Revista Fusión

 Subscripción RSS

FUSION también eres tú,  por eso nos interesan tus opiniones,  tus reflexiones y tu colaboración  para construir un  mundo mejor

Recibe nuestras noticias en tu correo

 


 

Como consecuencia de su exposición a la violencia, los niños palestinos e israelíes sufren importantes alteraciones psicológicas y graves trastornos mentales.
Foto: Abded Omar Qusini/REUTERS/SAVE THE CHILDREN

 

LA INFANCIA EN EL CAMPO DE BATALLA

El niño palestino Sami Abi Jazar, de doce años, murió como consecuencia de una bala disparada, aparentemente, por un soldado israelí. La misma suerte corrió la niña de trece años que falleció el pasado 16 de octubre cuando una bala la alcanzó. Antes que ellos, el 30 de septiembre, nos llegaba la imagen de un pequeño, que sorprendido junto a su padre en un tiroteo entre israelíes y palestinos, lloraba y suplicaba que le ayudasen, hasta que otra bala acabó con su vida.

 Texto: Ángela Sobrino López (CIP) 

En los estudios realizados sobre la infancia en Palestina, los expertos han llegado a la conclusión de que los niños, cuando nacen, no son considerados seres individuales, sino que ante todo son palestinos, que forman parte de una historia y de una causa común y representan las esperanzas y sufrimiento de su pueblo. Tanto los niños palestinos como los israelíes, no tienen la oportunidad de elegir, tienen que asumir una situación que les viene dada. A ambos se les educa para combatir a su enemigo, que puede aparecer en cualquier momento.
El conflicto árabe-israelí dura ya 50 años. No es una guerra tradicional, sino encubierta. Una de sus consecuencias es el debilitamiento de los pilares de la sociedad. Es decir, de la familia, de la escuela, de la comunidad, de la sanidad y de la economía. Muchos de estos niños, además, se ven involucrados en enfrentamientos, convirtiéndose, en muchos casos, en el blanco de los ataques.

La violencia en los niños palestinos e israelíes.

Debido a la larga duración de los conflictos entre palestinos e israelíes, son varias las generaciones de niños que no han conocido la paz, no han experimentado la seguridad, es decir, no conocen una situación de normalidad.
Como consecuencia de su exposición a la violencia, los niños sufren importantes alteraciones psicológicas y graves trastornos mentales, enfermedades que son motivo de vergüenza y rechazo, y para las que no existen ni centros ni recursos adecuados. Además, los familiares ni pueden ni saben afrontar estas situaciones. Se ha demostrado la fragilidad emocional de los niños ante situaciones de amenaza, miedo, violencia o inseguridad, siendo común en ellos reaccionar de forma violenta o evitando exteriorizar sus sentimientos y el contacto con los demás. Todo ello les suele llevar a conductas conflictivas como pueden ser escaparse de la escuela, robar o amenazar a otros niños. Entre la población palestina existe complacencia y, en algunos casos, negligencia en el uso de niños para la lucha callejera. Israel, a la vez, usa la fuerza de forma indiscriminada, lo que da lugar a un altísimo número de víctimas.
Las muertes y problemas que están afectando a palestinos e israelíes no son un hecho aislado, sino que forman parte de un amplio círculo de violencia que sufren millones de personas y, más concretamente, millones de niños y niñas de todo el mundo.
Las guerras son hechos inaceptables, pero más aún es el que los niños y niñas combatan en las guerras organizadas por los mayores. La utilización de niños soldados abarca una problemática mucho más amplia, implica someterles a explotación laboral (se les obliga a hacer marchas y a entrenar durante días sin apenas descanso, a transportar cargas y armas pesadas), malos tratos (si no entienden, protestan o cuestionan alguna orden suelen recibir castigos físicos, y en algunos casos, hasta se les ha ejecutado), y violencia o esclavitud sexual. El caso de las niñas es especialmente traumático, ya que además de actuar como soldados, se ven obligadas a hacer de compañeras sexuales de varios combatientes. La mayoría se infectan y padecen enfermedades de transmisión sexual, entre las que se cuenta el VIH/SIDA, y a su vez las transmiten. En muchas ocasiones, tienen que soportar embarazos o abortos en las peores condiciones.

Pese a importantes avances que se están consiguiendo, son más de 300.000 los niños y niñas que siguen participando y luchando en conflictos armados.

La utilización de niños soldados implica someterles a explotación laboral y violencia o esclavitud sexual.
Foto: SAVE THE CHILDREN

Actitud Internacional.
Desde 1996, la creciente presión por parte de la sociedad civil, la Coalición para Acabar con la Utilización de Niños Soldados y la colaboración de otras organizaciones y gobiernos afines, ha creado una conciencia y una preocupación internacional por prohibir el uso de niños y niñas menores de 18 años en grupos armados.
Durante este año, se han llevado a cabo reuniones internacionales para abordar este problema, mejorar la legislación y cumplir y hacer cumplir la ya existente. La primera fue en enero, cuando el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas se reunió en Ginebra (Suiza); tres meses después, se celebró la Conferencia Africana sobre Niños Soldados, en Canadá. En mayo, en Varsovia, tuvo lugar el seminario "Niños y conflictos armados", auspiciado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Más recientemente se han desarrollado la conferencia "Niños afectados por los conflictos armados", en Winnipeg (Canadá), y el seminario "Trauma and Healing in Children: Understanding the African Context", en Maputo (Mozambique).
Pese a algunos importantes avances que se están consiguiendo, son más de 300.000 los niños y niñas que siguen participando y luchando en conflictos armados. Existen millones de menores que se ven obligados a ser refugiados o desplazados, que sufren los efectos de la guerra tanto física como psicológicamente. Según estudios realizados sobre niños de todo el mundo que se han visto afectados por conflictos armados, cuando tienen acceso a un programa de rehabilitación e inserción, suelen mejorar, pero nunca acaban liberándose de las secuelas del horror vivido. El daño que se les produce suele ser irreparable. Por esa razón, las distintas organizaciones que defienden los Derechos Humanos y de la Infancia siguen trabajando para evitar que los menores se vean implicados en las guerras.
No hay argumento que justifique la utilización de la violencia y menos aún contra los niños. La obligación de los gobernantes y de todos los ciudadanos -tal y como se expresa en la Convención de los Derechos del Niño- es la de protegerlos. ∆

NO TODO ESTA PERDIDO

Hasta la fecha se han conseguido algunos logros:
- En mayo de 2000, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó un Protocolo Opcional a la Convención de los Derechos del Niño en el que se establecen los dieciocho años como la edad mínima para la participación de niños en hostilidades. Aunque dicho protocolo prohíbe a las fuerzas no gubernamentales el reclutamiento de menores de dieciocho, permite a los Estados establecer una edad mínima para el reclutamiento voluntario, que no tiene por qué llegar a dieciocho años.
- La Carta Africana de los Derechos y el Bienestar del Niño y la Organización Internacional del Trabajo, establecen los dieciocho años como edad mínima para el reclutamiento. Esta última hace una llamada para eliminar el reclutamiento obligatorio de niños en conflictos armados.
- El Estatuto de 1998 del Tribunal Penal Internacional definía como crimen de guerra el reclutamiento y participación de niños menores de quince años en grupos armados (gubernamentales y no gubernamentales).
-
Para la policía y fuerzas militares de todo el mundo, las Naciones Unidas establecen la edad de dieciocho años para los responsables del mantenimiento de la paz, y se recomienda que la policía civil y los observadores tengan al menos 25 años.

 

   

   
INDICE:   Editorial Nacional, Internacional, Entrevistas, Reportajes, Actualidad
SERVICIOS:   Suscríbete, Suscripción RSS
ESCRÍBENOS:   Publicidad, Contacta con nosotros
CONOCE FUSION:   Qué es FUSION, Han pasado por FUSION, Quince años de andadura

 
Revista Fusión.
I  Aviso Legal  I  Política de privacidad 
Última revisión: abril 07, 2011. 
FA