TEMA DEL MES - BUSH, EL TERRIBLE
" La visita de Bush ha estado muy bien planificada y ha
conseguido unos objetivos muy importantes. Para empezar, ha logrado dividir
a los europeos."
|
Los primeros meses en la Casa Blanca del nuevo presidente
norteamericano George W. Bush aportan ya las claves sobre las líneas
principales de su gobierno. Su reciente paso por Europa marca las
directrices de lo que va a ser su política exterior.
Ramón Fernández Durán es miembro de Ecologistas en Acción
y del Movimiento contra la Europa de Maastricht y la globalización
económica. Recientemente ha publicado el libro Capitalismo global,
resistencias sociales y estrategias del poder, en el que analiza,
entre otros temas, la llegada de George W. Bush al poder en Estados Unidos.
-Comentas en tu libro que Bush era claramente el candidato de Wall
Street.
-Indudablemente los dos candidatos del establishment eran Gore y Bush
porque los otros candidatos tienen un carácter absolutamente marginal. En
Estados Unidos se permite a partir de 1976 la financiación privada de las
campañas electorales y de los partidos. Entonces eso va poniendo cada vez
más en manos de las corporaciones estadounidenses la política de los dos
principales partidos. En el caso de George Bush, sus votos provienen del
sector más conservador y de rentas más altas, y no tiene ninguna
vinculación con los sindicatos, al contrario que los demócratas, así que
los grandes responsables de Wall Street apostaron en mayor medida por él,
porque sabían que no tenía esas pequeñas "ataduras" y que
podría llevar a cabo una política más pro-gran empresa y pro-libre
comercio.
-¿Cómo se refleja esto en las decisiones que ha tomado desde que está
en el cargo?
-Uno de los puntos centrales de la política económica de Bush era la
reducción de impuestos. El Congreso ya ha aprobado el recorte, aunque ha
resultado menor de lo que él quería. Con eso se persiguen dos objetivos.
Por un lado pretende aliviar de cargas fiscales a las grandes empresas, las
grandes fortunas y los sectores de mayor rentabilidad estadounidense. Por
otra parte, busca impulsar el crecimiento, poner más dinero en el bolsillo
del consumidor para impulsar la actividad económica. Hay que tener en
cuenta que ha entrado en la presidencia estadounidense en un momento en que
la economía norteamericana está bajando de crecimiento muy fuertemente y
está entrando en una etapa casi de recesión.
-¿Hacia dónde conduce su política de no respeto al medio ambiente?
-Pretende hacer que Estados Unidos sea menos vulnerable en relación con
el mercado mundial, por eso se han abierto los controles ambientales que
existían sobre la explotación forestal o minera. Eso permite a Estados
Unidos poder disponer en mayor medida de los recursos naturales en
territorio propio, que por la anterior normativa ambiental, más rígida, no
los podía explotar como quería y dependía más de los recursos foráneos.
Esta maniobra cumple una función estratégica relacionada con el tema del
petróleo, y es que mientras Europa depende mucho del petróleo que tiene
fuera de sus fronteras, EE.UU. tiene unas reservas propias más importantes.
De este modo, con la explotación de Alaska, todavía va a tener más y
dependerá menos del exterior.
-¿Qué sentido tiene realmente el controvertido escudo antimisiles?
-Mi opinión es que esto es un apoyo brutal por parte del estado
norteamericano a toda la industria espacial para que se desarrolle. Lo de la
defensa antimisiles es la manera de vender este tema de cara a la opinión
pública interna de Estados Unidos y la internacional, porque se trata de
una inversión gigantesca y tienen que justificarla. Uno de los argumentos
que se coge "por los pelos" es la insistencia en el peligro que
suponen los llamados "estados gamberros", diciendo que estos
estados pueden desarrollar un potencial destructor considerable a medio
plazo y que hay que protegerse.
Europa en ese sentido va muchísimo más atrás, depende casi totalmente
de la tecnología estadounidense y arrastra un desfase considerable. Todo
esto tiene relación con el tema de la nueva economía y con el dominio de
los mercados financieros. Europa se está quedando descolgada de ese proceso
y lo que intentan algunos es arrimarse y conseguir que les caiga algo. Y por
otro lado también eso le permite a EE.UU. desarrollar mucho más el papel
de superpotencia militar.
-¿Qué objetivos perseguía la visita de Bush a Europa?
-Yo creo que la visita de Bush ha estado muy bien planificada y ha
conseguido unos objetivos muy importantes. Para empezar, ha logrado dividir
a los europeos. Blair, Berlusconi y Aznar le apoyan, y además hay ciertas
disensiones entre el eje central europeo, que es Alemania, que tiene una
actitud menos crítica, y Francia, que es la que mantiene una actitud más
enfrentada a la política de EE.UU.
Luego hay una tensión mundial creciente entre el dólar y el euro. El
capital europeo intenta conseguir que el euro pueda tener un papel de divisa
de reserva internacional, porque de eso se obtienen muchos intereses, pero
para que el euro sea una divisa a nivel internacional tiene que estar
respaldado por un proyecto político fuerte y un proyecto militar creíble.
Eso lo tiene Estados Unidos, pero no Europa, de la que se dice que es un
gigante económico, un enano político y un gusano militar. Lo refleja en
gran medida la caída que ha tenido el euro en relación con el dólar en
los últimos tiempos. Por un lado, el haber creado la división entre los
líderes europeos en relación al tema del escudo antimisiles, hace que el
proyecto político europeo no sea sólido para competir con EE.UU. Por otra
parte, en el terreno militar, Europa tiene menos autonomía e independencia.
Esto también se ve en la tensión que hay dentro de la OTAN al tocar el
tema de la ampliación a los países del Este. La UE quiere conseguir un
pilar europeo de defensa, con mayor independencia de EE.UU., pero siempre
una independencia muy subordinada a Estados Unidos./
C.F.
|