EL G-8
¿Quieren que nos creamos que van a construir un mundo mejor machacando
a los que no piensan como ellos? Esa es la filosofía de los fascistas.
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Es el nombre sintético que recibe el grupo formado por los ocho
países más desarrollados del Planeta.
Ultimamente se andan reuniendo por aquí y por allá para tratar de
imponer al resto del mundo lo que ellos llaman la panacea de la economía,
el no va más, la solución definitiva para acabar con la pobreza mundial,
con el hombre, con las enfermedades, con la ignorancia, con los problemas,
incluso, del medio ambiente.
No son magos, no, tampoco extraterrestres con poderes especiales, son
sencillamente ocho presidentes engreídos y subidos de tono, que se creen
los amos del mundo y lo quieren mangonear a su antojo.
Dicen que "la respuesta a la pobreza del mundo está en la
mundialización de la economía", y para ello sólo hay que derribar
las fronteras comerciales, erradicar las enfermedades, escolarizar a todo
el mundo y, la más sonada, exportar ordenadores a los países pobres.
Y dicen que así se soluciona el hambre.
Y uno se pregunta cómo es posible que los ocho países más poderosos
estén en manos de semejantes subnormales.
O tal vez ocurre que estos individuos piensen que los subnormales somos
todos los demás y que nos vamos a tragar semejante absurdo, semejante
declaración de insensateces, que, además, aunque fuera posible hacer eso
que dicen, no creemos, nadie se puede creer, que estos señores tengan la
más mínima intención de solucionar nada, porque paralelamente a sus
reuniones, ocurre que esos mismos países, y muchos más, están
celebrando cumbres del clima, y son precisamente ellos, o algunos de
ellos, los que se oponen radicalmente a tomar cualquier medida correctora,
con lo que dejan claro sus buenas intenciones.
Además, cada vez que se reúne el G-8, la última en Génova, se
concentran también los opositores a la globalización, y la actitud de
las fuerzas represivas contra ellos es la propia de los ejércitos
fascistas más salvajes de la historia.
O sea... ¿quieren que nos creamos que van a construir un mundo mejor
machacando a los que no piensan como ellos? Esa es la filosofía de los
fascistas. Sólo que ese "mundo mejor" que proponen es a su
medida, a su conveniencia, respetando sus intereses, no perdiendo nada
ellos en el proyecto.
Pero se olvidan de algo fundamental, y es que las bases para construir
un mundo mejor ya fueron dadas hace 2000 años, y no están basadas en la
economía, en el libre comercio, ni en darles ordenadores en vez de pan a
los países pobres, las bases son la fraternidad universal, el Amor, el
reconocimiento de que todos somos hermanos, el respeto auténtico a los
derechos humanos y, englobándolo todo, algo que ellos saben y conocen muy
bien, y es que este planeta, con toda su humanidad, es tan sólo una parte
mínima de un inmenso Cosmos en el que existen otras civilizaciones que
nos llevan millones de años de adelanto.
¿Y a qué viene esto? Pues muy sencillo, el G-8 sabe que el
reconocimiento público de esta realidad supondría por una parte el
principio de solución a todos los problemas, sobre todo por la solución
definitiva del problema energético, fuente de todos los demás. Pero por
otra parte saben que ello traería consigo la caída en picado de su
aureola de poder, de su hegemonía, de su control sobre todo y sobre
todos.
Es más, el G-8 busca reforzar su poder y su hegemonía mundial ante la
posibilidad de que el mundo conozca, por otros medios, la verdad, y para
ello quieren tenerlo todo controlado.
Detrás de la insistencia en la globalización, en realidad sólo se
esconde una intención de apretar más el cuello al mundo, algo que los
que se oponen conocen muy bien.
Además, los que de verdad se preocupan por el bienestar de los demás
no se rodean de ejércitos fascistas./ MC
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