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EUROPA, BLINDAJE DE FRONTERAS
Foto: (c) Matías Costa. IV Premio Fotografía Luis Valtueña

 

 

"Primero vinieron a por los judíos
y como nosotros no éramos judíos, no hicimos nada.
Después vinieron a por los comunistas
pero como tampoco éramos comunistas, no hicimos nada.
Luego vinieron por los socialistas
y más tarde a por los gitanos,
pero como tampoco éramos socialistas ni gitanos,
tampoco hicimos nada.
Al final vinieron a por nosotros
y ya fue demasiado tarde para hacer algo"
Bertolt Brecht (1898-1956)

 

EUROPA, BLINDAJE DE FRONTERAS

La UE se enfrenta a uno de los mayores retos desde su existencia: la llegada de miles de inmigrantes en busca de una vida mejor. De momento, el incremento de la política conservadora en el viejo continente está llevando a una restricción total en las fronteras y a una mayor represión policial.

Texto: Marta Iglesias

En la esperada Cumbre de Sevilla el tema estrella, tal y como proponían la pareja Aznar-Blair, fue la inmigración. Y aunque las propuestas iniciales tuvieron que ser suavizadas para alcanzar el consenso, de los resultados se deduce que Europa camina hacia la "caza del ilegal" con medios represivos que afectan tanto a los inmigrantes sin papeles como a sus países de origen. De hecho, a día de hoy, Italia, Dinamarca, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Portugal y Holanda han endurecido sus leyes contra los inmigrantes, y España planea hacerlo. Para Cristina Egido, portavoz de Amnistía Internacional (AI) de León, la Cumbre se zanjó de manera muy beneficiosa para Aznar: "de todas las medidas drásticas de 'guerra contra la inmigración' que proponían, entre otros, el Gobierno español, sólo se rechazó la que pretendía sancionar económicamente a los países pobres que no controlen sus fronteras ni los flujos de emigrantes que salgan de ellos. Por ese lado ha habido un tímido avance pero en todos los demás aspectos que rodean a este problema, seguimos como antes: los Gobiernos optan por leyes y prácticas cada vez más restrictivas con la pretensión de crear una 'Fortaleza Europea' que niega el acceso a muchas personas que necesitan asilo y fomenta, con esa actitud, el tráfico de personas. El derecho de asilo consagrado en la Carta Europea de Derechos Fundamentales, es socavado en la práctica. La UE reniega de sus compromisos fundamentales en materia de derechos humanos".

"Lo más triste y lamentable es que los españoles han sido emigrantes, por millones, hasta hace muy pocos años, pero parecen no recordarlo"

A día de hoy se calcula que la UE tiene 18 millones de inmigrantes establecidos y otros 3 clandestinos, que aumentan a razón de medio millón por año. La cifra, pese a lo que pueda parecer, es pequeña en comparación con los que reciben EEUU o Canadá, y de hecho la ONU ha advertido que serán necesarios 44 millones más de inmigrantes antes del 2050 si la envejecida Europa quiere incrementar la natalidad, que la economía se mantenga a flote y que sus jubilados cobren la pensión mes a mes. Pero en un lugar sin tradición migratoria como es Europa esta cifra inimaginable siembra la alarma. El más llamativo es el caso de Grecia, que tiene la menor tasa de inmigrantes ilegales de Europa, 1,6%, y el más alto rechazo hacia ellos, ya que el 80% de sus habitantes creen que los inmigrantes aumentan la inseguridad. Y España no se queda atrás. Para el periodista Xavier Caño, que ha escrito varios artículos sobre la inmigración "Siempre que hay pobreza y marginalidad persistentes, surge cierta violencia y un determinado grado de desorden social. Si nuestro país, empezando por el Gobierno, no los acoge, los mantiene en esa marginalidad. Además una determinada identificación inmigración-violencia se promueve, sobre todo, desde el mismo Gobierno y, en concreto, desde el Ministerio del Interior. No hay más que echar un vistazo a los periódicos de los últimos siete meses para comprobar cómo el titular de Interior insiste y persiste en hablar del aumento del número de detenciones de extranjeros". Es posible que la restricción que se prepara en Europa tenga efectos inesperados, entre ellos el aumento de las mafias que trafican con seres humanos, ya que es de suponer que si no se facilita la entrada a personas necesitadas, éstas busquen todo tipo de soluciones. Una de las posibilidades, propuesta por el demógrafo Rainer Muenz, es definir un número anual de inmigrantes que se necesiten según los trabajos disponibles. Pero los analistas afirman que dada la cantidad de trabajos que genera la economía sumergida, la cifra no sería real y seguirían haciendo falta ilegales para cubrir esos puestos no declarados.

España, ¿un caso aparte?
Debido a la proximidad física con África y sentimental con Latinoamérica, nuestro país está recibiendo un gran flujo de inmigrantes en busca de una vida mejor. El talante de los españoles, tan abiertos al turismo, tan tolerantes, tan receptivos, comienza a ponerse en entredicho. Para Xavier Caño "los ciudadanos españoles no están preparados para acoger inmigrantes y menos aún si son de una cultura religiosa diferente, como es el caso de los marroquíes musulmanes. Y no lo están porque este país ha vivido casi dos siglos bajo formas diferentes de autoritarismo desde el infausto Fernando VII, que frustró a sangre y fuego que España se sumara a la revolución democrática que se extendía por parte de Europa y América del Norte, hasta el no menos nefasto Franco. Después del entusiasmo de los años de transición ningún gobierno ha hecho el menor esfuerzo por el cultivo, la difusión y la cultura de los valores democráticos, de los principios que han de estar en la base de un sistema democrático. Lo más triste y lamentable es que los españoles han sido emigrantes, por millones, hasta hace muy pocos años, pero parecen no recordarlo". Y puestos a hacer memoria conviene refrescar que el déficit cero alcanzado por España en su economía se ha logrado también gracias a los impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social de los inmigrantes. Por supuesto éstos son los inmigrantes que sí desean la UE y España, los inmigrantes que trabajan, que cotizan, que dan y generan dinero. Por eso la lucha que ahora se ha declarado se basa en atrapar al 'sin papeles' y llevarlo de vuelta a su país. No importa si ha escapado de una política represiva, si le esperan las mafias a las que debe el dinero del viaje o tiene a su vuelta el hambre asegurada. En este tema no se analiza por qué vienen los inmigrantes, sólo se les echa. "En el seno de la UE se hace poca mención a la necesidad de abordar la raíz de las causas que hacen que las personas se marchen de sus países", comenta Cristina Egido: "Lo hacen porque se violan sus derechos mediante la persecución, los conflictos violentos, la desigualdad y la privación de lo mínimo indispensable para vivir. Éste era el cometido del Grupo de Trabajo de Alto Nivel sobre Asilo e Inmigración creado en 1998. Sin embargo ha centrado su trabajo en el control y en la repatriación, y no en la prevención y la protección. La hipocresía de algunos gobiernos europeos en este tema es tremenda. AI -junto con Intermón, Médicos Sin Fronteras y Greenpeace-, lleva años con una campaña que denuncia la facilidad con la que se exportan armas a países en conflicto, mientras que después no se quiere admitir a los refugiados que generan. La UE, lejos de plantearse mejorar la situación de los derechos humanos en esos países, fomenta los conflictos violentos con su doble política".

"Aumenta la necia idea de que los inmigrantes vienen a quitarnos el trabajo sin percatarse de que aceptan todos los trabajos duros, que la mayoría de los españoles ya no queremos"

Una doble moral que también se siente a pie de calle. Los españoles, como la mitad de los europeos, afirma que los inmigrantes generan conflicto y que además les roban los trabajos, pero muchas veces somos nosotros los provocadores de ataques xenófobos a extranjeros o no aceptamos los trabajos que ellos realizan. ¿De dónde salen esas ideas? "Sin lugar a dudas -afirma Caño-, la timorata, pacata y represora política de extranjería teñida de xenofobia del Gobierno del PP es el mejor caldo de cultivo para que brote y se desarrolle el rechazo al que viene de fuera. Pervive y aumenta la necia idea de que los inmigrantes vienen a quitarnos el trabajo sin percatarse de que los extranjeros aceptan todos los trabajos duros, muy precarios o mal pagados que la mayoría de los españoles ya no queremos. El año pasado o el anterior, la Generalitat de Cataluña ofreció trabajo de jornalero a más de sesenta mil desempleados subsidiados: apenas lo aceptaron una docena. Los inmigrantes extranjeros se cargan con los trabajos que no queremos, como hacían los españoles en Alemania o Bélgica en los años sesenta y setenta".
¿Imagina la UE, con España a la cabeza, que puede cerrar las puertas ante la avalancha de necesitados que se le viene encima? La realidad pone de manifiesto que una patrullera y un policía armado no podrán amedrentar la necesidad de miles de personas que huyen de países donde no se respetan los derechos humanos, no hay medicamentos para todos y hasta el pan que se come depende de los países ricos. En las grandes cumbres no hay lugar para buscar soluciones a estos problemas, el origen de toda la inmigración. Si se actúa sobre los efectos y no sobre las causas, ¿funcionarán las políticas que se pongan en marcha? ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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