TEMA DEL MES - SINDROME DE LOS
BALCANES
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"En el caso de los oficiales, el
fallecimiento por cáncer, se considera enfermedad en acto de
servicio. Al soldadito de a pie se le echa de las Fuerzas
Armadas."
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La OTAN ya
advirtió en 1999, a los Ministerios de Defensa de los países miembros, que
se había empleado uranio empobrecido en la guerra de los Balcanes y que
ello podría acarrear "ciertos peligros". Por ello, recomendaba a
los diferentes Gobiernos el empleo de medidas preventivas. Esta información
ha permanecido en secreto hasta este momento.
En España ya son cinco los militares fallecidos por cáncer, seis están
sometidos a tratamiento y doce están pendientes de diagnóstico. La Oficina
del Defensor del Soldado (ODS) es la única institución que en este momento
está realizando investigaciones sobre el tema. Francisco García,
subdirector de la ODS nos informa de lo último que ha llegado hasta su
Oficina.
-¿Cómo es en estos momentos la situación del ejército español
destacado en Kosovo?
-A día de hoy están llamando familiares de gente que está
desplazada allí ahora, con la preocupación de si se les van a hacer
reconocimientos médicos, cuáles son y cuándo se les van a realizar. En
principio las únicas pruebas que se efectúan aquí, en España, son a
gente que estuvo desplazada en Kosovo. Los que están allí ahora mismo no
están pasando reconocimientos y, en principio, no está previsto que los
vayan a pasar.
-Se ha hablado de un trato discriminatorio entre la tropa y los oficiales
a la hora de hacer los análisis. ¿Esta información es correcta?
-En principio y en el tema de los análisis, no existe un trato
discriminatorio. Lo que sí podría haber, pero estamos pendientes de
confirmación, es que en el caso de los oficiales, el fallecimiento por
cáncer se considera enfermedad en acto de servicio; mientras que al soldado
profesional en ningún caso le va a contar como enfermedad profesional. Al
soldadito de a pie lo que se hace es echarle de las Fuerzas Armadas.
-Aunque los médicos comentan que es muy pronto para conocer la
dimensión del síndrome, porque el tiempo de incubación es superior a un
año, parece que los casos se multiplican. ¿Qué es lo que está pasando
realmente?
-Es muy difícil de decir, pero evidentemente hay algo raro, ya sea
por el uranio empobrecido o por cualquier otra circunstancia, ya que en la
guerra no sólo se ha utilizado uranio: se ha hablado de bombas de grafito,
de amianto blanco, de benceno... estos productos son bastante cancerígenos.
Nosotros tenemos contabilizados cinco fallecidos y once casos de personas
diagnosticadas con algún tipo de dolencia. Además tenemos otra carpeta con
bastante gente que ha estado allí y presenta una serie de síntomas, y que
han llamado porque están preocupadas y quieren pasar los reconocimientos.
-En Europa ha saltado la alarma. En Bélgica, por ejemplo, el Sindicato
de Fuerzas Armadas va a querellarse contra el Ministerio de Defensa en
nombre de los afectados. ¿Hasta dónde crees que van a llegar las
reacciones en nuestro país?
-Por lo que hemos podido ver hasta ahora, las reacciones de los
grupos políticos son bastante flojillas, porque aparentemente ninguno ha
plantado cara al Ministerio, a excepción de Izquierda Unida, que ya estaba
en contra antes de la intervención de la OTAN en los Balcanes. ¿Hasta
dónde va a llegar este tema? Desgraciadamente, pensamos que van a aparecer
más casos. Es un tema largo, habrá que investigarlo. El Ministerio ha
reconocido que hay una sintomatología de veteranos de los Balcanes, siempre
dejando muy claro que no hay relación causa-efecto con el uranio. Al menos
hay un reconocimiento, lo cual es un paso adelante.
-¿Por qué hay tanto secretismo y tanta mentira por parte del Gobierno a
la hora de hablar sobre el tema?
-La verdad es que no lo entendemos, sobre todo si comparamos la
actitud del Ministerio de Defensa Español con sus homólogos europeos. Por
ejemplo, Italia está dando un buen ejemplo de lo que hay que hacer: en
lugar de negar los hechos en un primer momento, se ha puesto a investigar. Y
yo entiendo que si el Ministerio Español de Defensa hubiera hecho eso mismo
no se hubiera creado tanta alarma. Esta situación ha generado desconfianza.
Además, los familiares llaman al teléfono de información que ha dado
Defensa y lo único que se les dice es que en los Balcanes hay menos
radiactividad que en Madrid, pero nadie les dice dónde tienen que pasar los
reconocimientos médicos. Muchos soldados que estuvieron en los Balcanes son
ahora civiles y quieren pasar los reconocimientos para quedarse tranquilos.
Y cuando llaman al teléfono del Ministerio nadie les facilita un sitio o un
procedimiento para solicitarlos.
-¿No crees que esto afectará al Ministerio de Defensa, cuando reciba
las solicitudes de los aspirantes a soldado profesional?
-Evidentemente sí, pero es un problema del Ministerio de Defensa y
su política. Si diera una imagen de preocupación y responsabilidad hacia
sus soldados, probablemente su imagen sería otra. En estas condiciones es
lógico que la gente desconfíe, y eso incide negativamente en la
profesionalización.
-En el transcurso de todos estos acontecimientos, y dada la actitud del
Ministerio de Defensa, la Oficina del Defensor del Soldado ha sido un soplo
de aire fresco a nivel informativo y de referencia. ¿Cuál es vuestra labor
en estos momentos?
-Principalmente, la de tranquilizar a las familias y decirles los
cauces para solicitar los reconocimientos, ya que por parte del Ministerio
de Defensa hay un gran desconcierto en el tema de las pruebas médicas a
civiles. También recogemos testimonios, viendo por qué zonas estuvieron
realizando misiones, en qué sitios se movieron. Queremos tranquilizar un
poco, porque aunque hay casos y probablemente salgan más, esto no es una
plaga. Por parte del Ministerio se nos acusó de ser alarmistas, cuando lo
único que hacíamos era recibir llamadas de gente que les había llamado
previamente a ellos y a los que no les habían dicho nada. ∆
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