La crítica es una excelente fórmula para
que cada cual exponga, sin reservas, sus dudas y desde luego su opinión personal, que no
tiene por qué ser acorde con la opinión del resto del grupo.
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EL PENSAMIENTO COLECTIVO
POR RAQUEL BUZNEGO (PSICOLOGA)
"La locura es la excepción en los
individuos pero la norma en los grupos"
Nietzsche
Uno de los más estrepitosos fracasos de nuestra reciente historia lo constituyó
el desembarco en Bahía de Cochinos de un ejército preparado a tal fin en los EE.UU.
R. Nixon había propuesto a Einsenhower la siguiente idea: adiestrar un ejército con los
cubanos exiliados en los Estados Unidos. Ese ejército desembarcaría en Bahía de
Cochinos y, sin duda alguna, el pueblo cubano se le uniría, de no ser así, de forma
inmediata, aún cabría la posibilidad de refugiarse en los Montes Escambray y preparar
desde allí, la revolución, una revolución que derrocaría al régimen de Castro.
A los pocos días de ocupar la presidencia J. F. Kennedy fue informado de este proyecto.
Durante ochenta días, el presidente, cinco de sus consejeros, los tres jefes del
ejército y dos jefes de la CIA se reunieron ininterrumpidamente para tratar el tema.
El presidente sopesó la operación y en abril de 1961, mil cuatrocientos hombres, con
más ilusión que formación, desembarcaron en Bahía de Cochinos.
Tres días más tarde los que no estaban muertos estaban en un campo de prisioneros.
El ejército cubano estaba compuesto por doscientos mil hombres y el pueblo cubano
satisfecho con Fidel.
¿Cómo es posible que un grupo de trabajo, tan eminente y brillante, fuese capaz de
gestar una fórmula de fracaso tan excepcionalmente estrepitosa?
¿Acaso nadie cuestionó las fuentes de información o la posibilidad de que el éxito
fuese solamente una cuestión más bien deseable e ilusoria que real?
Irving Janis estudió este y otros fenómenos similares, así como las
causas y mecanismos que impiden que los individuos, que constituyen el grupo, presenten
ideas alternativas y/o se opongan al discurrir del pensamiento colectivo.
El grupo, que constituye una incuestionable y eficaz fórmula de trabajo a nivel
individual, puede, en ocasiones, convertirse en un arma de doble filo, gestando el más
llamativo fracaso que sorprende al sentido común de cualquier observador.
Estos "esquemas compartidos" o "pensamiento colectivo" suelen darse en
los grupos, especialmente cuando acaban de constituirse y ello debido a los siguientes
factores:
1. Ilusión de invulnerabilidad. En el caso que nos
ocupa, claro ejemplo de vistosidad y estupidez en máximo grado, los eminentes allí
reunidos, pensaron que sus planes no podían ser coronados por otra cosa que no fuera el
éxito.
2. Ilusión de unanimidad. Acompañando a la anterior,
todos reunidos, todos a una, tantos y tan brillantes no pueden estar equivocados.
3. Supresión de dudas personales. Haber sí las hubo pero
quedaron, voluntariamente o involuntariamente ignoradas. Schlesinger, consejero del
presidente, mostró algunas reservas, quizá débilmente Robert Kennedy, también
consejero, lo llamó a su despacho y le invitó a mostrar sus desacuerdos.
Finalmente le dijo: "Puede que tenga razón o puede que esté equivocado, pero el
presidente ya ha tomado una decisión y no es momento de cuestionarla sino de apoyarla
incondicionalmente.
4. Ceguera moral. El mundo, debieron pensar, está
dividido en buenos y malos, en víctimas y salvadores; ellos eran los buenos y, por tanto,
su finalidad sería salvar al pueblo cubano del régimen castrista. No obstante, por aquel
entonces, el pueblo aún estaba satisfecho con el producto de la Revolución.
El resultado sorprendió a todos y J.F. Kennedy, desconcertado, no
cesó de preguntarse acerca de cómo pudo permitir que la operación siguiera su curso. En
sucesivas reuniones alentó la crítica, excelente fórmula para que cada cual exponga,
sin reservas, sus dudas y desde luego su opinión personal, que no tiene por qué ser
acorde con la opinión del resto del grupo.
El "pensamiento colectivo" reduce la ansiedad, la tensión y los conflictos que
se producen cuando la opinión de uno, o varios de los miembros de grupo, no son
coincidentes.
Esto ocurre, o puede ocurrir, en cualquier ámbito laboral, en cualquier grupo de trabajo;
diariamente podemos observar cómo algunas personas no tienen ninguna reserva en cambiar
de pensamiento e idea cuando se encuentran en un grupo y en vez de manifestar sus dudas,
sus críticas y sus reservas, se dejan arrastrar por el "pensamiento colectivo"
a fin de evitar enfrentamientos y tensiones.
Los líderes de grupo, consciente e inconscientemente, alientan, en no
pocas ocasiones, el "pensamiento de grupo" de forma que sus subordinados y,
desde luego sus aduladores, dejan en el tintero ideas que pudieran ser brillantes o
críticas que pudieran ser constructivas en aras de la propuesta del líder.
No sorprende que esto sea así si el jefe de grupo, o líder, es autoritario y desestima
cualquier opinión pero se ha estudiado que también ocurre, con bastante frecuencia,
cuando el líder es democrático y tiene a bien considerar críticas y opiniones
alternativas.
Es, por tanto, que las nuevas fórmulas, aún poco practicadas, de dirigir un grupo deben
considerar la posibilidad no sólo de presentar una propuesta y esperar a que sea apoyada,
sino de dedicar, necesariamente, un espacio para la crítica, un espacio para la
sugerencia de alternativas y un espacio para la propuesta de cambios o matizaciones en la
propuesta presentada. Se alienta deliberadamente, a los participantes de grupo a que
expresen las cosas tal como las ven y las sienten.
Así se reducen y evitan muchos errores y los fracasos si acontecen, no serán debidos a
necios caprichos sino a otros factores y a nadie le quedará una espina clavada por no
haber manifestado su opinión o desacuerdo. |