SER O NO SER
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Lo que pasa es que aquí se sigue
practicando el sexo campestre, el rural, el del aparcamiento, el de
la arboleda.
Y, sobre todo, el sexo prohibido, el que no se puede saber, el que
no puede ni debe figurar en las encuestas.
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Leo en
la prensa que según una encuesta realizada por el fabricante británico
de preservativos Durex, los españoles somos de los que menos polvos
echamos al año, tan sólo un promedio de 90, cantidad bastante inferior a
la media de los 27 países que entraron en la encuesta. Dicha relación
está encabezada, cómo no, por los EE.UU, con 132 polvos anuales per
cápita, seguido de Rusia con 122.
¿Por qué será que me recuerda el medallero olímpico? Además
lógicamente, habrá polvos de oro, de plata y de bronce, que no es oro
todo lo que reluce.
La lista la cierra Japón, con unos ridículos 37 polvos anuales, lo que
viene a ser unos 3 polvos al mes. O sea, que en Japón eso de
"sábado, sabadete, camisa limpia y polvete" no lo conocen de
nada.
Lo que pasa es que en Japón es así como más lógico, porque casi no
tienen tiempo para nada y además andan muy mal de espacio, con lo cual el
polvo callejero, el del coche aparcado en el picadero, y algunas variantes
más así sobre la marcha, pues no pueden ser y eso incide
desfavorablemente en la estadística.
Lo que me choca es lo de España. Aquí nos sobra espacio y tiempo, y
encima presumimos de latinos, de buenos amantes, de "pichas
bravas", vamos.
Pero hete aquí que los americanos y los rusos nos ganan con mucho. Y
yo que los rusos nos ganen, que allí hace mucho frío y la economía no
da para mucha calefacción central, y se busque el calor humano, que es
más barato y encima aporta otras cosas, pues bien, es normal. Pero que
nos ganen los americanos, pandilla de moralistas, para quien el sexo y sus
variantes es más pecado que defenestrar países enteros en nombre de la
democracia y del orden mundial, pues me jode, que quieren.
Además, no me lo creo mucho, me da que el tal fabricante de condones
Durex se inventó estos datos pagado por los yankees, que con tal de joder
a los demás hasta en el terreno sexual quieren ser los primeros. Pero yo
no me lo creo.
Pero volvamos a lo de España, que es lo que nos importa.
Noventa polvos al año per cápita equivalen a 7 polvos y medio al mes. Lo
del medio sí, porque muchas veces ni eso, pero que los españoles la
mojen tan sólo 7 veces al mes no se lo cree nadie. Es más, el hecho de
que la encuesta esté realizada por británicos, ya es mosqueante, porque
no derrochan precisamente simpatía por nosotros, a pesar de la amistad
"profunda" de Toni Blair y Jose Mari.
O sea, que los yankees los primeros y los españoles de los últimos.
Venga ya, a estos se les ve el plumero.
¿Acaso existe algún país en el mundo con tantos picaderos por
concejo como en España?
Lo que pasa es que aquí se sigue practicando el sexo campestre, el rural,
el del aparcamiento, el de la arboleda. Y, sobre todo, el sexo prohibido,
el que no se puede saber, el que no puede ni debe figurar en las
encuestas.
Las estadísticas de los británicos se refieren al polvo autorizado, al
legal según las ordenanzas, pero aquí, en este país, la economía
sumergida mueve muchos miles de millones, el trapicheo, y lo mismo sucede
con el sexo, existe el legal y existe el sumergido, y ese tiene mucha
cotización en los mercados de la carne.
¿Cómo van los rusos a practicar el sexo rural si se pasan la mayor parte
del año a 30º bajo cero? ¿A quién se le levanta con ese frío? Ni
siquiera el vodka puede remediar eso.
Aquí, sin embargo, clima templado, dieta mediterránea... ¿Qué mejor
lugar que un descampado, a la luz de la luna, para el noble arte del sexo
prohibido?
O sea, que no estoy de acuerdo con dicha encuesta, y con que nos coloquen
a los españoles etiquetas erróneas, que luego influye en el turismo,
porque aún colea en el extranjero la campaña de Fraga cuando era
ministro de Franco y nos llenó el país de ardientes suecas en busca del
pito hispano.
A lo mejor hace falta que Fraga vuelva a ser ministro de Turismo para
demostrarles a esos británicos si se jode o no en España.
Que se lo pregunten a los gallegos, que bien jodidos están con él./ M.C.
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