Y es que el líder no sólo
nace, sino que debe utilizar herramientas para ejercer sus funciones que
es lo que realmente le puede capacitar para ejercer un liderazgo eficaz, y
de esas herramientas no le dota la naturaleza sino el aprendizaje. |
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LIDERAZGO EN EL AMBITO LABORAL
POR RAQUEL BUZNEGO (PSICOLOGA)
"El liderazgo consiste en ir adónde nadie más ha ido"
Bob Galvin.
S on muchas las definiciones de líder
con las que nos podemos encontrar. Unas se centran y otorgan la máxima
importancia a las cualidades innatas que una persona posea, "tener madera de
líder", mientras que otras definiciones se centran más bien en habilidades
personales y sociales que son susceptibles de aprendizaje y que, por tanto,
se pueden adquirir y desarrollar.
Cabe, entonces, preguntarse quiénes tienen razón o qué definiciones son las
más acertadas. ¿El líder nace o se hace?
Aristóteles preparó la teoría de las cualidades innatas cuando dijo que
"desde la hora de su nacimiento, algunos hombres están señalados para
obedecer y otros para mandar. Si, por curiosidad, preguntamos a una serie de
personas qué opinan acerca del tema la mayoría, sin duda, nos dirán que el
líder nace, no se hace.
Es cierto que todos conocemos a personas, que sin ninguna formación al
respecto, son capaces de liderar, de ejercer una influencia sorprendente
sobre un grupo de personas, que son capaces de seducirlas llegando hasta el
punto de hacerlas olvidar sus ideas u opiniones para asumir como propias las
ideas del líder. Sin embargo son, en no pocas ocasiones, líderes de
pacotilla, sujetos que en situaciones informales crean estilo pero que
cuando se encuentran en un ambiente más estructurado, en el ámbito laboral,
son personas sin ninguna capacidad de liderazgo.
Y es que el líder no sólo nace, sino que debe utilizar herramientas para
ejercer sus funciones que es lo que realmente le puede capacitar para
ejercer un liderazgo eficaz, y de esas herramientas no le dota la naturaleza
sino el aprendizaje.
El auténtico líder debe reunir algunas cualidades personales imprescindibles
como son: carisma, capacidad de persuasión, ambición de poder y
autoconfianza.
Carisma: Es un don, una gracia, una especie de atracción, producto de la
integración de unos rasgos físicos atrayentes y de una personalidad
singular. Es evidente que el atractivo físico no es imprescindible pero
obviarlo en su totalidad es un grave error ya que los estudios demuestran
que la persona que lo posee es capaz de llegar a más gente.
El carisma hace de quien lo posee un individuo capaz de derribar la
resistencia de sus seguidores, funciona como un imán y es muy probable que
en su mayor parte sea algo innato.
Capacidad de persuasión: Tiene que ver con la habilidad para convencer al
grupo de trabajo de la necesidad de emprender un cambio o un proyecto
modificando, si fuera necesario, algunas de las creencias, pensamientos o
conductas de las personas. Para conseguir el cambio deseado el líder debe de
poseer una extraordinaria sensibilidad para intuir las necesidades e
intereses de los demás. Hacer cambiar de ideas o emprender proyectos sin
tener en cuenta cuáles son los sentimientos, emociones y creencias de las
personas sería un grave error y el líder perdería la credibilidad y, por
tanto la capacidad para dirigir proyecto alguno.
La capacidad de persuasión puede que tenga mucho de innata, pero también se
puede desarrollar y potenciar de modo significativo.
Ambición de poder: Es una capacidad que motiva al líder haciendo que día a
día trabaje en su superación personal y en la consecución de unos objetivos,
entendiendo que éstos deben ser los objetivos del grupo y no solamente del
líder ya que si fuera así estaría utilizando a los demás para su exclusivo
beneficio y tarde o temprano se vería abocado al fracaso.
Autoconfianza: Se refiere a la confianza que la persona debe tener en sus
propias capacidades y en sus proyectos. Un buen líder es aquel que confía en
sus habilidades para resolver las situaciones que se presentan, que valora
como bien fundamentadas sus ideas, que es capaz de superar las dificultades
sin dramas y que sabe admitir cuantos fracasos y derrotas sean necesarias
antes de alcanzar el triunfo.
Digamos que estas son las cualidades personales que ha de tener un líder,
pero serían ineficaces sin otras habilidades, quizá más susceptibles de ser
aprendidas. Veamos algunas de ellas:
Comunicación: La capacidad para recibir y emitir información es un complejo
proceso que se debe asentar en saber escuchar y saber transmitir información
de forma clara, concisa y convincente.
Resolución de conflictos: El conflicto supone una controversia, un
desacuerdo... y como tal genera malestar y ansiedad. Todas las personas
debemos aprender a manejarnos en situaciones de conflicto, puesto que nos
guste o no somos seres sociales y como tales nos relacionamos con personas
que no piensan como nosotros, que no sienten como nosotros, que no tienen
nuestras necesidades sino otras y que tienen ideas y valores diferentes. Por
tanto surgen los conflictos como producto normal de la diversidad y para
manejarlos debemos aprender técnicas de resolución de conflictos. Un buen
líder es un experto en este terreno, pero es, sin duda, una cualidad que
debe aprender o, al menos, perfeccionar y potenciar.
Además el líder debe poseer otras herramientas como son: Responsabilidad,
Capacidad para definir objetivos, Capacidad para cuestionar los procesos y
poseer un Pensamiento positivo.
Con voluntad, motivación e información muchas de estas habilidades pueden
ser aprendidas, hay cientos de manuales que pueden echarnos una mano al
respecto, si además tenemos algunas de las características personales que
hemos mencionado como "carisma" o "poder de seducción" podremos, si
queremos, alcanzar algún tipo de liderazgo en el ámbito laboral. ∆ |