Revista Fusión

 Subscripción RSS

FUSION también eres tú,  por eso nos interesan tus opiniones,  tus reflexiones y tu colaboración  para construir un  mundo mejor

Recibe nuestras noticias en tu correo

 


 

El Ventano

 

Bono (el de U2) está consiguiendo lo que no han conseguido todas las cumbres de la historia ni aún queriendo (que no quieren): una política coherente de ayuda a África.

ventano.jpg (13663 bytes)
ESPERANZA
POR ELENA F. VISPO

Estoy hasta la bola de hablar de George W. Bush y su nefasta política nacional, internacional y chiripitifláutica. Así que esta vez no. No porque no tenga material, cuidado: tengo material para reventar. Pero por esta vez voy a prescindir de la cara de estreñida que se me pone cada vez que pienso en Georgito, y voy a darme el gustazo de hablar de un pedazo de hombre. Un hombre milagro.
Dejando aparte el hecho, indudablemente mágico, de pertenecer a una banda de rock que sigue junta después de veinte años, y que aún vende millones de discos cada vez que sacan uno nuevo, Bono (el de U2, no el de la Junta de Castilla la Mancha) está consiguiendo lo que no han conseguido todas las cumbres mundiales de la historia ni aún queriendo (que no quieren): una política coherente de ayuda a África.
Y lo mejor es que no lo ha hecho con vudú, sino echando mano de las armas más peligrosas: una convicción a prueba de bombas, la lógica aplastante de que el mundo "desarrollado" no puede seguir dejando que África muera de hambre y sida y, ante el enemigo, un lenguaje que pueda entender y un exquisito carisma. ¿Dónde se ha visto que un hombre se declare amigo de Bill Clinton y a la vez se codee con lo más selecto de la administración Bush? (huy, perdón, se me ha escapado el nombre). ¿Que lo mismo pone a parir la globalización ante cualquiera que le escuche, que consigue un micrófono en la cumbre del Foro Económico Mundial? ¿Que pille por banda al senador más conservadurista de todos los Estados Unidos y haga que se le salten las lágrimas a base de citarle la Biblia? ¿Y que consiga que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, el mandamás del Fondo Monetario Internacional, se vaya con él de viaje a África y vuelva comprometiéndose públicamente con una ayuda real al desarrollo?
Este viaje ha sido un lavado de cara para la administración de ése que me he comprometido a no nombrar. No todo van a ser bombas y guerras contra el terrorismo, con lo feo que queda ser un asesino psicópata, por mucho que tengas el apoyo de la comunidad internacional. Y Bono, como tonto no es, ha dicho que vale. Que él está para que le utilicen, siempre que valga para algo. En una entrevista a El País le preguntaron si se había hecho amigo de O Neill y dijo: "si logra cambiar la trayectoria del gigante estadounidense, si logra rescatar a los millones de africanos que están cayendo por las grietas de la mundialización, será mi amigo". ¿Y si no? pregunta el periodista. "Pues no".
Quizá, me encanta pensarlo, en el despacho oval se llevan las manos a la cabeza ante el resultado de un viaje que parecía sólo un gesto de buena voluntad. Quizá no contaban con el talante imprevisible de O'Neill, un capitalista convencido pero también uno de los miembros más independientes del gobierno del innombrable. O no se les había ocurrido que Bono es tan irresistible en las distancias cortas como cantando ante cien mil personas. Y sobre todo, probablemente no se dieron cuenta de que cualquiera que vaya a África sin una venda en los ojos, vuelve convertido en el mayor activista por los Derechos Humanos.
A Bono en África no lo conoce ni el tato. Durante una estancia en un campo de refugiados, cuando descubrieron que era cantante, decidieron sacarle partido. Le pusieron a recorrer el campo, guitarra en mano, cantando sencillas melodías que explicaban como potabilizar el agua, como evitar el contagio de enfermedades... Nada que ver con los grandes éxitos de los cuarenta principales. Como tenía pelo largo y llevaba un pendiente le llamaban "la chica que canta". No sé como le habrán llamado ahora, un tipo con unas gafas de sol rosas por África adelante. El mismo tipo que de vuelta a casa se codea con Tony Blair, Condoleeza Rice, David Rockefeller...
No digo que me lo crea todo, aunque ya me gustaría. Supongo que esta excelente iniciativa lleva implícita su parte proporcional de politiqueo, y que no todo será tan rosa como las gafas de este hombre. Pero mira, mientras haya alguien que se busque la vida tan bien como Bono, a mí me parece que no todo está perdido.
Ah. Por si fuera poco, encima está buenísimo. ¿Alguien da más? ∆

   

   
INDICE:   Editorial Nacional, Internacional, Entrevistas, Reportajes, Actualidad
SERVICIOS:   Suscríbete, Suscripción RSS
ESCRÍBENOS:   Publicidad, Contacta con nosotros
CONOCE FUSION:   Qué es FUSION, Han pasado por FUSION, Quince años de andadura

 
Revista Fusión.
I  Aviso Legal  I  Política de privacidad 
Última revisión: abril 07, 2011. 
FA