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 GITANOS, la integración pendiente

 GITANOS, la integración pendiente.
Foto: Francisco Javier Arcenillas

Después de siglos de convivencia con el pueblo gitano, la ONG Médicos del Mundo ha puesto el dedo en la llaga denunciando las condiciones en las que viven. Mediante la creación de "Romeurope" se puso en marcha una red en lucha por la salud en particular y contra la exclusión en general. En España nos toca de cerca.

Texto: Marta Iglesias

Como informa Mª Ángeles Rodríguez Arenas, Responsable de Programas Cuarto Mundo, en Médicos del Mundo llevan ya cuatro años promocionando la salud de los gitanos que viven y pasan por Alemania, Francia, Grecia, Italia y España. En nuestro país atienden a los que viven aquí y a los que están de paso, como los gitanos portugueses que vienen a trabajar como temporeros o los de los países del Este.

-¿Por qué en España motiva poco la lucha por ayudar a los gitanos, cosa que no sucede con los emigrantes, por ejemplo, o con las grandes catástrofes naturales?
-Nos importa más luchar contra esas catástrofes cuando la situación está fuera, pero cuando bajas a la calle y te encuentras a un pobre en la puerta miras para otro lado. Son temas que, no es que no toquen a la conciencia, pero a los que uno pone más barreras porque cada cual se hace su composición para vivir. Das las 1.000, 5.000 ó 10.000 ptas. para una obra humanitaria, a ser posible lejos, pero luego te molesta ver la miseria justo a la puerta de tu casa.

-Habláis en vuestro informe de que ser gitano, chabolista y nómada produce un cuadro sanitario bastante desalentador. De esas tres características, para no romper la identidad cultural de ese pueblo, sólo es posible cambiar el chabolismo. ¿Qué propone vuestro programa para reducir sus problemas de salud?
-Lo que se intenta es lograr la integración de estas personas en las redes normalizadas. Eso con los gitanos españoles es bastante fácil, en el sentido de que son muy poco nómadas y tienen pleno derecho a utilizar la red sociosanitaria, pero no lo hacen porque no se ajusta a su forma de vida. También se puede intentar que las condiciones de vivienda no sean tan precarias, y ahí se puede actuar en la medida en que las políticas de los gobiernos quieran.

-¿Ellos consideran como prioritaria su salud, o valoran otras cosas por encima de ello?
-Imagina una persona que tiene unas condiciones económicas y de vivienda probablemente bastante malas. Por ejemplo, los gitanos de Europa del Este que nosotros atendemos no saben dónde quedarse una noche, no saben si va a venir la policía y los va a quitar del asentamiento en el que están. Evidentemente tienen cosas que están por encima, dentro de su lista de prioridades. Para ellos se hace prioritaria la salud cuando se les desestabiliza de una manera importante. Y es que viven una situación mucho más inmediata que es la de la subsistencia, por lo que la salud quedaría un poquito al margen.

-La creencia generalizada es que, para aceptarlos, debieran sumarse a nuestro estilo de vida. ¿Tememos la pluralidad, las creencias y estilos de vida diferentes?
-Evidentemente, sí. Todo lo que es diferente, cuando menos lo miramos de reojito. Hay cierto recelo a la diferencia, eso siempre ha existido y me imagino que seguirá existiendo. Todo lo que sea relativizar tus propios valores, compararlos con los que tiene una persona de una cultura diferente, sencillamente removerte un poco los cimientos, te deja en una cierta incertidumbre que siempre da miedo. Todo lo que es igual a nosotros nos parece mucho más cercano y lo miramos con mucho más cariño. Tienen que ser payitos para que les queramos mucho, y ya está.

-¿Los excluimos o se autoexcluyen?
-Es una mezcla. Yo creo que ésta es una lucha de hace muchísimos años. Desde que los Reyes Católicos establecieron su expulsión no ha habido nadie que establezca su integración total, en el sentido de que son diferentes, tienen una cultura diferente y son minoritarios. Por tanto siempre van a sentir lo que las minorías: la pérdida frente al mayor, frente al que establece las normas, las leyes y la forma de vivir. Pensamos 'son gitanos y viven así'. Es el ponernos esas gafas negras que no dejan ver nada más que lo que queremos y lo que menos nos molesta a la conciencia. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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