Los recientes acontecimientos terroristas que han tenido lugar en EEUU,
ha desatado como respuesta los aires de guerra y venganza de los americanos.
A estas acciones quieren que se sume toda la comunidad internacional y
preste todo el apoyo necesario a esta campaña. El Gobierno de Aznar ha dado
su visto bueno sin contar con la Cámara de Diputados y nuestro país prestará
apoyo sin condiciones a las ofensivas que se deriven de este conflicto
armado.
-¿Cómo ve que el Gobierno español sea reacio a consensuar la respuesta de
España frente al terrorismo, cuando hay una implicación militar?
-Creo que es paradójico que el Gobierno sea reacio a consensuar
política y socialmente la respuesta en España, cuando las encuestas
demuestran que la mayoría de los españoles no están a favor de una guerra
como respuesta, y mucho menos una guerra sucia. Digo que es paradójico,
porque al mismo tiempo sí es capaz de supeditarse a la posición de los
Estados Unidos y vincularse a cualquier respuesta, sea esta larga, corta,
militar, o civil. Pero además, es doblemente paradójico porque mientras los
EEUU para una respuesta de guerra se someten a la aprobación de sus cámaras,
el Gobierno español no quiere saber nada con respecto a la participación del
Parlamento español. De acuerdo con la Constitución, en su artículo 63, el
Gobierno tiene la obligación de someter a este tipo de decisiones a una
autorización previa por parte del Congreso de los Diputados.
-Con esta actitud el Gobierno español ha dado un cheque en blanco a EE.UU.
-Sí, España es el país que más ha adoptado esa posición, sin embargo
ha habido otros países europeos que han matizado esta posición, preguntando
si nos encontramos o no ante una guerra. El presidente Chirac, por ejemplo,
ha matizado cual sería su grado de compromiso con una respuesta al atentado
terrorista.
-¿Eres partidario de que se condene todo tipo de terrorismo incluido el
terrorismo de Estado?
-Somos partidarios de que se condenen los atentados y de que se
pongan en marcha estrategias políticas, diplomáticas, policiales y penales
contra el terrorismo. Es decir, somos partidarios de que exista una
respuesta legal y judicial frente al terrorismo, porque no se puede
responder a un terrorismo con otro terrorismo.
No se puede responder al terrorismo de los talibanes convirtiendo los
organismos de investigación, como la central de inteligencia, en asesinos de
dirigentes políticos de otros países. O de quienes se toman la justicia por
su mano. La respuesta no se puede convertir en una guerra sucia, o en una
búsqueda y captura, vivo o muerto, de un determinado terrorista. Existen
unos procedimientos legales, existe un derecho internacional y unos
tribunales que son los que tienen que poner en marcha estos procedimientos,
si no estaríamos en la ley de la selva o en la ley del oeste.
-¿No crees que EE.UU está aprovechando esta situación? Bush y su padre
soñaron con la hegemonía mundial, y además con el consenso de muchos países.
-Sí existe la concepción, sobre todo por parte del presidente de los
Estados Unidos, de que el mundo es un condado y que el derecho internacional
es la ley del Far West. Es un retroceso de siglos. Existe un riesgo que en
vez de una respuesta selectiva, judicial y policial al terrorismo, estemos
ante un intento de aprovechar estos atentados terroristas para recuperar
algunos elementos de la hegemonía estadounidense que estaban cuestionados. O
bien recuperar una hegemonía política que había sido muy deteriorada después
de estas últimas elecciones, o bien también, recuperar una carrera de
armamento que era cuestionada por muchos países europeos en torno, por
ejemplo, a la guerra de las galaxias. Sería grave que de esta situación
surgiera una nueva escalada en materia militar, o una actitud prepotente y
de monopolio de las relaciones internacionales por parte de EE.UU.
Nosotros creemos que eso daría lugar a más violencia y a más dificultades en
el ámbito internacional. Pensamos por el contrario que la respuesta debería
ser: organismos internacionales y derecho internacional por un lado; y por
otro, solución a los conflictos regionales, como el conflicto palestino y
avanzar en la solución de los problemas globales, como el problema del
hambre, la crisis ambiental. Creemos que eso es lo que da una seguridad
compartida, lo otro, es una seguridad ficticia basada en la fuerza.
-Los atentados a las torres del Word Trade Center y al Pentágono han
dejado al aire muchas deficiencias, sobre todo la inconsciencia de la gente.
-Creo que pone en evidencia, y además de forma contradictoria, cómo
las cabezas de algunas gentes se alinean sin más con una respuesta
indiscriminada de guerra sucia sin pensar que puede dar lugar a más rencor,
a más violencia, a más humillación, a más fanatismo. Por otra parte también
pone en evidencia que en particular en la sociedad española, en las últimas
encuestas, hay una reserva importante de pacifismo y de desconfianza ante
las opciones militares. Y es muy importante tener en cuenta que hay mucha
gente que no comparte el terrorismo, que lo rechaza claramente, pero que al
mismo tiempo no está de acuerdo con responder con más violencia a la
violencia, sino que confía en la ley, en los mecanismos de la democracia
para derrotar a los violentos y no en ser como ellos.