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La Casa Blanca ha aprovechado la fachada de la operación 'Libertad Duradera' para asegurarse una influencia decisiva en zonas estratégicas y controlar las reservas naturales más ricas del mundo.

 

CRUZADA MUNDIAL ANTITERRORISTA:
DERECHOS HUMANOS EN PELIGRO

Todo ha ocurrido muy rápido desde aquel 11 de septiembre. Después de la tragedia, el miedo, la guerra, el apoyo de los gobiernos mundiales en la lucha contra el terrorismo y las medidas que cada uno de ellos adoptó, se empiezan a escuchar voces que alertan sobre la situación de los Derechos Humanos en el mundo... antes de que sea demasiado tarde.

Texto: Mariló Hidalgo

En varios países han sido aprobadas leyes denominadas antiterroristas que han despertado las protestas de los grupos defensores de los derechos humanos.

Cruzada Mundial: Poder Infinito
Estábamos disfrutando de la sobremesa en aquel 11 de septiembre del 2001, cuando sin imaginarlo y gracias a los adelantos de la tecnología, asistimos en directo y en tiempo real al atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York. Un ataque que ha cambiado el mundo.
El dedo acusador, en un tiempo récord, señaló a un culpable: Osama Bin Laden y el grupo terrorista que lidera, Al Qaeda. El presidente norteamericano tardó un tiempo en reaccionar pero cuando lo hizo, dejó clara su postura que -según sus palabras- recogía el sentir del pueblo americano: había que encontrar a los culpables y hacerles pagar. No podía llevar esto a cabo si no era a través de la cooperación internacional, así que después de una rápida ronda de conversaciones con los dirigentes de varios países, se puso en marcha una cruzada mundial para castigar a los culpables y destruir núcleos conflictivos considerados fuentes de terrorismo (por ejemplo, Irak). Este podría ser el primer paso para llevar a cabo una idea que ya dejó caer George Bush padre cuando era presidente: imponer un nuevo orden mundial basado en la supremacía absoluta de EEUU. Es un programa que se desarrolla poco a poco, aprovechando la cooperación internacional. Así, "desde el fatídico 11-S -señala el periodista del Centro de Colaboraciones Solidarias, Juan Carlos Galindo-, EEUU incrementó su presencia militar en el mundo en un 20% (300.000 soldados en 140 países). Aunque el argumento explícito es la lucha contra el terrorismo, un análisis de la distribución de las tropas no deja lugar a dudas: la Casa Blanca ha aprovechado la fachada de la operación 'Libertad Duradera' para asegurarse una influencia decisiva en zonas estratégicas y controlar las reservas naturales más ricas del mundo. Y aún va por más".
Lo que ocurrió a partir de ese momento es por todos conocido: una guerra en Afganistán que prácticamente destruyó lo poco que quedaba de aquel país; un Bin Laden huido no se sabe dónde; prisioneros sin derechos en la base de Guantánamo; persecución implacable de integristas islámicos por todo el mundo; miedo generalizado ante la amenaza de otros atentados en diferentes partes del mundo; aprobación de leyes denominadas antiterroristas que han despertado las protestas de los grupos defensores de los derechos humanos; o el impresionante despliegue militar en el planeta rodeado de todo tipo de apoyo logístico que permite a EEUU actuar inmediatamente en cualquier parte del globo. Con todo ello, apunta el periodista Galindo, "George W. Bush, republicano aislacionista, que llegó a la presidencia de la única potencia planetaria con serias dificultades para situar en el mapa cualquier país que no fuese el suyo, prepara ahora, guiado por quienes fueron los directos colaboradores de su padre, la intensificación del despliegue internacional norteamericano. El objetivo es difuso, no así los intereses que se encuentran detrás de esta operación global". El fin justifica los medios que se están poniendo en marcha.

Respetar los derechos humanos es la mejor manera de promover la seguridad, y con ello poder garantizar que sean unos derechos efectivos para todos, sin distinción de raza, país o religión.
Foto: (c) L. Boscardi. ACNUR

Medidas antiterroristas: El método
Las medidas encaminadas a identificar y poner en manos de los tribunales a los responsables de los atentados del 11-S, suscitaron desde el primer momento mucha preocupación entre los defensores de derechos humanos.
En enero, según el Informe 2002 de Amnistía Internacional (AI), a las personas detenidas en Afganistán, Pakistán e incluso en otros lugares lejanos al conflicto, se les trasladó al Campo Rayo X en la base naval de la bahía de Guantánamo, Cuba. Una vez allí permanecieron en una especie de "limbo legal", ya que se les negó la condición de prisioneros de guerra así como otros derechos recogidos en los tratados internacionales. AI intentó visitar a estos prisioneros, así como a los recluidos en el Centro de Detención Metropolitano de Nueva York y les fue denegado el permiso.
El siguiente paso fue introducir por la vía de emergencia una nueva legislación que pronto puso en peligro los derechos de los extranjeros en EEUU. Así nace la Ley Patriótica por la que un extranjero puede ser detenido sin cargo alguno por un "período razonable de tiempo" en caso de "emergencia u otra circunstancia extraordinaria". Puede ser deportado sin presentar antes ninguna evidencia ante un tribunal. Se permite a las fuerzas de seguridad interceptar escuchas telefónicas, correos en Internet de manera arbitraria. Obligan a las empresas proveedoras a entregar un registro de actividad de sus usuarios, así como facilitar las direcciones de aquellos que sean considerados "sospechosos", etc. "Esta ley", según asegura la socióloga Sandra Gil en el Anuario 2002 del Centro de Investigación para la Paz, "también autoriza a la infiltración de agentes en organizaciones, propicia sentencias más amplias y castiga un mayor número de delitos con la pena de muerte. Amparándose en estos cambios, el FBI ha detenido a más de 1.200 inmigrantes, la mayoría procedentes de Oriente Próximo. Algunos han permanecido encarcelados sin acceso a un abogado y se les ha impedido contactar con sus familias. La mayoría han sido arrestados por violaciones de la normativa de inmigración. Entre otras cosas también se están investigando a organizaciones sociales o grupos pacifistas, como Mujeres de Negro".
El informe 2002 de Amnistía Internacional señala que los acontecimientos del 11-S fueron aprovechados por muchos países para hacer su propia justicia. "Varios gobiernos se subieron al tren del 'antiterrorismo' y aprovecharon el momento para incrementar la represión, socavar la protección a los derechos humanos y reprimir la disidencia política: en nombre de la seguridad, varios gobiernos se apresuraron a aprobar leyes y otras medidas antiterroristas, como la detención indefinida sin juicio, los tribunales especiales que se basan en pruebas secretas o las restricciones culturales y religiosas, creando algunas veces sistemas de justicia penal en la sombra".
Europa se apresuró a seguir los pasos del gigante americano. Empezó Inglaterra que -según informa Sandra Gil- establece la posibilidad de expulsar o detener de manera indefinida a sospechosos de terrorismo, para lo que tuvo que dejar en suspenso artículos de la Convención Europea de Derechos Humanos. Estas medidas ya se habían adoptado antes, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, la lucha contra el IRA y en la guerra del Golfo. Alemania sigue el ejemplo reintroduciendo viejas prácticas empleadas en la lucha contra grupos armados locales en la década de los setenta y mucho más efectivas en la actualidad debido al desarrollo tecnológico. Normativas que incluso han restringido la libertad de asociación religiosa para los grupos islámicos. Francia, amparando esta lucha contra el terrorismo, permite el registro de vehículos sin orden judicial y los cacheos en lugares públicos por parte de la policía y de los servicios de seguridad privados. En Italia propusieron como medida de precaución prohibir la entrada de ciudadanos de países musulmanes. En España, según este mismo informe, el Ministro Rajoy señaló en diciembre del 2001 que se había avanzado más en la lucha contra el terrorismo en sesenta días que en las últimas décadas. El entonces Ministro de Exteriores Piqué, aseguró que "el esfuerzo de la lucha contra la inmigración ilegal es también el refuerzo de la lucha contra el terrorismo". En sintonía con lo anterior, la cruzada anti-inmigrante ha favorecido la puesta en marcha de la Operación Café, que incluye identificaciones selectivas y controles semanales en los lugares de encuentro de la población de origen colombiano y ecuatoriano, como forma de lucha contra la delincuencia. La Operación prevé también la creación de un fichero específico para los colombianos. El Sindicato Unificado de Policía ha denunciado la medida como una práctica franquista (El País, 29-9-2001). El Consejo Europeo de Justicia e Interior, reunido en Bruselas a principios de diciembre de 2001, alcanzó un acuerdo político sobre el combate del terrorismo. Las medidas han sido criticadas por distintas organizaciones sociales, ya que la propuesta original definía como actividades terroristas varias acciones que pueden ser llevadas a cabo por sindicatos u otras organizaciones sociales. La definición elaborada en el artículo 1 podía encajar con cualquiera de las acciones organizadas contra las reuniones de la UE o de organismos internacionales como el G-8, la OTAN o la Organización Mundial del Comercio. Incluso se elaboró una lista de organizaciones terroristas.
El director del Centro de Investigación para la Paz, Mariano Aguirre hace una llamada de atención sobre este tema: "A partir de los atentados del 11-S se ha acentuado en el sistema internacional la tendencia a usar la fuerza como método para enfrentar los problemas. Esto deja en un segundo lugar el derecho y la cooperación. Todo se vuelve, de nuevo, simple: hay Estados y grupos terroristas y EEUU lidera al mundo contra ellos. El resto de los problemas y actores deben supeditarse a este esquema, que es aceptado tanto por muchos Gobiernos como por grupos armados no estatales. La fuerza vuelve a ser considerada la mejor respuesta para lograr la seguridad y alcanzar objetivos políticos".

Después del 11-S se dispara el comercio de armas a nivel mundial. El miedo al terrorrista justifica acciones represivas por parte de distintos gobiernos.

¿Seguridad o libertad?
George W. Bush volvió a repetirlo hace muy poco, "Nuestra seguridad requiere transformar el Ejército para que esté listo para atacar sin previo aviso en cualquier esquina oscura del mundo. Nuestra seguridad requiere resolución por parte de los estadounidenses, que deben estar preparados para acciones preventivas cuando sean necesarias en la defensa de nuestra libertad y nuestras vidas" proclamaba el presidente en un discurso ante los cadetes de la Academia de West Point el pasado mes de junio (El País 3-6-02). La seguridad y el empleo de la fuerza, el otorgar una carta en blanco al poder ejecutivo para que ponga en marcha "medidas especiales" no es algo nuevo. "Las reacciones siempre son las mismas -alerta el Magistrado Joaquín Navarro. Ataca el terrorismo y te dicen que es necesario crear un derecho de emergencia o de excepción para defendernos. Luego todo sigue el mismo camino. Por un lado dejar manos libres a la policía; por otro, el Estado está incómodo con las garantías jurídicas -que son la protección de las libertades efectivas- y en cuanto puede, se deshace de ellas".
Ya empiezan a surgir las primeras alarmas entre los legisladores americanos cuando han comprobado la "constante acumulación de poderes federales" que está asumiendo el presidente Bush. Quien, siguiendo fielmente lo que ha denominado "Plan de seguridad nacional", acaba de proponer (El Mundo, 17-7-02) que se incluya al "Ejército en la lucha antiterrorista dentro de EEUU (permitir que los militares se inmiscuyan en la vida civil cuando tenían restringida su actuación a la defensa contra enemigos extranjeros)".
Este control también ha llegado a los medios de comunicación y periodistas críticos. "Nos han dicho -señalan los intelectuales y artistas estadounidenses contrarios a la guerra en un comunicado- que el mero hecho de plantear preguntas sobre estos terribles sucesos, rozaban la traición. No debía haber debate alguno. La única respuesta posible era la guerra en el exterior y la represión dentro de casa. En nombre de todos los americanos, el Ejecutivo ha usurpado constantemente los papeles y las funciones de las otras ramas del Gobierno. Una orden ejecutiva ha puesto en funcionamiento los tribunales militares. Una firma presidencial basta para definir como 'terrorista' a un determinado grupo de personas". Cuestión contra la que se rebelan dichos intelectuales: "Nos negamos a que se hable en nombre de todos los estadounidenses. No entregaremos nuestras conciencias a cambio de una nueva promesa de seguridad"(1).
Amnistía Internacional llama también la atención sobre esta cuestión en su Informe 2002: "No debemos dejar que venza el miedo. No debemos permitir que las libertades fundamentales salgan perjudicadas o deterioradas y que prevalezca la intolerancia. La seguridad no puede ni debe tener preferencia sobre los derechos humanos. El mayor peligro para éstos se produce cuando se permite que los intereses políticos y económicos guíen el programa de trabajo sobre derechos humanos. No pueden subordinarse los derechos humanos a la seguridad, ni la justicia a la impunidad". Respetar los derechos humanos es la mejor manera de promover la seguridad, y con ello poder garantizar que sean unos derechos efectivos para todos, sin distinción de raza, país o religión.
El Observatorio Europeo de Fenómenos Racistas y Xenófobos (OEFRX) en un estudio que realizó en la UE después de los ataques terroristas del 11-S habla de un "recrudecimiento de las hostilidades y un incremento de los ataques verbales y físicos hacia musulmanes tanto en grupos como de forma aislada" en un nuevo fenómeno que ellos denominan "islamofobia". Aseguran en ese mismo informe, "que la población europea ha desarrollado globalmente un sentido más agudo del miedo, exacerbando así prejuicios antiguos e incitando a la violencia, ya sea a través de agresiones o prácticas de acoso".

Existen numerosas hipótesis que aseguran que el Gobierno americano tenía previamente información sobre los atentados, pero que éstos eran convenientes para sus intereses.

¿Y si la historia fuera otra…?
A pesar de la censura llevada a cabo por EEUU y denunciada por muchos intelectuales y críticos -que en su momento fueron acusados de "terroristas"-, los hechos y las informaciones posteriores al 11-S dieron la vuelta al mundo e hicieron pensar a mucha gente dentro y fuera del país.
Juguemos precisamente a eso, a pensar. Y hagámonos eco de esas opiniones disidentes que tanto se están empeñando en ocultar y desacreditar.
Una de las primeras reflexiones la encontramos precisamente en las páginas de nuestra revista: "Juguemos a pensar mal" en la sección de Ventana Internacional, firmado por Miguel Coppa (Fusión, nº98. Nov.2001). Reproducimos aquí parte de aquellas reflexiones: "Hace años, gobernaba el poderoso EEUU un tal Bush. Su sueño era crear un nuevo orden mundial liderado, cómo no, por los EEUU. Su obsesión por dicho sueño era tal que continuamente lo repetía en sus discursos y entrevistas. Y hete aquí que en pleno mandato suyo, un tal Sadam Hussein invade Kuwait en una extraña, inexplicable e inverosímil acción repentina de guerra santa. Como si fuera la señal enviada por el cielo que Bush esperaba, su poderoso ejército se puso en marcha para restituir el orden en la zona, "liberar" a Kuwait, demostrar al mundo su autoridad y, de paso, dar un primer impulso a su liderazgo y a su proyecto de marcar el ritmo de todos los demás países. Las cosas no salieron como se pensaba pero EEUU siguió en la zona, y de momento no le interesó derrocar, capturar o quitar de en medio a Sadam. ¿Por qué?
Bush padre sale de escena -al menos eso parece-, y después del paréntesis Clinton, empuja a la presidencia a su hijo Bush. En realidad podríamos decir que desde que abandonó la presidencia, Bush padre estuvo preparando su sucesión, rescatando a su hijo de la bebida, y preparándole el camino hacia la Casa Blanca, cosa que consigue en las últimas elecciones de una forma extraña, rocambolesca y un tanto sospechosa.
Al final, Bush padre gobierna a través de su clon. Y lo primero es colocar en el equipo de su hijo a sus más inmediatos colaboradores, a su grupo fiel, también obsesionado con la supremacía yankee en el mundo. Los primeros pasos del nuevo gobierno Bush destacan por desmarcarse de todos los compromisos mundiales en temas como medioambiente, política internacional, ayudas al Tercer Mundo, etc. En el fondo no quiere estar atado a compromisos con nadie, quiere marcar su propia ley. Y llega el gran momento. Ataque a las Torres Gemelas, impacto al sentimiento colectivo mundial, puerta abierta al todo vale.
Bush hijo, aconsejado por Bush padre, lanza al mundo una serie de mensajes perfectamente estudiados que se resumen en uno: "quien no esté con nosotros estará contra nosotros". En realidad Bush quiere las manos libres y la cooperación total de todos, sin condiciones. Quiere ser líder mundial en una cruzada -supuestamente contra el terrorismo-. Pero primero, -no olvidemos que estamos jugando a pensar mal-, EEUU y CIA entrenan a Bin Laden, ayudan a los Talibanes a hacerse con el poder, les facilitan armas y dinero. Segundo, los EEUU sabían que iba a haber un gran atentado. Tercero, no hubo intervención del Ejército hasta que el tercer avión se estrelló. Cuarto, la reacción yankee se demora mucho tiempo. Quinto, los EEUU atacan Afganistán, el campo de batalla ideal, un país destruido y gobernado por un régimen al que todo el mundo quiere ver desaparecido. Sexto, Bin Laden al igual que ocurrió con Sadam, no es capturado. Séptimo, Bush recuerda a todos que la guerra va a ser muy larga con lo que está pidiendo un cheque en blanco a largo plazo: gobernar el mundo, todos a sus pies, imponer su orden mundial... ¿Puede ser posible que toda esta historia se la haya montado, creado, el grupo Bush padre para, apoyándose en el impacto sentimental, tener de una vez por todas el mundo a su servicio, las manos libres y la disculpa para realizar su sueño?". Esta teoría, publicada dos meses después del atentado, parecería arriesgada. Pero con el tiempo parecen haber surgido seguidores.
Hamlet Herman publica en el digital independiente La Haine un artículo titulado "EEUU: Secretos del poder", en él hace la siguiente reflexión: "Ahora que la cantidad de civiles inocentes muertos en Afganistán debido a los bombardeos de EEUU ha sobrepasado la cantidad de víctimas del ataque a las Torres Gemelas y el Pentágono.
Ahora que Israel ha violado todas las normas de convivencia humana con sus agresiones contra el indefenso pueblo palestino y las víctimas se cuentan por millares.
Ahora que se mantiene en vilo a la humanidad por la probabilidad de una guerra atómica entre India y Pakistán.
Ahora que EEUU amenaza con atacar unilateralmente a varios países por considerarlos fuentes del terrorismo.
Ahora que se organiza un Plan Colombia que podría degenerar en un conflicto regional sudamericano.
Ahora que el presidente W. Bush anuncia la creación de un megaministerio antiterrorista con plenos poderes para actuar. Ahora que todo eso ocurre tenemos que volver a preguntarnos si los dueños del mundo ¿no habrán tenido anticipadamente la información sobre los ataques del 11 de septiembre de 2001 y consideraron que era mejor para sus intereses que esos ataques les dieran la excusa para desatar el demonio de la guerra por todo el planeta?".
Con otro tipo de reflexiones pero en la misma línea ve la luz un libro que nada más salir se agota en las librerías de Francia, país en el que primero se publica. Hablamos de "La gran impostura" del periodista francés Thierry Meyssan. En el libro, el autor asegura que el cuarto y último avión que terminó su ruta en el Pentágono, es una "total fantasía", que ese vuelo jamás existió. Para Meyssan, "las autoridades norteamericanas trataron de hacer creer que la destrucción de una de las alas del Pentágono fue provocada por un boeing. Esa mentira sirvió para esconder que el atentado fue perpetrado por personas autorizadas a circular dentro del recinto del Pentágono. Insinúa que los ataques no fueron llevados a cabo por Osama Bin Laden sino por altos responsables civiles y militares de EEUU relacionados con la extrema derecha, que actúan como un poder en la sombra. Tendrían como objetivo obligar al presidente George W. Bush a relanzar el gasto militar norteamericano, y también hacerse con el control y la producción de hidrocarburos en el Mar Caspio. Este grupo de poder estaría íntimamente relacionado con las grandes multinacionales de la energía -grandes beneficiarias de todo este conflicto-.
Libros, artículos, opiniones sobre lo acontecido aquel 11-S han visto la luz en este tiempo. Entre ellas y apoyándose en diferentes evidencias, varias coinciden en señalar que habrá que seguir buscando y observando todo lo que ocurre porque aquí "hay gato encerrado". Hay antecedentes históricos en EEUU, como asegura James Petras, que demuestran la facilidad de Washington de "fabricar crímenes" para justificar guerras.
Cada uno que piense lo que quiera. ∆

(1) HUMAN RIGHTS WATCH en su informe anual señala cómo la campaña contra el terrorismo liderada por EE.UU. "está inspirando ataques oportunistas contra las libertades civiles en todo el mundo".

PARA MAS INFORMACION: -Anuario del Centro de Investigación para la Paz-2002, "De Nueva York a Kabul", CIP-FUHEM (Icaria Editorial). C/Duque de Sesto, 40. 28009 Madrid. E-mail: cip@fuhem.es . Tfno 91 576 32 99 • Informe 2002 de Amnistía Internacional: "Ahora que es hora de saber" • "Cien preguntas sobre el nuevo desorden mundial", de Carlos Taibo (Punto de lectura) • www.rebelion.org  • www.lainsignia.org  • www.hrw.org/spanish  • www.lahaine.org  • www.elpais.es  • www.elmundo.com  • www.ecoportal.net

 

Los hechos están ahí

No perdamos de vista algunos acontecimientos que están ocurriendo en diferentes lugares a partir del 11-S.
• Reactivación del comercio de armas en todo el mundo sin mirar a quién se vende.
• Algunos gobiernos equiparan defensa de los derechos humanos con apología del terrorismo. Los activistas son investigados y perseguidos, así como periodistas e intelectuales que critican todo lo que está ocurriendo.
• Muchos gobiernos, aprovechando la libertad que proporciona Internet, han realizado rastreos en la red para manipular, provocar y criminalizar a grupos disidentes (antiglobalización, okupas, insumisos, etc). También son considerados terroristas.
• Se han endurecido las políticas de lucha antiterrorista, anteponiendo la seguridad a los derechos básicos de cualquier ciudadano. La policía asume más poder.
• En muchos casos no queda clara la separación de poderes (especialmente ejecutivo y judicial), que garantiza la libertad a los ciudadanos en un Estado de Derecho.
• Incremento de ataques contra los musulmanes, símbolos u objetos relacionados con el Islam (Islamofobia) en distintas partes del mundo.
• Se incrementan las políticas de estado-fortaleza, impidiendo la entrada de inmigrantes y refugiados.
• Quedan fuera de las agendas gubernamentales temas como medio ambiente, cooperación internacional, integración de grupos sociales, etc.
• Se incentiva entre la población el miedo a lo desconocido, lo imprevisible o lo inesperado. "La protección de los estadounidenses frente a un ataque es la prioridad nacional más urgente y debemos actuar sobre ella", como dice el presidente Bush.

 

 FUSION OPINA

Si repasamos la historia, siempre encontraremos que el fascismo tuvo alguna disculpa para justificar su toma del poder y las consiguientes aberraciones que ello trajo en consecuencia.
Hasta hace poco tiempo, el enemigo por excelencia era el comunismo. Había que liberar al mundo de semejante plaga. Había que impedir que "los malos" se infiltraran en las sociedades occidentales.
Y así, los supuestos salvadores de los valores eternos, se subían al carro del poder y con él pisaban, atropellaban, exterminaban a todo aquel que oliera a rojo.
Pero un día el comunismo desapareció, se esfumó. No fue derrotado, no, simplemente murió.
Entonces quedó un vacío. Durante un tiempo los fascistas, ávidos de poder, se quedaron sin excusa. Pero la cosa duró poco.
Un nuevo enemigo mundial, un nuevo demonio surge para atentar contra la raza humana: el terrorismo.
Y ahí ven los "salvadores" su mina de oro.
Basta un extraño, emotivo, sospechoso y no explicado del todo aún, acontecimiento, el 11-S, para que un nuevo mesías, un salvador mundial, Bush, se convierta en el azote del nuevo "demonio", del nuevo peligro para las gentes de buena voluntad mundial.
Y ante el beneplácito de todos, de todos los que tienen poder, por supuesto, se inicia la caza de brujas, donde todo vale, donde no hay presunción de inocencia, donde no hay fronteras, derechos, libertades. Sólo hay miedo al terrorista y un "no os preocupéis, nosotros cuidamos de todo".
Y de nuevo el fascismo anda suelto. El ciudadano es sospechoso de por sí. El sospechoso es encerrado sin derecho.
Todos callan. Tienen miedo. Prefieren alimentar al perro guardián, aunque sea peligroso, que dialogar y dar de comer al ladrón, que tiene hambre y sed de justicia.
Si reclamas derechos, si denuncias injusticias, si aprietas el pie que te pisa, si devuelves la bofetada, eres terrorista.
Sólo quedan ellos y sus zombis. Y en el medio quieren el vacío absoluto.
Es la nueva sociedad que pretenden. De nuevo se equivocan. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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