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LA AMENAZA YANKEE
Lo de las Torres fue un acto de terrorismo, los bombardeos a
escuelas y hospitales afganos un acto de guerra. La diferencia,
desde el punto de vista de las víctimas, es inapreciable.
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Si antes del 11 de septiembre, cuando lo
de las Torres, la verdadera cara de los EE.UU. era evidente ante el mundo
entero, aunque muchos prefirieran mirar hacia otro lado, por eso de su
majestad el dólar, después del fatídico día quien siga empeñado en decir que
son "la primera democracia del mundo", "un ejemplo de libertad", etc, es que
tiene algún interés oculto que le obliga a ver donde no hay y a ser cómplice
pasivo de un país que desprecia olímpicamente todos los tratados
internacionales y que se tiene tan creído su papel de poderoso que hace lo
que le viene en gana, donde le viene en gana y cuando le viene en gana.
Su reacción ante los atentados de las Torres fue una descarada muestra de su
egocentrismo. Su actuación en Afganistán fue patética, inhumana, salvaje,
sobre todo porque fue un rotundo fracaso, que tratan de tapar, al no
conseguir capturar a su más odiado enemigo, Bin Laden, y a cambio descargar
su ira sobre pastores, ancianos, niños, hospitales, escuelas, y un sinfín de
"enemigos peligrosos" para la democracia yankee.
Ahora, nos dan otra muestra de su "humanidad" al tratar a los prisioneros de
guerra como animales salvajes, en contra de lo acordado en la Convención de
Ginebra y pasándose por el forro todas las protestas mundiales, incluidas
las de sus aliados.
Además, caen constantemente en contradicciones, porque justo después del
atentado a las Torres, Bush decía al mundo que estaban en guerra. Ahora, sin
embargo, dicen que los talibanes capturados no son exactamente prisioneros
de guerra... ¿En qué quedamos? ¿Acaso son turistas afganos invitados a
conocer las delicias del ejército yankee? Sí es así... ¿Por qué están
esposados? ¿Por qué tienen sus caras tapadas con mascarillas que les impiden
hablar y oler? ¿Por qué les impiden ver, oír y tocar?
Desde luego si no son prisioneros de guerra tienen que ser voluntarios que
quieran probar en carne propia las excelencias del trato yankee a los que no
piensan como ellos.
Pero hay más, tal conducta, fiel reflejo de lo que los americanos entienden
por "mundo civilizado", es aprobada por la inmensa mayoría de la población
de los EE.UU o, al menos, eso dicen.
Si es así, los EE.UU están mandando un claro mensaje al mundo, algo así
como... "nosotros podemos invadir, apoyar golpes de Estado, hundir
economías, manejar a placer la pena de muerte, ser racistas, xenófobos y
abortar tratados internacionales cuando nos venga en gana, pero como a
alguien se le ocurra tocarnos descargaremos toda nuestra ira sobre sus hijos
y sus ancianos, porque a pesar de todo nuestro potencial bélico, somos
demasiado torpes para capturar a los verdaderos protagonistas..."
Pero, claro, todo es diferente cuando se trata de terrorismo, palabra mágica
que abre todas las puertas, que permite todas las respuestas. Lo de las
Torres fue un acto de terrorismo, los bombardeos a escuelas y hospitales
afganos un acto de guerra. La diferencia, desde el punto de vista de las
víctimas, es inapreciable. Pero desde el punto de vista de Bush y los suyos,
lo primero es un acto diabólico que va dirigido contra la civilización, lo
segundo es aplicar justicia en nombre de la libertad y con el apoyo de
"Dios".
Las atrocidades inhumanas cometidas en ambos casos son diferentes porque su
enfoque es diferente. Es decir, no importa tanto el acto sino por qué se
hace.
Si el mundo permite que los EE.UU sigan adelante con su política agresiva,
salvaje, carente de todo sentido humano, con un total desprecio a las
opiniones de los demás, entonces, el famoso "orden mundial" anunciado y
promovido por Bush padre, no sólo se hará realidad, sino que se convertirá
en la tiranía de un imperio yankee que, con los borregos aliados a sus pies,
impartirá su ley en todo el planeta, sometiendo a los pueblos a sus
caprichos y aplastando con su maquinaria de guerra a todo aquel que ose
enfrentarse a tal acto de fascismo.
Y el terrorismo se convertirá en la disculpa que lo justifique todo, y los
asesinos serán salvadores si actúan bajo la bandera de las estrellas, y los
tiranos serán libertadores, y los derechos humanos serán revisados y
sustituidos por un manual con la filosofía de Bush y sus condiciones para
todos aquellos que bajen la cabeza y se arrodillen ante sus dictados.
O alguien frena las pretensiones del clan Bush, o Hitler será dentro de poco
un aficionado al lado de estos embajadores de la oscuridad./ MC |
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