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TIEMPO DE ACCION

JOSE MARIA MENDILUCE
Texto: Mariló Hidalgo / Fotos: J. M. López

Jose María Mendiluce

Insiste en que él es sólo el rostro visible de un movimiento político-social que pretende "sacudir el pesebre". Ellos lo han denominado Tercera Izquierda y están decididos a "romper el nivel de endogamia, la incapacidad de reflexión y de transformación de la Izquierda actual". José María Mendiluce, eurodiputado independiente de las listas socialistas, tiene sus propias ideas y su peculiar forma de decirlas. Quizá por ello en muchas ocasiones alcanza un protagonismo que para sí quisiera la cúpula de su partido. En medio de este clima de incertidumbre, llega un Mendiluce con fuerza, proyectos y sobre todo con muchas preguntas.

 

 

 

 

 

"Creo que es un momento donde hay que preguntarse muchas cosas. Me estimula especialmente la duda. Prefiero las dudas compartidas a las verdades únicas, impuestas"

 

 

 

 

 

"No estoy a favor de la anarquía pero sí estoy a favor de que las personas puedan ejercitar plenamente sus libertades desde una educación social"

 

 

 

 

 

Jose María Mendiluce

"Me da pena que organismos como Greenpeace, con el prestigio que tienen, sean tan reacios al cambio"

 

 

 

 

 

"Lo femenino y lo ecológico van a ser los dos ejes que van a diferenciar a la izquierda del futuro de las izquierdas conservadoras y por supuesto, de la derecha"

 

 

 

 

 

Jose María Mendiluce

"En este proyecto no hay puestos, candidatos, dogmas. Hay movimiento, plataformas, procesos, red..."

 

 

 

 

 

"La política se sigue moviendo con criterios y valores machistas. La mujer tiene otra forma de ver la vida, el mundo y la política, y debe de contaminar al mundo"

 


Por la Tercera Izquierda"(*) se está vendiendo como rosquillas en las librerías. Mendiluce ha condensado en un libro de bolsillo y a un módico precio, todas las ideas y proyectos que bajo el nombre de Tercera Izquierda quiere poner en órbita. "Este es un libro pensado para sumar ideas, propuestas y posibilidades a la necesaria formulación de qué izquierda queremos en el siglo XXI y para afirmar que su construcción ya se ha iniciado". Bajo esta nueva propuesta se revisan temas como la mujer en nuestra sociedad, el papel de las ONG, Internet y su mundo sin fronteras, la Derecha, la Izquierda... ¿qué pretendéis con todo esto? "Poder hablar de todo sin cortarnos".

-Después de leer "Tiempo de Rebeldes" no se puede evitar, al pasar las páginas de tu último libro, encontrarse otra vez con los mismos postulados. Están más elaborados, te haces muchas más preguntas e incitas a la movilización. ¿Qué pretendes con la Tercera Izquierda?
-Lo que pretendemos -y hablo en plural porque este proyecto es más que yo- es sacudir el pesebre, como decimos en la primera página del libro. El desastre de la izquierda en España no sólo se ha reflejado en el resultado de las últimas elecciones, sino también en la incapacidad de llevar adelante un análisis de por qué están pasando las cosas. Por qué la izquierda testimonial está en liquidación por derribo. Por qué la izquierda pragmática está ofreciendo un espectáculo que casi supera al Gran Hermano. Hay incapacidad regeneradora en las izquierdas en términos de ideas, propuestas, discursos, estéticas, contenidos, liderazgos. Hay un vacío espectacular -a mi entender- a nivel de oferta política en relación a una cantidad muy importante de ciudadanos y ciudadanas que no son del PP, pero que les han votado porque decidieron no dar más su confianza a las dos ofertas de la izquierda. Tres millones de abstenciones de votos de izquierda y casi medio millón de votos en blanco, obliga a una reflexión. No pienso que la Tercera Izquierda sea el aglutinante de todo este descontento, sino una fuente de referencia, de reflexión para ver qué izquierda necesitamos cara al siglo XXI. Decidir entre todos cuáles son los temas, las propuestas, los mecanismos que nos permiten trabajar juntos en un proyecto de creación de una nueva izquierda, profundamente ecológica y feminista, que haga frente a todos los retos pendientes y nuevos, con los que se enfrenta no sólo la ciudadanía española, sino europea.

-Hablas de una izquierda feminista, de crear una nueva matriz para todo este proceso. ¿En qué contexto sitúas todo esto?
-Aunque el siglo XX ha sido para la mujer el siglo de su liberación: incorporación al mercado de trabajo, voto, igualdad de condiciones... la mujer aún no ha logrado -a pesar de las cuotas o la discriminación positiva-, feminizar la política. La política se sigue moviendo con criterios y valores machistas. Si seguimos así, dentro de poco acabaremos hablando de ti y de aquella, pero no de la mujer. Hay demasiadas representantes voluntarias de las mujeres en plural cuando existen mujeres de todo tipo, como los hombres de todo tipo. Hay mujeres progresistas, conservadoras, ñoñas, malas... El día en que podamos decir "esa tía es un bodrio", será estupendo. Los chicos no tendremos que preocuparnos más de lo que decimos porque no será considerado como una agresión de género, sino concretamente hacia esa persona como podría ser hacia otra cualquiera. La mujer tiene otra forma de ver la vida, el mundo y la política y debe de contaminar al mundo. Afortunadamente las mujeres no son iguales que los hombres. Sí en derechos, pero espero que no copien de este modelo machista, agresivo y violento, sino que introduzcan otros valores que tienen que ver más con nuestra historia, nuestros orígenes y nuestro futuro.

-Aludes a lo femenino al tiempo que resaltas la importancia de la ecología, y lo sitúas como un pilar básico para el futuro de la humanidad.
-Sí, lo femenino y lo ecológico van a ser los dos ejes que van a diferenciar la izquierda del futuro, la izquierda progresista de las izquierdas conservadoras y por supuesto de la Derecha. Una matriz ecológica y feminista para nosotros, es colocar estos dos elementos en el centro de todo. No cuotas, no promoción en los derechos de la mujer, no capítulos ecológicos. Nuestra historia ha sido productivista, industrialista y ha confundido el desarrollo con el crecimiento económico. Lo ecológico se ha incorporado como un capítulo más en los programas cuando es uno de los ejes determinantes de cualquier política progresista. Los recursos naturales se agotan, los residuos no se controlan, empezamos a ser víctimas de los efectos del cambio climático. Una sociedad que sigue avanzando y considera como dato crucial en el desarrollo, el crecimiento del parque automovilístico y la venta de combustibles fósiles... no puede ir muy lejos.

-Todo este proyecto estaría apoyado sobre lo que denominas un "trípode progresista": más planeta, más individuo, más sociedad. ¿Qué introduce de nuevo esta trilogía?
-La izquierda está más hipotecada por su propia historia de lucha social, defensa de grupos, trabajadores, pueblos, que por las personas. Y cuando se refiere a individuos habla de individualistas o pequeños burgueses. Vivimos en las sociedades del mundo desarrollado y democrático y somos las más educadas de la historia de la humanidad. Aquí nadie va de masa, todo el mundo es persona. Hay muchos temas y asuntos que nos unen o nos separan de manera transversal. Tú puedes ser millonario y yo pobre, y ambos ser socios de Greenpeace. Somos diversidad con distintos intereses, contradicciones, ambiciones legítimas y deseos de felicidad que no pueden ser abordados desde un mismo rasero. Se puede ser persona independiente, autónoma y además ser social. Este es el reto de la izquierda progresista.

-Hemos estado viviendo mucho tiempo bajo la cultura de la prohibición y una cosa que repites varias veces a lo largo del libro es dejarse llevar por la cultura del "Sí". ¿Qué puerta se abre con esta llave?
-Todas. De entrada el antiprohibicionismo, baza fundamental de las derechas conservadoras y meapilas que todavía pululan, no sólo en la política sino también en la sociedad española. Pero también la izquierda comunista, la socialdemócrata que ha hablado de libertades pero ha puesto unos límites estrictos legales y prohibicionistas. Yo no estoy a favor de la anarquía pero sí estoy a favor de que las personas puedan ejercitar plenamente sus libertades desde una educación social. No entiendo que haciendo uso de la libertad, uno machaque a su vecino, ponga el pie encima del cuello de su mujer o golpee a su hijo. Eso no son libertades, sino comportamientos antisociales. Pero desde el canuto, hasta la sexualidad o cualquier otra cosa que la persona quiera hacer, deberíamos de profundizar en el hecho de la autonomía y el ejercicio de las libertades y por tanto, debemos de estar siempre en positivo, dando respuestas positivas a lo que la gente quiere.

-Hace unos meses hacías unas declaraciones sobre el papel de las ONG. Comentabas que para que éstas fuesen más efectivas deberían de entrar en el terreno de la política.
-Sí, pero todo ello con matices. La Tercera Izquierda no va a tener ningún futuro si las personas más sensibles a los problemas cruciales que se asocian y organizan, mantienen esa alergia visceral a la política. De seguir así o tomamos el Palacio de Invierno por la fuerza, o sólo nos queda la política democrática para cambiar las cosas. Las ONG tienen que actuar y hacer lo que han decidido hacer en el campo que sea, pero si a todo esto no añaden una visión más de conjunto sobre los modelos de sociedad, el tipo de gobierno y las propuestas que nos pueden ayudar a modificar la realidad de la que nos ocupamos por la vía de la toma de decisiones políticas, no lograremos transformar nada.

-En diciembre del pasado año todos los medios de comunicación recogían la noticia de tu nombramiento como presidente internacional de Greenpeace. Unos meses después, los mismos que te nombraron rectifican y hablan del error cometido. ¿Qué sacaste en limpio de aquella experiencia?
-Fui elegido presidente de Greenpeace por unanimidad. El resultado fue una mala gestión de Greenpeace, de los retos que tenían por delante. La Junta Internacional me eligió a mí para que presidiera durante el año 2000 a una organización con más de 25 años de historia. Yo creo que cualquier organización al cabo de un tiempo se hace conservadora de su papel, su espacio, recursos, socios, estructuras, cargos y estos al final acaban teniendo miedo a los cambios porque pueden implicar su salida de tal o cual chiringuito. En Greenpeace existen sectores conservadores en las oficinas, a los que les va muy bien económicamente con los socios y no quieren cambios ni riesgos. En mi opinión, las cosas fueron un desastre porque invertí muchos meses en ello y al final todo eso me hizo mucho daño -en términos de imagen y ante la opinión pública-. Me da pena que organismos como Greenpeace con el prestigio que tienen, sean tan reacios al cambio. Tarde o temprano tendrán que enfrentarse a ello porque las focas, las ballenas son muy importantes pero hay muchas otras cosas que una organización con ese nombre, ese peso y ese grado de presencia internacional debe asumir. Al menos como debate.

-¿Por qué después de aquellas fotos con los responsables de Greenpeace-España y aquellas declaraciones, aparece la palabra perdón?. ¿Perdón por qué? ¿Qué pasó en realidad?
-Pedir perdón por una equivocación es considerar que mi nombramiento había sido una equivocación. Mira, yo no hablo de esto desde ninguna arrogancia personal, pero creo que la equivocación fue no confirmar mi nombramiento o llevar las cosas hasta un punto en el que decidí no asumir esa presidencia. El error no fue no nombrarme a mí, sino a cualquier persona que hubiese podido contribuir a los cambios dentro de la organización. A mí me pidieron perdón pero sinceramente, no sirve de mucho. Creo que la lectura que han hecho al decir "nos equivocamos", "perdón a José María y a los socios..." es una mala estrategia.

-En muchas ocasiones comentas que el no tener respuestas no es un inconveniente para ti a la hora de crear, sino un estímulo. ¿Qué más cosas te estimulan?
-De entrada ésta y creo además que es muy importante. La gente está acostumbrada a tener primero las respuestas para que juntos y sin riesgos se planteen dar el primer paso. Yo no lo comparto.

-Precisamente tu libro está lleno de preguntas.
-Sí, creo que es un momento donde hay que preguntarse muchas cosas. Me estimula especialmente la duda. Prefiero las dudas compartidas a las verdades únicas, impuestas. Y me estimula todo lo que es la creatividad en todos los ámbitos de la vida... hasta en el amor.

-¿Para qué piensas utilizar tu poder de seducción?
-De momento me están exigiendo que ponga la cara y conceda entrevistas.

-¿Quién te pide eso?
-Los Terceros/as Izquierdos/as... Pues no sé... el poder de seducción que tenga lo emplearé para multiplicar el efecto de las ideas, propuestas y dudas de la Tercera Izquierda. En este proyecto no hay puestos, candidatos, dogmas. Hay movimiento, plataformas, procesos, red...

-Haz un esfuerzo y obsérvate desde fuera... A lo largo de este tiempo ¿quién ha tenido más éxito el hombre o el político?
-Creo que el hombre.

-¿Por qué convocas a la ciudadanía en diciembre?
-Es una fecha como otra cualquiera. Creo que el siglo XX terminó el año pasado. Este es un año de transición y la entrada del siglo XXI será realmente en el 2001. En diciembre estamos dispuestos a montar un gran "pollo". Será nuestra presentación en sociedad, después de todos los Congresos.

-Dentro de tu propio partido se te critica el hecho de que aparezcas continuamente en los medios de comunicación, participes en foros, conferencias. Dicen que haces lo que sea por aparecer en la foto.
-Tengo claro que estamos en la era de la comunicación y la política es comunicación. Estoy continuamente viajando: Parlamento Europeo, Barcelona, Madrid... Este fin de semana pasaré sólo unas horas en mi casa antes de coger el próximo avión. En mi agenda no aparece por ningún lado un apartado que diga "estar un rato con los cachorros", por ejemplo. Mientras, hay otros que no se mueven de sus sillones. Todo esto es el precio que uno tiene que pagar por estar ahí, participando en todo. Ahora, si lo hago es porque me gusta. Por otro lado, todo lo que está ocurriendo dentro del partido: lucha por los liderazgos, críticas, etc. está comprendido dentro de sus estatutos y dentro de los militantes "pata negra". Una persona como yo, independiente, no entra en ese juego. 

(*) "Por la Tercera Izquierda" es un libro que José María Mendiluce ha escrito junto a Daniel Cohn-Bendit, líder de Mayo del 68 y actual eurodiputado de Los Verdes franceses.

 

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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