AJUSTE DE CUENTAS

Texto y foto: J.M. López

-Acabas de publicar "Matar para vivir", un libro donde el personaje se toma la justicia por su mano...
-El protagonista es un policía un poco mayor ya, pasando un poco la colina, que mata por error a un etarra desarmado y esto tiene consecuencias trágicas para él. Le expulsan del cuerpo, alguien le busca y le encarga que mate a otro etarra que va a salir de la cárcel y a quien se responsabilizó en su día de un atentado y de organizar la muerte de los hijos de esta persona. Así que este ex-policía se convierte en un ejecutor casi a sueldo.
-¿Y la historia es realidad o ficción?
-Es ficción, pero como dicen en inglés, wishfull thinking, es decir, ¿cuántas veces uno ha salido de un bar después de un atentado donde han matado a alguien y se oye decir "si a mí me hicieran esto, yo haría esto otro"?. Pues yo he tratado de plasmar, porque la novela te lo permite, lo que mucha gente ha pensado y no se ha atrevido a decir. Y luego he querido que los protagonistas, en lugar de recibir nombre de vendedor de hamburguesas, tuvieran nombres españoles, y que el escenario no fuera el Bronx sino Ermua, Hendaya o Bilbao.
-Das a entender en la novela que el Estado no ofrece ningún tipo de compensación moral a las víctimas del terrorismo.
-Yo creo que durante mucho tiempo los periodistas de los medios de comunicación hemos estigmatizado a las víctimas del terrorismo. Es como decir ahora 'Gibraltar español'; suenas facha, no puedes reclamar Gibraltar. Pues hasta hace muy poquito hablar en favor de las víctimas de terrorismo sonaba facha. Y los medios de comunicación no les daban voz, ni salían en las tertulias...
-¿Crees que aplicar el "ojo por ojo", como relatas en tu novela, puede ser una solución al terrorismo en este momento?
-No lo sé, porque siempre se dice que el "ojo por ojo" termina con todos ciegos. Yo creo que los malos deben pagar un precio por la maldad, que el gratis total no es de recibo. Que no es lógico que si tu perro le da un mordisco al vecino a ti te demanden y pagues por los males que ha hecho tu perro, y sin embargo unos tipos puedan quemar un autobús y porque son menores, irresponsables o insolventes no paguen ningún precio por ello. Pues a lo mejor hay que quitarle la casa a los padres.
-En tus declaraciones pareces un enamorado del periodismo, pero a la vez desencantado de ese mundo ¿Cómo encaja una cosa con otra?
-No estoy desencantado, lo que creo es que si te gusta el periodismo te obliga a ser crítico con él. Lo que no se puede ser es complaciente. Y yo sostengo que en España ésta es una profesión muy complaciente y muy consensual, donde todo el mundo tiene que estar de acuerdo con todo y con la opinión dominante. Aquí los periodistas que son capaces de hacer trizas a un concejal porque se come unas gambas o a un alcalde porque gasta en brillantina, después no son capaces de criticarse a sí mismos. Jamás se reconocen los errores, no hay nivel... Y a mí me parece que si te gusta esta profesión, hay que ser crítico con ella, o por lo menos lúcido, que es lo que yo pretendo. Yo cuento lo que veo.
-¿Cuál es el destino más buscado por un enviado especial en estos momentos?
-Yo creo que el epicentro de la noticia mundial está ahora en Oriente Medio, en Israel, y lo estará durante un tiempo. Así que si hubiese un destino creo que sería Oriente Medio y todo lo que le rodea, y si hubiese un tema sería el terrorismo internacional.
-Has escrito varios ensayos sobre diversas guerras, ¿aún nos queda algo por saber sobre ellas, algo que no se repita en todas cíclicamente?
-Yo he escrito mucho, pero supongo que hay otra gente que pueda escribir y quizá mejor que yo. En lo que se refiere a libro periodístico, yo poco más tengo que decir. Donde tengo que mejorar es en la novela.
-Una persona que nutre sus novelas de la realidad, ¿con qué sueña?
-Uno de mis sueños sería tener en la novela el éxito que he alcanzado en el periodismo. Y lo que a mí me preocupa y me interesa son mi familia y mi gente. ∆