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PLANETA CON SED

El 80% de la mortandad en los países pobres está ligada a enfermedades causadas por agua no potable.
Foto: Fer

 

Abrir el grifo y saber que inmediatamente brotará un chorro de agua potable es un lujo al alcance de muy pocos seres humanos. Millones de personas tienen serias dificultades para poder acceder al agua. La sequía ya no es un problema puntual, sino una emergencia global. La contaminación envenena los acuíferos. Hay cada vez menos, y la demanda no para de crecer. El un futuro cercano habrá guerras para conseguir el "oro azul".

Texto: Carolina Fernández.

En las próximas décadas, veremos cada vez con más frecuencia que estallan conflictos violentos en los países en desarrollo, cuyo origen serán recursos naturales: por ejemplo, el agua.
Foto: M. A. Oliva

Según la Organización Mundial de la Salud el número de grifos por cada mil personas es un indicador más fiel de la salud que el número de camas de cada hospital. El acceso al agua potable es factor que influye decisivamente en la calidad de vida de las personas. Teniendo en cuenta que de toda el agua que hay en nuestro planeta, tan solo el 2,5% es agua dulce, y que la mayor parte de ella no está disponible para el consumo humano, bien porque forma parte de los casquetes polares, o bien porque está en las capas subterráneas de la tierra, lo que nos queda es un 0,01%, que aunque nos parezca poco, debería ser más que suficiente para satisfacer las necesidades de todos los seres humanos.

Actualmente la mayoría de los ecosistemas de agua dulce están en crisis. A pesar de que el mismo ciclo hidrológico natural renueva constantemente enormes cantidades de agua, también es limitado, y acusa rápidamente las agresiones causadas por la actividad humana, como la contaminación o el consumo incontrolado. No todo se puede achacar a la falta de lluvia, ya que algunas zonas de la tierra sencillamente son secas: la solución pasa por no "gastar" agua a más velocidad de la que se recarga nuestro "depósito" natural.
La mala calidad del agua provoca la muerte de 28 millones de personas cada año. Esto nos da una idea de la dimensión del problema, si tenemos en cuenta que 1.300 millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable y unos 3.000 no disponen del saneamiento adecuado.
El consumo de aguas contaminadas causa en países en desarrollo casi 2.000 millones de casos de diarrea, que matan a unos cinco millones de personas, de los cuales tres millones son niños, según las Naciones Unidas. Dado que el acceso al agua es esencial para la salud de la población, las organizaciones humanitarias incluyen en la mayoría de sus proyectos un apartado dedicado al agua y al saneamiento.

El 80% de los recursos naturales está controlado por el 20% más rico de la población mundial.
Foto: M. A. Oliva

ESPAÑA ¿Sequía? ¿Qué sequía?
Los cortes de agua en las zonas más secas durante el periodo estival son ya habituales en nuestro país, pero en un país como el nuestro, resulta primitivo recurrir a los cortes periódicos para controlar la escasez.
La clave está en la distribución del agua, que es una de las cuentas pendientes de nuestro país. Uno de los proyectos más importantes de la anterior legislatura, el Plan Hidrológico Nacional, sencillamente se quedó en el tintero. Para Santiago Martín de Ecologistas en Acción, el Plan Hidrológico Nacional se resume como "una lista de grandes embalses y grandes trasvases entre cuencas", en definitiva, la consagración de una política anticuada y poco inteligente, basada en aparatosas obras de ingeniería que causan un grave impacto ecológico y resultan poco efectivos en la práctica.
Para Ecologistas en acción, el periodo de sequía comprendido entre 1990 y 1995 dejó claro que la lucha contra los efectos de la sequía debía pasar necesariamente por aumentar la eficiencia en la utilización del agua. Se había demostrado que los grandes embalses no eran la solución: en 1995 España contaba probablemente con la mayor colección de embalses vacíos del mundo. "Creemos que sería mejor cambiar hacia un enfoque de demanda, es decir, valorar cuáles son las necesidades actuales y futuras y en función de eso estudiar la sostenibilidad de los recursos. Dado que la eficiencia del agua es actualmente tan baja en nuestro país, es probable que se si se toman unas cuantas medidas, como reducir las pérdidas de la red de distribución y utilizando técnicas de riego más eficientes, no sería necesaria la construcción de tantos embalses".

Más del 50% del agua potable se va por los agujeros.
Foto: Fer

Conflictos Internacionales (*)
En las últimas décadas se ha experimentado un notable aumento de la población mundial, a la vez que se ha disparado el consumo de recursos naturales del planeta. Estos recursos, sometidos al abuso, la degradación y la explotación, son cada vez más escasos. Por esa razón, el medio ambiente es ahora uno de los asuntos más importantes en todo tipo de negociaciones globales y regionales. Por primera vez, el mundo debe enfrentar el desafío de crear normas internacionales para administrar los bienes comunes de todo el planeta.
En este contexto, existen una serie de recursos, esenciales para la supervivencia y el desarrollo, como el agua o el petróleo. Ambos suelen ser suelen ser motivo de numerosos conflictos armados, de hecho cada vez es más frecuente que determinados conflictos sociales deriven en violencia por efecto de la escasez ambiental. Y a la vez la escasez ambiental irá en aumento a consecuencia de los conflictos violentos.
Se puede pues adelantar que en las próximas décadas, veremos cada vez con más frecuencia que estallan conflictos violentos en los países en desarrollo, cuyo origen serán recursos naturales tales como el agua dulce, los bosques, la pesca y la tierra cultivable.
En cuanto al agua, los conflictos se intensificarán en la medida que la población crezca y los recursos hídricos escaseen a menos que se alcancen acuerdos internacionales para la gestión compartida de estos recursos.
En la actualidad son ya varios los países del área geográfica de Oriente Medio y Norte de África inmersos en la crisis del agua. Expertos del Centro Internacional de Estudios Estratégicos Internacionales de Washington aseguran que "hacia principios del siglo XXI la pugna por los limitados recursos hidráulicos puede agravar los de por sí frágiles vínculos entre los Estados de la región, y provocar un clima de agitación sin precedentes".

*(Escasez de recursos y conflictos internacionales. Irene Fernández, licenciada en Derecho, especialista en política ambiental y colaboradora del Centro de investigación para la Paz (CIP). Más información en http://www.cip.fuhem.es//)

 

AGUA QUE MATA

Las catástrofes naturales ocasionadas por el exceso de agua y las inundaciones han causado 200.000 muertos entre1987 y 1997. En 1998, las inundaciones provocaron 41.000 muertos y 300 millones de desplazados. En 1999, las víctimas pueden elevarse a 70.000; dentro de esta cifra se engloban las 30.000 personas fallecidas sólo en Venezuela. La década de los 90 has sido especialmente trágica en desastres naturales causados por el agua. Si la comparamos con la de los 60, se han triplicado el número de inundaciones, huracanes y lluvias torrenciales. Las pérdidas se han multiplicado por nueve.

 

FUSION OPINA
FUSION OPINA

Una vez más la mano del hombre modifica, altera, desequilibra el desarrollo natural. Desde hace miles de años, nuestro planeta tiene en funcionamiento la mejor planta de reciclaje de residuos que podamos imaginar nunca. Todo se recupera, nada se desaprovecha, todo vuelve de una u otra manera a formar parte del ciclo natural. Y eso ha sido así hasta que la actividad del hombre ha alterado radicalmente los ciclos de la naturaleza.
Ahora pagamos las consecuencias. Contaminamos demasiado rápido, consumimos más allá de lo prudente.
Dicen los expertos que hay suficiente agua para todos, pero no todos pueden acceder a ella por culpa de la mala distribución, fruto de una gestión egoísta y de un reparto basado en la superioridad del norte sobre el sur.
La escasez y la insalubridad provocan hambre y enfermedades. La penuria de unos países contrasta con el despilfarro de otros.
Ya están surgiendo muchas voces que anuncian guerras por la posesión del agua, que es al fin y al cabo, la garantía para la vida.
Sin embargo las cifras de las personas que mueren anualmente por falta de agua o por enfermedades derivadas de su consumo en mal estado, no bastan para hacer reaccionar a los gobiernos. Tampoco el hecho de que ya se pueda asegurar que este problema crecerá en los próximos años, y que provocará el desequilibrio, la inestabilidad y será la causa de graves conflictos violentos. La situación ya es extrema, pero parece que no lo bastante como para obligar a nuestros representantes a tomar medidas globales, y no locales, que ayuden a asegurar el acceso al agua potable para todas las zonas del planeta.
 

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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