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GENEROSIDAD
Quienes
sepan leer en las estrellas, interpretar el lenguaje oculto de los
Elementos, traducir los sonidos que como latidos de un gran corazón
emanan del Sol Central, sabrán que el tiempo ha sido cumplido ya y que la
cosecha está a punto de ser recogida por los sembradores de vida.
En el cuerpo de la Madre-Hija han crecido los hijos del Experimento. Las
puertas del futuro han sido abiertas de par en par para que el nuevo
tiempo comience a modelar lo que serán las formas de una nueva
existencia.
Mientras, los que no comprendieron viven un tiempo que ya no les
pertenece, pero en el que aún pueden reconducir sus pasos gracias a la
Generosidad del Uno, que apurará hasta la última gota de lo posible
antes de cerrar las puertas y centrar así toda su intensidad en la
construcción de lo nuevo, porque nada se detiene, porque en la Mente del
Uno el futuro se desarrolla en fases, en ciclos que se superponen y se dan
continuidad, sin detenerse a contemplar lo que no es útil, lo que no
quiere progresar.
En el cuerpo de la Hija-Madre se sembraron las semillas, se cuidaron, se
regaron con la sangre del sacrificio, se supervisó su crecimiento y
desarrollo, y se comprobó que podían dar nuevos frutos.
Mientras, una nueva Tierra, un nuevo espacio, estaba siendo preparado para
trasplantarlas, un lugar donde darían sus frutos sin miedo a que se
contaminaran, fieles a la Idea inicial de su Creador.
Pero la Idea inicial del Creador, del Uno, nada sería sin la presencia de
su Generosidad, porque quien da de sí ama, pero sólo quien maneja el
Poder puede ser generoso, porque la generosidad no distingue de colores,
ni siquiera entre el bien y el mal.
La generosidad tiene que ver con el poder oculto de la Vida, con la
presencia del Uno en todo lo manifestado, con la necesidad que mueve la
existencia del Creador. No existen partes diferenciadas para la
Generosidad, sino múltiples divisiones del Uno.
No existen diferentes gotas, sino Agua.
No existen diferentes vidas, sino Vida.
Por eso, la tierra cuida y alimenta la semilla independientemente de quien
la siembre.
Por eso, el sol calienta por igual al sabio que al necio, al honrado que
al ladrón.
Por eso, la muerte llega para todos poniendo fin a un ciclo y abriendo
otro. Pero no todos se enfrentan a la muerte de la misma forma, porque no
todos supieron ver en la vida la presencia de la generosidad y supieron
vivir desde el agradecimiento permanente.
Porque cada segundo, cada latido del corazón, es un tiempo prestado,
concedido para descubrir el misterio de la vida, el secreto tan bien
guardado que nos abre sus puertas con la frase... "Vivir dentro,
vivir fuera".
Quien sepa sintonizar con el latido permanente de la Vida, dentro-fuera,
quien sepa descubrir la magia del corazón acompasado con el ritmo de la
Mente, habrá entrado en el camino recto que conduce a la inmortalidad,
porque la Vida utiliza la muerte como clave obligada entre las
dimensiones, pero descubrir el secreto de la Vida es superar la barrera de
la muerte.
Y en ello también se mueve la Generosidad del Uno, porque siempre abre
puertas, siempre transmite claves, siempre muestra un nuevo camino cuando
uno viejo se cierra.
Quien sepa leer en las estrellas descubrirá que este pasado que ahora se
vive como si fuera un presente, es tan sólo una prórroga concedida por
la Generosidad del Uno para que los que aún no abrieron sus ojos sepan
ver y comprender. ∆
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