Soñar,
sí, soñar, eso es lo que nos hace ser distintos a otras especies, lo que
nos permite llenar de ilusión el futuro. |
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SOÑAR
POR ELENA G. GOMEZ
Soñar,
sí, soñar, eso es lo que nos hace ser distintos a otras especies, lo que
nos permite llenar de ilusión el futuro.
Yo tengo desde hace algunos años la costumbre de crear un sueño cada
año, no es un deseo sino un sueño, algo que puedo, de alguna forma,
ayudar a que se haga realidad.
Muchas veces han pasado varios años hasta que se ha cumplido alguno de
mis sueños, otros aún están viajando por el espacio esperando el
momento adecuado, pero yo sé que siempre se cumplen, tal vez porque no
les pongo condiciones, ni fecha de caducidad, ni tampoco sueño con cosas
imposibles, sino con cosas reales.
Y ¿por qué digo todo esto? Sencillamente porque este año se ha hecho
realidad un sueño que tengo desde hace mucho tiempo y es poder ver, sí,
ver con mis propios ojos sin necesidad de lentillas ni gafas.
Y desde que me operé la gente que me rodea me dice que parezco una niña
porque estoy mirando todas las cosas y constantemente les hago preguntas
sobre si ven las letras de un cartel de propaganda, o el camachuelo que
picotea en la huerta, o si reconocen al señor que pasa por el camino. Y
es que no puedo dejar de sorprenderme, pero lo que me parece más
increíble es que muchas de esas cosas que ahora veo y antes no veía en
realidad ya estaban ahí, delante de mí, y yo aunque miraba para ellas no
las veía.
Y con ello llegué a la conclusión de que en realidad pasamos por delante
de las cosas, de las personas y de la vida sin enterarnos de nada, que
cada uno está oculto tras su propia miopía y que ésta sólo le permite
ver lo que se quiere ver pero no lo que realmente hay.
Y esa es la explicación para todo lo que está sucediendo en el planeta,
que nadie quiere VER, porque ver muchas veces resulta doloroso e implica
un cambio muy radical que nadie o casi nadie está dispuesto a dar.
Y con mis ojos nuevos estoy mirando a las personas y las veo tristes
porque están prisioneras del miedo, de las limitaciones, de las mentiras,
sobre todo de las mentiras.
Y veo a las personas enfundadas en disfraces, como si fuese todos los
días carnaval, veo a fantasmas disfrazados de listillos intelectuales que
lo saben todo, a vampiros disfrazados de intermediarios que te chupan la
sangre y que encima les tienes que dar las gracias, a mujeres disfrazadas
de damas antiguas fieles defensoras de las tradiciones heredadas de sus
tatarabuelas, a putas disfrazadas de mojigatas deseando que alguien les
eche un buen kiki y las haga sentir placer por una vez en la vida. Pero
sobre todo lo que más veo son muertos vivientes, sí, hay una verdadera
concentración de ellos, de personas que van de un lugar a otro sin
dirección, sin saber dónde van, sin tener un aliciente en la vida.
Por eso yo he decidido no sólo ver las cosas que me rodean sino también
mirar para mi vida y ver en ella multitud de pequeñas cosas por las que
dar las gracias, y sé que esas pequeñas cosas no han caído del cielo,
ni me las ha regalado nadie, están ahí porque así fui dando los pasos
para que fuesen realidad, o como dice Richard Bach en su libro Ilusiones:
"Todos los seres, todos los acontecimientos de tu vida están ahí
porque tú los has convocado. De ti depende lo que resuelvas hacer con
ellos".
Y pienso que no hay mejor manera para celebrar mi nueva visión que dando
las gracias.
Gracias sobre todo a las personas que me rodean, gracias por ser mucho
más que buenos amigos, porque sois compañeros en una aventura
maravillosa, en un sueño muy especial que ya se está haciendo realidad.
Gracias por poder vivir lejos de la ciudad, del ruido, de las prisas,
porque cuando decidimos marcharnos a vivir a un pueblo hicimos la mejor
elección de nuestras vidas, y ahora puedo mirar por la ventana y ver ante
mí una majestuosa montaña que siempre me hace mirar hacia arriba, hacia
el cielo, hacia las conquistas que aún me quedan por realizar, y ver los
verdes prados y las vacas, y los pájaros, y el río limpio lleno de vida,
y saludar a la gente por la calle aunque no la conozca porque todo el
mundo te devuelve un saludo y una sonrisa.
Gracias sí, gracias porque creo que existe un futuro distinto, un futuro
por el que estoy luchando, un futuro en el que creo porque existe un
Soñador que ya lo ha soñado.
Soñar, sí, soñar, eso es lo que nos hace ser distintos a otras
especies, lo que nos permite llenar de ilusión el futuro. Tal vez por eso
Hall, la computadora de la película de 2001 Odisea en el Espacio le
preguntaba constantemente a su creador "¿soñaré?". ∆ |