ristina Guzmán Acha, del
departamento de Comunicación de España con ACNUR nos pone al día en esta
catástrofe humanitaria.
-El ACNUR ha declarado que en estos momentos en Afganistán hay gente
tan débil que, aunque quisiera, no podría desplazarse. ¿Qué está viviendo
la población afgana?
-En este país hay entre tres y cuatro millones de personas que son
pobres de solemnidad. El país está devastado por más de veinte años de
guerra y tres de sequía. La ONU estaba entregando alimentos a unos tres
millones y medio de personas, de los que casi un millón son desplazados
internos que han tenido que huir de sus comunidades por inseguridad total.
El resto es gente que sigue en sus comunidades pero que no tienen la
capacidad de alimentarse porque el país está devastado, y la agricultura y
el ganado está anegado por esta sequía.
-¿La ONU puede llevar a cabo este programa en el interior de Afganistán
sin problemas?
-No, no. Todos sus trabajadores extranjeros han sido obligados a
dejar el país. Se han quedado sólo los trabajadores locales, que están
trabajando en unas condiciones durísimas de inseguridad. El reparto de
alimentos lo siguen llevando a cabo, pero de manera muy precaria y ya el
Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha dicho que tiene allí comida
para dos o tres meses más. A partir de ahí o se reanuda -se abren las
fronteras y se llega a una situación de cierta normalidad-, o va a ser
imposible llevar alimentos al interior del país. El problema es esta
situación de inseguridad total que pesa sobre los talibán y por ende sobre
toda la población afgana, contando con mujeres y niños completamente
inocentes.
-En cuanto a los campos de refugiados en países limítrofes,
¿dónde están y en qué situación se encuentran?
-La mayoría de los afganos están entre Irán (un millón) y Pakistán
(2,5 millones). Luego hay algunos cientos de miles más en otros países,
pero Irán y Pakistán se reparten el grueso de los refugiados. Las
condiciones de estos campamentos van mejorando porque al principio, cuando
hay huidas masivas, hay situaciones durísimas.
-Ante una inminente guerra, ¿qué se prevé que pasaría si la gente
abandonase Afganistán?
-De momento se está trabajando con posibles escenarios. ACNUR no
quiere dar una alarma de pre-guerra, pero sí tiene equipos de desplazados
en la zona. Tiene las oficinas abiertas en todos los países que rodean
Afganistán, tiene un gran dispositivo en Pakistán por si ocurriera un
éxodo masivo, pero ACNUR en principio no quiere alentar eso. El Alto
Comisionado, Ruud Lubbers, pidió por favor en Washington a los
funcionarios norteamericanos que se entrevistaron con él, que tuvieran muy
en cuenta las consecuencias humanitarias que podrían derivarse de los
planes que hagan. De todas maneras ya hay entre 400.000 personas que se
están desplazando ahora mismo por esta causa en Afganistán, hacia las
fronteras o hacia el interior de las montañas. Están abandonando las
ciudades.
-Irán y Pakistán tienen espacio para recibirles pero...
-...han cerrado sus fronteras. Irán ha dicho que no quiere acoger
más refugiados, que ayudaría en caso de hacer una operación de ayuda
fronteriza, como el envío de ayuda humanitaria o de evacuación en caso
extremo, pero que no va a abrir sus puertas a más refugiados. Y Pakistán
ha hecho lo mismo, sólo que parece que su frontera es más permeable. Hay
gente que tiene visado o que tiene pasaporte que sí está entrando allí.
-Pero los afganos que tienen documentación son gente privilegiada,
familiares de altos cargos...
-Sí, por eso ACNUR está solicitando que todos los países
limítrofes mantengan las fronteras abiertas. También se contempla el pedir
a terceros países que acojan de forma temporal a grupos de refugiados, ya
que los países vecinos a Afganistán se pueden ver colapsados.
-En caso de que Irán y Pakistán abriesen sus fronteras habría espacio,
pero no recursos, ¿qué solución sería necesaria entonces?
-ACNUR pediría el apoyo de la Comunidad Internacional -que ya lo
está pidiendo-, en el sentido de dar una asistencia muy, muy básica a esas
personas, para que no se mueran de hambre o de sed. Lo que ACNUR está
haciendo es pedir a Pakistán e Irán que cumplan con las obligaciones
internacionales que han suscrito, la Convención de Ginebra. Pero se
intenta evitar que no haya desplazamientos. Además es peligroso llevar más
personas a Pakistán, porque cuando llevas medio país a otro es seguro que
vas a tener problemas, bien porque intentarán recuperar su país y se
levantarán, o bien porque en el país de acogida los problemas de escasez
de recursos llegan a hacerse graves. ∆
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