l 24 de mayo entró en vigor la Ley de
despenalización de los delitos relacionados con el cumplimiento del Servicio
Militar Obligatorio (SMO) y la Prestación Social Sustitutoria (PSS). Esta
ley llegó un poco tarde, cinco meses después de que el Gobierno hubiese
anunciado el fin del Servicio Militar. En este período intermedio muchos
insumisos permanecieron en prisión aún cuando la abolición del SMO era un
hecho y muchos jueces optaban ya por la absolución.
Hoy están todos en la calle pero siguen adelante con sus reivindicaciones.
Contesta a nuestras preguntas Jaime Sánchez Barajas, uno de los integrantes
del Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) de Madrid.
-Acaba de entrar en vigor la Ley de despenalización de los delitos
relacionados con el cumplimiento del SMO y la PSS. ¿Qué representa para
vosotros, dentro de las reivindicaciones que veníais realizando?
-Nuestra reivindicación es la desmilitarización social y la abolición de
los ejércitos. Esta ley nos parece un paso más en el intento del Gobierno de
simular que el tránsito hacia el ejército exclusivamente profesional es un
proceso tranquilo y que se ajusta a sus objetivos, cuando los datos de la
realidad dicen todo lo contrario: no se cumple el cupo en ninguna de las
convocatorias y el número de soldados que abandona el cuartel supera al de
los que se incorporan, hasta se plantean recurrir a los inmigrantes cuando
en todos los demás campos quieren expulsarlos... El Gobierno lo único que
pretende es invisibilizar la disidencia antimilitarista, pero no lo va a
conseguir.
-Antes de la publicación de esta ley, tengo entendido que el Gobierno
llegó a sugerir a los que permanecíais en la cárcel que solicitaseis
vuestros propios indultos y os negasteis a ello. ¿Por qué?
-Nos negamos a pedir los indultos porque las razones por las que nos han
estado encerrando en la cárcel todos estos años siguen ahí: el gasto
militar, la militarización de la sociedad en todos sus ámbitos, las
intervenciones militares en terceros países, la venta de armas a estados
criminales como Indonesia, Israel o Turquía, etc.
-Una parte importante de jóvenes se sigue manifestando contra todo tipo
de militarización. El cupo de soldados profesionales es de todos sabido que
no llega a los mínimos estipulados. Y algunos jueces antes de la entrada en
vigor de esta ley, ya absolvían a los insumisos. ¿Qué creéis que demuestra
todo esto?
-Desde nuestra perspectiva todo esto demuestra un rechazo creciente por
parte de amplios sectores de la sociedad al militarismo en todas sus
manifestaciones. Tras tres décadas de resistencia antimilitarista nuestro
mensaje ha ido calando en muchas personas que no quieren colaborar en el
Ejército y todo lo que lleva asociado; bien, en su momento, no cumpliendo la
mili ni la prestación social sustitutoria (un "castigo civil" por no ir al
Ejército), bien negándose a aplicar leyes militaristas (es el caso de
muchos/as jueces), bien negándose a aplicar sentencias de inhabilitación,
etc.
La campaña de desobediencia al militarismo preconizada por el Movimiento de
Objeción de Conciencia y otros colectivos antimilitaristas a partir de
cierto momento, supera el ámbito de la insumisión y abre nuevas
posibilidades de no colaboración con los ejércitos para muchas personas.
-En este momento, ¿cuáles son las reivindicaciones del MOC? ¿Con esta ley
ha concluido vuestro cometido?
-Nuestras reivindicaciones son las de siempre: abolición de los
ejércitos, fin del gasto militar y del comercio de armas, desmilitarización
social.
-Por último, ¿cuál es vuestra opinión sobre la postura que viene
manteniendo el Gobierno español de colaboración "sin condiciones" en esta
especie de cruzada antiterrorista que dirige el presidente Bush?
-Esta "cruzada" responde más a los intereses del complejo militar
industrial para aumentar el gasto militar que a otra cosa. De hecho,
cualquiera se da cuenta que son los únicos beneficiados. Debe de ser que con
la "tapadera" de las misiones humanitarias no era bastante y necesitaban
más.
El Gobierno español se está comportando con un seguidismo y una falta de
criterios propios ejemplar. Es un auténtico títere en manos de quien manda
"de verdad". Su actitud es la del siervo que quiere agradar: ha sido
patético ver a Aznar ofreciendo repetidamente soldados para Afganistán, unos
soldados que ni siquiera le habían pedido.
A nivel interno, la situación es muy diferente. Apoyándose en la "amenaza
del terrorismo global", el Gobierno del PP está aprovechando para
criminalizar a los movimientos sociales y a cualquier forma de disidencia
dentro del Estado español. Todos los días vemos en los medios de
comunicación intentos de vincular al grupo más diminuto antimilitarista,
okupa, ecologista, de apoyo a los inmigrantes, o de lo que sea, con las
redes de Bin Laden o con ETA. Si no fuera porque da miedo, sería para
echarse a reír. ∆