EL CHANTAJE DEL PETROLEO
Todo indica que las
guerras futuras cambiarán de signo, y en vez de usar misiles
usarán estrategias que bloquearán las economías, que paralizarán
las ciudades.
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El mundo
es como un inmenso tablero de ajedrez donde los poderosos mueven las
piezas de forma tal que la partida nunca se acabe para que siempre quede
constancia de quien manda en realidad.
Así, al margen de los gobiernos, funcionan los auténticos dioses, los
que pueden en un momento poner en jaque a la economía mundial, a las
previsiones de los gobiernos, a los pequeños empresarios y al ciudadano
corriente, el que no pinta nada.
Y uno de los ejes fundamentales en torno al cual gira la economía
mundial, es el petróleo. Pero en torno al petróleo y al funcionamiento
de la Organización de Países Exportadores de Petróleo -OPEP-, hay
política, hay intereses, hay algo más que el simple hecho de subir o de
bajar la producción de barriles y con ello causar conflictos mundiales
como los que ahora vivimos.
La OPEP dice que si aumenta la producción peligran las existencias de los
pozos petrolíferos, pero nadie hasta ahora ha dejado constancia de que
eso sea cierto y sí, en cambio, todo parece más bien una maniobra para
estrangular un poco la economía mundial y dejar constancia, sobre todo
por parte de los países árabes, de su posición de poder en el concierto
mundial.
Además, no hay que olvidar que están ahí las elecciones USA, que por
razones evidentes son siempre el termómetro del equilibrio en el planeta,
y en este caso, la posible entrada de Bush en la Casa Blanca no parece ser
muy tranquilizadora para muchos, y se entiende que no les falta razón.
De cualquier forma, estas situaciones ponen en evidencia la fragilidad de
los países considerados poderosos, Francia, Inglaterra, Alemania, y a un
nivel más bajo España, Bélgica, ante su dependencia del petróleo y sus
derivados, y, de forma global, deja patente la precariedad de la Unión
Europea ante los grandes bloques mundiales y un negro futuro si se llegara
a plantear un enfrentamiento norte-sur.
¿De qué sirve modernizar los ejércitos de la U.E. si el combustible
que estos necesitan está en manos del contrario?
De cualquier forma, todo indica que las guerras futuras cambiarán de
signo, y en vez de usar misiles usarán estrategias que bloquearán las
economías, que paralizarán las ciudades, que causarán conflictos
internos provocados por la penuria económica.
Hemos construido una sociedad que depende del petróleo y de la
electricidad, olvidando otras energías alternativas más baratas y más
ecológicas.
Con ello hemos destruido el medio ambiente y hemos puesto el futuro en
manos de unos pocos, con el riesgo que supone por la facilidad con que
todo se puede detener.
¿Cuáles son las soluciones ahora? ¿Vamos a seguir siempre dependiendo
de las decisiones de la OPEP? ¿Por qué no se potencia el desarrollo de
otras energías, como la eólica o la solar? ¿A quién no le interesa?
Preguntas básicas para el futuro. Pero los gobiernos no tienen
respuestas, tal vez porque no se imaginan que el petróleo pueda fallar,
pero es evidente que, al menos, constituye un claro medio de chantaje y un
evidente peligro para la paz mundial, porque los ciudadanos, tal y como lo
están demostrando, no se van a detener viendo como sus precarias
economías disminuyen ante la pasividad de sus gobiernos.
Y también es evidente que los gobiernos están atrapados, sin capacidad
de reacción, porque aunque actúen sobre los impuestos que gravan los
carburantes, esa merma de ingresos al Estado va a afectar por otro lado a
los ciudadanos, con lo que al final dará igual.
La situación es muy delicada y es una bomba de relojería que sólo
depende del tiempo, porque tarde o temprano alguien cerrará el grifo y
entonces estará armada.
Países como España deberían preveer tal situación y tomar medidas
potenciando otras energías, porque de no ser así, el futuro será muy
negro.
Y lo que una vez más queda evidente es que el ser humano es el principal
enemigo del ser humano./ M.C.
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