Razón nº 31. Los
belenes vivientes. Sólo por ver quién hace de virgen. |
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33 RAZONES PARA ODIAR LA NAVIDAD
POR ELENA F. VISPO
1. Que pasa todos los años.
2. Repasar el sistema de salvamento para atragantados con uvas: colocarse
detrás del accidentado rodeándole la cintura con los brazos y propinarle
un golpe seco en la boca del estómago para que escupa. Empiece el año
salvando una vida.
3. Las reposiciones televisivas que nos echan año sí, año también:
Cuento de Navidad, Milagro en la Ciudad, Rey de Reyes, Grease...
4. Los villancicos o el surrealismo hecho canción. Pero mira cómo beben
los peces en el río por ver a Dios nacío: una perla.
5. Comprar el último pijama del milenio, tomar la última copa del
milenio, celebrar la última fiesta del milenio... El mismo coñazo del
año pasado, pero esta vez con razón.
6. Los especiales navideños de TVE. ¿Pero es que los ve alguien?
7. Miles de abetos se venden cada año para ponerles unas cintas y unas
bolas. Pocos sobreviven a febrero.
8. El ambiente almibarado. Hasta tu peor enemigo te sonríe por la calle.
9. Los regalos de compromiso. De algo tienen que vivir los fabricantes de
corbatas.
10. Los regalos inútiles. O cómo agradecer efusivamente un
sacacorchos-abrelatas que funciona con energía solar.
11. Los supermercados las vísperas de festivos. Comprar una lechuga es
una odisea.
12. Edu. ¿Pero es que ese niño no tiene padres?
13. Los Papás Noeles callejeros. Cómo explicarle al niño que los Claus
son familia numerosa y que te crea.
14. Las decoraciones navideñas. Un vecino mío pone en un balcón un
trineo tamaño natural con renos de plástico y todo. Se lo juro.
15. El mensaje del Rey en Nochebuena. En fin.
16. Los anuncios de juguetes. Nos vamos a volver todos gilipollas, los
niños los primeros.
17. El frío que hace en la calle. Y encima tienes que salir por culpa de
los puntos 9 y 10.
18. Las comidas familiares, por ver cuánto tardan en salir los trapos
sucios. Una amiga mía terminó a tartazos su cena de Nochebuena. Tal
cual.
19. Los modelitos festivos. La moral de ponerse un vestido de tirantes en
pleno diciembre.
20. Los peinados barrocos de Fin de Año: mover el cuello -y que se caiga
el moño que te ha costado 5.000 pelas en la peluquería- o no mover el
cuello -y coger una tortícolis-. That is the question.
21. Los maratones solidarios en televisión. Una vez al año ser bueno no
hace daño.
22. Las comidas pantagruélicas. Entremeses, sopa, marisco, pescado,
cordero... tres horas comiendo y encima te tienen que caber el turrón y
las uvas.
23. Los quilos de más. Por consiguiente.
24. Las cabalgatas de reyes. Tres tíos que llegan en camello, coche de
carreras, diligencia, barco, helicóptero y sabe Dios qué más se
inventan este año; y luego intentan saltarte un ojo disparando caramelos.
25. Las postales navideñas. Escribir 25 veces "Feliz Navidad y
próspero Año Nuevo" con buena letra y con cariño.
26. Los cotillones de barra libre: pagar 6.000 pesetas para que te den dos
cubatas de garrafa.
27. Las resacas después de los festivos o "no debí tomar aquel
último chupito".
28. Los pobres en las calles y las tiendas a rebosar. Es así todo el
año, pero parece que da -si cabe- más vergüenza.
29. Vuelve a casa por Navidad. Te apetezca o no.
30. El turrón de coco, porque una vez que empiezo no puedo parar.
31. Los belenes vivientes. Sólo por ver quién hace de virgen.
32. Los belenes caseros. Con el albal, el poliespán y el caganer
es más un monumento kitch que un símbolo religioso.
33. La cuesta de enero o el descubrimiento de que has vuelto a gastarte
más de lo que tienes. ∆
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