
La
adolescencia es una etapa preciosa de cambios, de renovación y sobre todo
de inconformismo, un inconformismo que debería acompañarnos el resto de
nuestras vidas. |
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CARTA A UNA ADOLESCENTE
POR ELENA G. GOMEZ
En
primer lugar decirte que no me gusta nada emplear el concepto adolescente,
porque en esta sociedad en la que vivimos se pone etiquetas a todo, y como
consecuencia todo se mide por el mismo rasero. Además, creo que se
utiliza el término adolescencia como forma de escape, me explico, si un
día te levantas rara, no sabes lo que te pasa, no tienes ganas de hablar
con nadie, y cuando te preguntan no les dices lo que te pasa, sea quien
sea el que lo pregunte, tu madre, tu padre o uno de tus hermanos o
hermanas, enseguida te soltarán la muletilla, "hija, estás
insoportable, cómo se nota que estás en la adolescencia". Con esta
docta explicación las conciencias se aquietan y nadie se tomará la
molestia de profundizar más sobre lo que vives, lo que sientes o lo que
piensas.
Y también, para ser honestos, tú lo utilizas cuando quieres porque si
algo tengo muy claro es que de tonta no tienes nada, y cuando quieres
salirte con la tuya y hacer lo que te apetece sin atender a ninguna
explicación, dirás aquello de "es que tú no me entiendes",
"nadie me entiende", etc., etc. Vamos, que las posturas de unos
y de otros son del todo sabidas, sin embargo todo el mundo sigue el juego,
un juego en el que se pierde la oportunidad de formar realmente una nueva
vida.
Desde mi personal punto de vista la etapa que vives es una de las más
importantes en la formación de la vida de una persona. Es el momento
ideal para que aprendas las cosas por las que merece la pena luchar, el
momento de adquirir nuevos valores y de aprender a ver las cosas con los
ojos de la realidad.
En la adolescencia se caen muchos mitos infantiles y se empieza a ver las
cosas, no nos engañemos, no tal y como son, pero si un poco más cerca de
la realidad. Por eso, aquellos que están interesados en que la sociedad
siga siendo un conjunto de borregos que se mueven por las modas que otros
crean para ellos, por el conformismo o por la inercia, se centran en
vosotros para apagar lo más maravilloso que tenéis: el inconformismo.
Sí, amiga mía, en muchos momentos puedes ser muy molesta, algo así como
una mosca cojonera que incordia con sus reflexiones, con sus preguntas, o
con esa verdad que a los mayores les gusta muy poco oír, pero sois muy
necesarios porque aportáis un aire nuevo al mundo establecido de los
adultos, a la rutina, a los miedos y a las limitaciones. Por eso es
necesario que no te calles ante nada, que digas todo lo que piensas, que
aprendas a escuchar y a pensar en lo que es lógico, en lo que es útil,
para que todo en tu vida tenga un sentido y para que te atrevas a soñar
cómo quieres ser.
La vida es más, mucho más que tener un trabajo que te dé mucho
dinero, tener el último coche, el novio más guapo y los niños más
perfectos del mundo.
La vida es reto, es superación, es descubrimiento y movimiento.
Tal vez por eso no puedo evitar sentir mucha tristeza cuando os veo
quietas, sentadas en cualquier sitio, -como si hubieseis nacido cansadas-,
todas iguales, todas con las mismas cazadoras Lois, el mismo pendiente
colgado del ombligo y la misma cara de aburridas, sin iniciativa y sin
nada que hacer.
Si te paras a pensar tu mundo es muy reducido, tus temas de preocupación
giran en torno a la ropa, a los chicos que te gustan, a la relación con
tus amigas y poco más, pero el mundo no es sólo eso y tú no eres el
ombligo del mundo, por eso es importante que desde ahora abras tu mente a
lo que está sucediendo en el planeta, que leas las noticias, que estés
informada, que aprendas a tener opinión sobre todas las cosas, porque lo
que más les interesa a aquellos que quieren controlar a la humanidad es
crear adolescentes pijos y superficiales, ya que eso es la garantía de
adultos aborregados.
Tú no tienes porque ser así, no importa la situación que te rodee, y no
puedes pedirles toda la responsabilidad a tus padres porque a lo mejor
tampoco están capacitados para ayudarte. Tienes que aprender a luchar por
tu vida, por tu futuro, por tu formación, y hoy en día existen muchas
personas y asociaciones a las que puedes acudir y con las que puedes
aprender muchas cosas, todo menos dejarte llevar por esa corriente
superficial que te rodea, por esa forma de vida carente de compromiso
social. Mira hacia esos jóvenes que están activos, da igual en qué,
puede ser en el deporte, en movimientos sociales, etc. Esos son los
ejemplos hacia los que tú puedes mirar y no hacia esa parte de la
juventud que sólo piensa en divertirse, en colocarse y en pasar el rato.
Si llega hasta ti este búho es que perteneces a una parte del planeta
privilegiada, quizás me conozcas por Internet o porque alguien compró la
revista y dijo, mira, esto lo tiene que leer la niña. De cualquier manera
no te olvides que los privilegios también generan responsabilidades, y tu
responsabilidad es construir tu vida y para ello nada ni nadie te puede
limitar.
Muévete, aspira a hacer cosas nuevas cada día, y busca la forma de
acercarte a la naturaleza para observarla, porque en ella tendrás una
auténtica escuela para tu vida.
Entiendo que en la sociedad que vivimos, conservadora y conformista, la
adolescencia sea etiquetada como algo negativo, incómodo, algo así como
una enfermedad por la que todos tenemos que pasar, pero no es así, la
adolescencia es una etapa preciosa de cambios, de renovación y sobre todo
de inconformismo, un inconformismo que debería acompañarnos el resto de
nuestras vidas.
Así que ánimo, vive inteligentemente los cambios y no te preocupes por
esos granitos de tu cara, ni por el cambio en tu cuerpo, porque esos son
temporales y pronto se pasarán, sólo preocúpate de crear en ti una
mujer nueva, inteligente, con capacidad de opinión, con criterios
propios, y con muchas ganas de vivir, de crecer, de experimentar.
Y por favor, contagia a esos serios adultos que te rodean de un poco de tu
locura e inconformismo, les hace mucha falta. ∆
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