Me
atraen tus ojos, esos dos puntos negros que miran hacia el vacío, como si
ellos fueran la puerta de conexión entre tu mundo dentro y mi mundo fuera,
el espacio y la forma, el vínculo con lo oculto y lo misterioso. |
|
CARTA A UNA NUEVA VIDA
POR ELENA G. GOMEZ
Ayer te vi por primera vez. Eres tan pequeño, tan frágil y tan
especial, que me hiciste sentir esa magia que produce el milagro de una
nueva vida.
Sí, ya sé que es algo que se produce todos los días y que está sucediendo a
millones de mujeres en el planeta, pero eso no le quita nada de su magia.
Había leído que el primer y el último pensamiento del día de una mujer
embarazada era para su hijo, pero en realidad yo me paso el día hablándote,
preguntándote cómo te sientes, cuidando que todo lo que hago no te pueda
afectar.
Me gustaría ser mucho más consciente de todo lo que está sucediendo en ti y
eso me lleva a pensar que aunque estés dentro de mí compartiendo mi sangre,
mis células y mi vida, tú eres tú, un ser ya independiente, libre y, en una
gran medida, autosuficiente.
Aún no naciste y ya has producido muchos cambios en mi vida. Ahora me cuido
mucho, no fumo, doy largos paseos, tengo cuidado con lo que como y procuro
descansar suficiente, pero sobre todo me pregunto ¿por qué no lo hacía ya
antes así?, ¿es necesario estar embarazada para ser respetuosa con la vida?
No, ya sé que no, pero la verdad es que hasta ahora nunca me había parado a
pensar que dentro de mí existen otras vidas más pequeñas cuya existencia
está marcada por lo que yo hago. Una célula puede vivir o morir dependiendo
de cómo yo viva, piense y actúe.
Ya ves, tú, sin quererlo, me estás mostrando lo importante que es la vida,
su fragilidad y su fuerza, su quietud y su movimiento, porque si te das
cuenta, desde el mismo momento en que empezaste a vivir no has dejado de
moverte, de cambiar, de formarte. Y esa es la clave principal de la
existencia, el movimiento. Y aunque no seamos conscientes, no dejamos de ser
fetos, como tú, toda nuestra existencia, porque cuando nacemos en realidad
lo que sucede es sencillamente que cambiamos de esfera, pasamos del cuerpo
de nuestra madre a un cuerpo mayor, el de la madre tierra, seguimos
alimentándonos de la placenta, con todos sus nutrientes, seguimos protegidos
por el líquido amniótico, y, aunque no seamos conscientes, todo continúa en
movimiento, en transformación. Lo único que sucede es que nos olvidamos de
ello, porque si no fuera así, ¿cómo podríamos estar destruyendo el cuerpo
que nos está albergando?
Tengo una fotografía tuya en mis manos, te miro y te veo tan pequeño, tan
perfecto, pero sobre todo me atraen tus ojos, esos dos puntos negros que
miran hacia el vacío, como si ellos fueran la puerta de conexión entre tu
mundo dentro y mi mundo fuera, el espacio y la forma, el vínculo con lo
oculto y lo misterioso, con la existencia infinita, con la confirmación de
que somos mucho más que materia, que venimos de un lugar lejano y que
tenemos un destino, una razón de vivir que cada cual debe encontrar.
Se acerca el momento, nuestro momento, ¿miedo? yo no lo tengo, sé que todo
saldrá muy bien, el médico dice que estás muy fuerte y yo estoy preparada.
Será una experiencia nueva para los dos. Pero tengo tantas ganas de verte,
de sentir tu piel sobre mi piel, de tocar tus manitas, de abrazarte, que
eclipsa cualquier otra cosa. Sé que tendremos que luchar fuertemente los
dos, tú por salir, yo empujar para que salgas y, probablemente tendremos un
poco de dolor, bueno, dicen que mucho dolor, pero te aseguro que será breve,
así que no te asustes, al fin y al cabo es una preparación para muchas cosas
que tendrás que vivir después, porque en la vida hay que luchar mucho si
quieres conseguir metas, pero no te olvides que quien lucha nunca está solo,
y al igual que tú, siempre tendrá unas manos que le ayuden a dar el salto y
pasar a otra dimensión, porque en todos los momentos importantes de la vida
siempre hay alguien a nuestro lado, tirando de nosotros, impulsándonos a
otro lugar, por eso yo no le tengo miedo al parto, como tampoco temo la
muerte, porque son los extremos de un mismo círculo, extremos que se unen y
cierran un capitulo en la existencia de cada ser, y al igual que hay unas
manos que te cogerán para que no te hagas daño cuando nazcas, al final de tu
vida otras manos te ayudarán a regresar.
Hace nueve meses empezaste un viaje espacial en una cápsula que fue mi
cuerpo, estuviste dentro de mí pero no me perteneces, por eso ahora, que una
nueva etapa de tu viaje está a punto de comenzar, yo también estaré a tu
lado, cuidando de tu vida, viendo cómo te mueves, aprendiendo a tu lado la
magia de la vida, intentando darte una vida llena de aprendizaje, de respeto
hacia todo lo que te rodea, y de movimiento, porque en realidad tú eres
mucho más que mi hijo, eres un viajero espacial. ∆ |