Hace apenas un año, los valores tecnológicos y de Internet
experimentaron una fuerte subida en la Bolsa. Las empresas punto.com creadas
a su abrigo, crecieron como la espuma.
Hoy, la denominada Nueva Economía vive el momento más negro de su historia
tras una caída generalizada en todas las Bolsas. Las punto.com dudan de su
futuro. ¿Qué ha pasado?
De la noche a la mañana quedamos boquiabiertos ante el nuevo mundo que
Internet abría ante nosotros. Cualquier persona que tuviese un PC,
conexión telefónica y un mínimo de conocimientos, podía acceder a un
mundo sin fronteras lleno de expectativas.
Este impacto atrajo a inversores y emprendedores financieros, que vieron una
buena fórmula para conseguir dinero fácil y rápido. Aparecen así
multitud de empresas que hacen inversiones millonarias contratando a
directivos, programadores, diseñadores, expertos en marketing y publicidad,
sin escatimar en gastos. Surgen las empresas punto.com que dan lugar a un
nuevo concepto de economía denominado Economía Internet o Nueva
Economía (software, microprocesadores, comercio electrónico,
telefonía móvil, fabricantes de PC). Estas empresas cotizan en Bolsa a
gran velocidad con importantes beneficios. Pronto aparecen los primeros cibermillonarios.
Mientras esto sucedía, los valores de la Vieja Economía -petróleo,
industrias armamentísticas, químicas, estratégicas- perdieron
protagonismo.
La ola de subida duró poco tiempo y terminamos el 2000 asistiendo a una
fuerte caída en la Bolsa de Nueva York de los valores tecnológicos, con
las punto.com a la cabeza. El índice Nasdaq, termómetro de la Nueva
Economía, se desmoronaba.
Mikel Amigot, fundador y director de iBrujula.com, diario hispanohablante de
carácter independiente y líder en Internet, habla de este fenómeno y de
otros factores que han influido en esta rápida caída.
-Cuando apareció Internet en nuestras vidas nos prometió un mundo
casi mágico lleno de expectativas. A la vista de todo lo ocurrido, muchos
pensamos si todo aquello tenía una base real o simplemente se trataba de
una burbuja llena de ilusión.
-Internet pasó de ser un valioso instrumento en Universidades y
Educación, a ser un importante medio de marketing que, al servicio de las
nuevas tecnologías, podía crear un nuevo status quo económico. Los
inversores detectan que las empresas punto.com son valores muy interesantes,
que ofrecen rentabilidad cara al futuro y comienzan las inversiones
desaforadas. El valor de estas empresas crece y eso hace que incluso algunas
lleguen a crearse sólo para salir a Bolsa y obtener plusvalías
rápidamente. Como se dice en nuestro país, para un pelotazo rápido.
Las empresas de la Vieja Economía ven la importancia de estas nuevas
empresas y también su amenaza. El valor de la tecnología empieza a
penalizarse y se rompe esa burbuja especulativa. Ahora nos encontramos en el
otro lado del péndulo: de ser empresas sobrevaloradas han pasado a estar
infravaloradas. No obstante, Internet y las tecnológicas siguen su marcha,
su productividad. Ahora, al margen del fenómeno especulativo financiero.
-Esta crisis ha servido entonces para sanear el mercado. Ver qué
empresas eran un fraude y qué empresas tenían en su haber un auténtico
proyecto. ¿No es así?
-Sí, han quedado empresas más reales, al estilo clásico. Es decir,
formadas por empresarios, no por financieros. Las empresas que conservaban
esta última estructura, han caído casi todas. Yo creo que las empresas
buenas seguirán existiendo.
-Dicen que el 80% de las punto.com que hoy existen habrán cerrado
antes del 2002. ¿Este derrumbe económico trae consigo la caída de los
valores tecnológicos y de Internet?
-No, la tecnología e Internet seguirán siendo los motores del
crecimiento económico a medio y largo plazo. Ahora bien, bajo unos
supuestos distintos a los actuales.
-Es curioso que, paralelamente a la caída del Nasdaq, recuperan
protagonismo las grandes empresas de la Vieja Economía: petroleras,
armamentísticas, estratégicas, de la mano de George Bush. ¿Se trata de
una lucha de valores entre la Vieja y Nueva Economía?
-Claro, es una lucha por el poder económico y ahí las empresas de la Vieja
Economía estaban siendo desplazadas. Aunque no se ha hablado mucho del
tema, yo creo que la subida de unas ha provocado un poco el descenso de
otras.
-Los bajos precios a los que han llegado las punto.com después de la
quiebra han abierto un tiempo de gangas, que ha sido aprovechado por los
grandes. ¿Al final el poder vuelve a manos de los de siempre?
-Eso que dices tiene mucha lógica. ¿Si ha sido premeditado? Hombre, es
difícil pensar que todo este movimiento ha sido generado con ese fin. Ahora
bien, sin duda les ha beneficiado aunque estos momentos recesivos no son
buenos para nadie. Lo que sí ha sucedido es que las empresas de la Vieja
Economía se han quedado con estas empresas a muy bajo precio. Es muy
triste ver que el resultado final es que toda esta revolución no ha servido
más que para engordar y hacer más fuertes a los que ya lo eran.
Afortunadamente, también hay excepciones.
-¿Quién está interesado en que este nuevo concepto de vida que
propone la Nueva Economía no prospere? ¿Para quién es una amenaza?
-En principio, para todo aquel cuyos intereses económicos vayas a
desplazar. También será amenaza para quien no tiene nada que aportar y
sólo pensaba en esto como una especulación. Una de las cosas mejores que
tiene la tecnología es la transparencia: cada uno sabe y ve lo que hace el
otro. El que vive de charlatanerías, engaños y cortinas de humo, no puede
competir en este mundo. Por último también se pueden sentir amenazados los
gobiernos que ven cómo pierden su cota de soberanía y poder.
-¿Ves alguna salida a esta crisis?
-Personalmente, no lo veo tan grave como parece. Nada ha sucedido
que no estuviese previsto desde la lógica económica. Particularmente, creo
que ha venido muy bien a empresas como la nuestra. Saldrán adelante todas
aquellas que actúen con mentalidad de empresa; las que han nacido al abrigo
de la especulación, sin ningún tipo de pautas, caerán. ∆