformación, refortalecer los nexos de unión
entre las instituciones y los representados. Se dice que una de las
soluciones, en términos democráticos, a la globalización, está en la apuesta
por lo local. Ahí es donde está la gran potencialidad, en los ayuntamientos.
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