TEMA DEL MES - LA CRISIS
ARGENTINA
"No se puede gastar
quince veces más de lo que se ingresa, como ha estado haciendo el
gobierno argentino, a través de un sistema federal donde no
existía ningún control sobre los gastos"
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La economía argentina se encuentra en uno de sus peores momentos,
hundida por una recesión que viene de antaño y amenazada por la
deflación. Se habla ya de una tasa de pobreza del 37%
Aunque la
situación parece estar controlada después de la inyección del Fondo
Monetario Internacional, la incertidumbre continúa. Las consecuencias de
esta crisis también se han sentido en la Bolsa española que ha sufrido
importantes pérdidas en los últimos meses. Para conocer a fondo la crisis argentina
hablamos con el periodista, Felipe Sahagún, experto en temas
internacionales.
-¿Por qué es tan grave la crisis argentina?
-Argentina -gran importadora de energía- se ha visto muy
perjudicada por la crisis del 98 en Asia y Rusia, que provocó un aumento de
los precios del petróleo que en los últimos años se ha multiplicado por
tres. Por otro lado, ha asistido impasible a la caída en picado de los
precios de las materias primas cuando eran su principal fuente de ingresos.
Todo ello ha coincidido con una crisis económica internacional, que ha
impulsado a la baja de forma muy importante los mercados donde exportaba
Argentina, sobre todo al de Brasil. Estos serían agentes externos. En
cuanto a los internos, hablamos de un país donde la seguridad jurídica
para los inversores sigue siendo prácticamente nula. El estado de derecho
desde el punto de vista económico, sigue dejando mucho que desear; la
corrupción es rampante; las instituciones no funcionan y la
irresponsabilidad política bate cualquier límite imaginable. No hay que
olvidar que Argentina es la tercera economía más importante en
Iberoamérica. Las inversiones que se han realizado allí, por parte de
terceros países, la han convertido en un modelo de proceso de
liberalización, privatización y desregulación que caracterizan a la
globalización de la posguerra fría. Un fracaso en este modelo, en una
economía cada vez más abierta como es la iberoamericana, sin duda
arrastraría a las economías del resto de los países del Cono Sur. En
relación con España la gravedad de esta crisis aumenta, porque Argentina
fue el primer país de Iberoamérica donde se comenzaron las inversiones a
gran escala de la mano de Felipe González. Las principales empresas
españolas -Gas Natural, Telefónica, entre otras- obtuvieron allí sus
principales beneficios durante la década de los 90.
-¿Por eso este proceso tiene influencias tan nefastas para la Bolsa
española?
-La razón es prácticamente esa. Primero fue Gas Natural, luego
Telefónica y luego media docena de multinacionales españolas canalizaron
allí sus inversiones. No obstante este perjuicio a la Bolsa española
sería mucho menor si fuese un hecho aislado. Si no formara parte de una
depresión económica generalizada de todas las economías industrializadas
como está siendo en estos momentos. Históricamente, en los ciclos
económicos siempre existía un desfase. Empezaba una recesión o
estancamiento en EEUU, y tardaba medio año en afectar a las grandes
economías europeas y un año y medio en llegar a las japonesas, pero nunca
coincidían en el tiempo. Como consecuencia de la globalización financiera,
los ciclos de crecimiento y recesión coinciden en el tiempo y en estos
momentos nos encontramos ante una crisis o estancamiento en las tres grandes
economías industrializadas: Japón, Europa y EEUU. Para la Bolsa española
los malos resultados en Argentina no se pueden compensar, por ejemplo, con
buenos resultados en Europa, que es con quien realizamos el 70% de nuestro
comercio exterior.
-Las protestas callejeras y la quema de banderas en aquel país denuncian
contratos fraudulentos realizados en su día por empresas
españolas: Telefónica, Iberia, etc. ¿Cuál es tu visión de todo esto?
-Yo creo que en toda crisis siempre se busca un chivo expiatorio. Y,
¿quién mejor que aquel que está lejos y además, ha estado ligado a unos
beneficios económicos dentro del país? Se trata de estereotipos que
también tienen un fondo de verdad. Recuerdo haber visitado Argentina en los
90 y una de las sorpresas con las que me encontraba era que en los
telediarios de las principales cadenas de televisión, todos los días se
incluían noticias de quejas de ciudadanos argentinos contra Telefónica y
otras compañías españolas, acusándolas de: cobrar demasiado, no atender
debidamente las quejas presentadas, maltratar a los clientes, etc. Esto ha
sido una especie de lluvia fina a lo largo de muchos años, que ha terminado
calando y no se ha compensado con una buena campaña de imagen. Al final ha
derivado en las reacciones que hemos visto. Pero esto está incompleto si no
hablamos aquí del desastre de Iberia con Aerolíneas Argentinas. No se
trata de desinformación, ni propaganda, ha sido una gestión nefasta.
-¿Qué valoración haces de la intervención del Fondo Monetario
Internacional (FMI) en esta crisis?
-Con todos sus defectos, ha sido la única válvula de seguridad que
ha permitido mantener con vida al "enfermo"(Argentina), aunque
esté en la UVI. Esa es la realidad. Otra cosa es que las recetas que ofrece
o exige el FMI tengan consecuencias muy negativas en otras economías cuando
les pide unos reajustes en unos plazos que hunden la demanda, el consumo, la
capacidad adquisitiva y echan abajo cualquier posibilidad de crecimiento.
-¿Qué haría falta para reflotar la situación de este país y qué
responsabilidad tiene España en todo ello?
-En el último mes y medio, España ha ofrecido -prácticamente a
fondo perdido-, mil millones de dólares para ayudar al Plan de Déficit
Cero aprobado por el gobierno y senado argentino. No obstante es imposible
esperar resultados a corto o medio plazo. Hay que poner en marcha un
programa global que tendría que incluir cada una de las causas que te he
ido comentando. Unas son estructurales, otras coyunturales. Unas son
internas, otras externas. En unas puede intervenir la ayuda exterior y en
otras no. La clave está en dar suficiente confianza a los inversores de
dentro para que no saquen el dinero, porque en un sistema financiero
liberalizado como el actual, hasta que no haya seguridad, nadie va a poner
un duro, y el que lo tiene intentará sacarlo. Hay que elaborar un plan
creíble basado en un acuerdo político creíble. No se puede gastar quince
veces más de lo que se ingresa, como ha estado haciendo el gobierno
argentino, a través de un sistema federal donde no se tenía ningún
control sobre las finanzas de los distintos estados federales. ∆
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