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EL ARBOL DEL BUHO

 

 

 

 

Nadie puede ser un Soñador si no está dispuesto a ir más allá, a adentrarse en los lugares desconocidos, a investigar en lo prohibido, y a descubrir, en una palabra, que todo es UNO.

 

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CUENTO INDIO XII:

PARA LOS SOÑADORES
POR ELENA G. GOMEZ

La primera vez que oí la Voz yo estaba recogiendo algunas hierbas medicinales para mi tribu. Recuerdo que sentí un dolor muy intenso, la cabeza empezó a darme vueltas y perdí el conocimiento.
No sé cuánto tiempo permanecí inconsciente, quizá fueron horas o segundos, porque el tiempo dejó de correr para mí.
Lo que entonces viví fue algo que yo no busqué, llegó, como hace el Poder, sin avisar.
La Voz sonó clara en mi cabeza y dijo así:
"Lo que ha de venir, vendrá. La Vida es la Espiral, círculos dentro de círculos, unidos pero sin chocar. Ten paciencia, ahora debes prepararte, tu momento llegará".
No entendí nada. Cuando recobré totalmente la consciencia salí corriendo hacia la tribu. Llegué casi sin respiración y sin saber que unos ojos dorados seguían cada uno de mis movimientos.

En aquella ocasión no dije a nadie lo que me había sucedido, no sabía cómo explicarlo pero sobre todo temía que se burlasen de mí o que me dijeran que todo había sido fruto de mi imaginación, o del calor, o, quizás, en el fondo de mi corazón temía que todo hubiera sido un sueño, una alucinación.
En los días siguientes siempre busqué alguna disculpa para no ir sola a recoger las hierbas para la Tribu. Temía que volviese la Voz a mi cabeza, pero en realidad tenía mucho más miedo de que no la pudiese escuchar nunca más. A lo mejor, pensaba, le estoy fallando, a lo mejor, al verme sola pensó que yo era muy valiente, y luego descubrió que no era así, o tal vez se confundió y no tenía que haberme hablado a mí... Al final siempre me ponía a cantar, no quería pensar, no quería saber nada, yo no había pedido nada, así que, fuese lo que fuese o no fuese nada ¿qué me importaba?
Así fueron pasando los meses hasta que un día nadie pudo acompañarme, todos en la tribu estaban ocupados con sus tareas y me fui sola a cumplir con mi labor.
Al principio miraba para todos los lados temiendo y a la vez esperando ver algo distinto, sentir una brisa diferente o un olor que delatara la presencia de alguien, pero no sucedía nada, así que concentré mi mente en recoger las hierbas.

Cuando estaba a punto de regresar y cuando menos lo esperaba volvió el dolor y todo comenzó a girar, dejé de sentir el aire y el sol, todo se detuvo y se produjo un denso silencio, entonces fue cuando de nuevo escuché la Voz:
"Nadie puede escapar de su destino, se puede retrasar, se puede incluso desviar pero, inevitablemente, se vuelve a retomar.
El Poder no conoce de diferencias, no distingue entre hombre y mujer, entre rojo, blanco o negro.
Debes dejar de temerme porque yo soy la Voz, tu Voz, y me puedes ver en todo cuanto te rodea, porque yo soy parte de Todo y por tanto, tú eres Todo.
Esto es lo primero que debes comprender: Todo es Uno.
Las hierbas que recoges son parte de ti, y aunque tú las veas fuera de ti, en realidad, para el Uno, tú y ellas estáis dentro, formáis parte del mismo sueño.
¿Puedes imaginar tu mano, pie o nariz como algo independiente de ti?
Cuando sientas dentro de ti que todo es Uno, verás que en realidad no hay nada separado, que no tienes que comprender nada porque no hay nada que ya no comprendas si miras dentro de ti, entonces verás que las limitaciones no existen, y dejarás de temer.
Sentirás que en esa unidad con todo y con todos, tu vida se vuelve como una pluma ligera que sigue el movimiento del Poder, que se eleva y desciende, que se cuela en todos los rincones, que no tiene fronteras ni límites y que sólo desea conocer y aprender, descubrir y experimentar, y todo ello sin poseer nada para ti, sin retener nada que esté en movimiento.
Cuando así suceda podrás salir de los círculos para ser la Espiral, para conocer todo cuanto se mueve en el Sueño, para convertirte en un Soñador.
En cuanto emprendas el camino de un auténtico soñador ya nunca podrás regresar.
El único compañero que tiene un Soñador es la Soledad. En ella encuentra el silencio, la profundidad y la respuesta de todo lo que necesita, pero en la Soledad encuentra sobre todo su Fuerza.
Nadie puede ser un Soñador si no está dispuesto a ir más allá, a adentrarse en los lugares desconocidos, a investigar en lo prohibido, y a descubrir, en una palabra, que todo es UNO.
Ahora debes continuar. Ten paciencia y confía en ti, tu tiempo aún no ha llegado, yo volveré a tu lado, volveré cuando comprendas que la semilla existe fuera del tiempo, y es semilla y fruto a la vez, y en su interior ya existe todo.
Piensa, tú eres Semilla del Uno, en tu interior el Uno ya existe."

La Voz me hizo viajar en el tiempo, vi mi presente y también vi mi futuro. Ahora sólo tenía que recorrer el camino, el final estaba trazado. Yo sería Uno.
Regresé junto a la tribu pero esta vez caminé despacio, serena y con confianza.
Cuando llegué junto a mi gente los vi de forma diferente, por primera vez vi que todos éramos uno, sentí sus temores y conocí sus ilusiones.
Sabía que la Voz estaba dentro de mí y que nunca me dejaría.
El camino hacia el Uno había comenzado y éste pasaba primero por vivir la unidad.
Estaba preparada.

 

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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