as actividades más comunes que se
intercambian son las relacionadas con los niños o los mayores, como
recoger a los pequeños en el colegio o acompañar a la farmacia a una
persona de la tercera edad. Pero también se ayuda en tareas domésticas, se
hacen reparaciones, se riegan las plantas cuando alguien falta, se dan
clases de música, de maquillaje o de relajación. Todo lo que sepas hacer
es bienvenido en El Banco del Tiempo, porque lo que a uno le
resulta sencillo para un vecino entraña una gran dificultad. De esta
manera se cubren necesidades de manera solidaria y se potencian las
relaciones entre vecinos, como ponen de manifiesto en esta entrevista
Montserrat y Albert Rodríguez Roig, miembros delegados del proyecto en
Barcelona.
-Vuestro
sistema recuerda al trueque utilizado hace siglos, ¿por qué volver a él?
-Porque creemos que es una forma de recuperar las relaciones entre
vecinos, de recuperar esa confianza y ser un poco más solidarios.
Siempre que no se utilice como sustituto de un puesto de trabajo, ¿por qué
no mantener un sistema de relaciones entre vecinos?
-¿Por qué para conseguir solidaridad y auténtica relación entre
personas hay que eliminar el dinero de la ecuación, como demostráis en el
Banco del Tiempo?
-Precisamente porque la solidaridad y las relaciones no son algo
que deba pagarse. Deben estar al alcance de cualquiera, ¿y quién no
dispone de tiempo, por poco que sea?
-Por una hora de trabajo un abogado y una cuidadora de niños no cobran
lo mismo, sin embargo en el Banco del Tiempo su dedicación tiene el mismo
valor. ¿Sigue la sociedad guiándose por el 'tanto tienes, tanto vales'?
-Por desgracia sí, por eso queremos romper con ello y demostrar
que todo el mundo vale igual tenga lo que tenga, sea de donde sea. Nuestra
moneda es el tiempo, independientemente de la tarea a realizar.
-¿La
gente recurre al Banco del Tiempo porque necesita una serie de servicios
que le salen baratos o porque confía en que es una buena idea y quieren
apoyarla?
-Una gran mayoría lo hacen para sentirse útiles con otros vecinos
y a la vez recibir ayuda en pequeñas tareas que, por falta de tiempo, son
a veces un problema. Ahí tenemos el cuadro que hay que colgar, que siempre
dices que lo harás, pero que nunca acabas de hacerlo, por ejemplo. Otra
parte es por el hecho de sentirse acompañados, para conocer mejor a la
gente que le rodea. Nuestra intención es que no se convierta en tema de
valoración económica.
-En Italia El Banco del Tiempo funciona desde hace décadas. ¿Por qué en
España ha tardado tanto tiempo en implantarse? ¿Cómo se ha conseguido que
casi todos los barrios de Barcelona tengan su propio Banco del Tiempo?
-En España venimos de una cultura solidaria, entendida como
caridad o ayuda a los necesitados. En este proyecto los necesitados somos
todos. En Barcelona el voluntariado ejerce un papel importante dentro de
la sociedad. Y sobre la base de este voluntariado se han creado las
estructuras suficientes para desarrollar el proyecto de El Banco del
Tiempo. Lo único que cambia es el hecho de que los actos voluntarios
son compensados con otros actos voluntarios. ∆