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LIMITACION
El
Uno creó en base a la Unidad y así existió la Red, donde todas las
criaturas permanecen relacionadas a través de hilos energéticos que las
mantienen vivas y conectadas entre sí y con su Creador.
El Uno permitió que la Oscuridad entrara en su creación y así surgió
la separatividad, que es la antítesis de la Red, que provoca la ilusión,
la mentira, el egoísmo y la ignorancia.
Pero la primera y más importante consecuencia de la separatividad es la
limitación.
El Hombre, como criatura básica de la creación, fue concebido en base
a la unidad. En realidad, y visto desde su Creador, el hombre es una
unidad eléctrica de Poder y Luz. Pero cuando el hombre cedió ante la
ilusión de la separatividad, cuando se volvió egoísta, entonces perdió
la consciencia de su verdadera naturaleza divina y del sentido de su
creación, y como consecuencia se sintió limitado.
La limitación surge cuando el hombre se separa de sí mismo y de su
Creador, del Uno.
El germen de la Unidad sigue vivo en el interior del hombre, pero no en su
mente y no siempre en su corazón. Al no pensar en unidad, al no verse a
sí mismo como una parte que pertenece a un Todo, al perder la consciencia
de que los demás seres vivos son partes también de ese Todo, el hombre
se aísla en su soledad y convierte su vida en una búsqueda de lo
perdido, pero la ilusión de la separatividad le conduce por caminos
erróneos y persigue el poder material en la creencia de que ese es el
camino.
Pero ese camino es limitado. El hombre puede amontonar tesoros materiales,
pero no puede encontrar con ello la felicidad, la plenitud interna, y
mucho menos vencer la enfermedad y la muerte.
El camino limitado de la separatividad conduce a la propia
autodestrucción.
El Hombre fue creado en base a la unidad porque su Creador quiere que
posea la Mente, su Mente, y que ello le convierta en un Dios.
El Hombre no fue diseñado para funcionar bajo la separatividad, por eso
quien sigue ese camino en realidad recorre un círculo que le acaba
conduciendo de vuelta al principio, y en ese círculo, la muerte es la
guardiana de la puerta de salida, pero esa puerta sólo la cruza
libremente quien vive bajo la Unidad.
El Hombre, bajo la separatividad, es consciente de su limitación y la
acaba aceptando como lógica, cuando en realidad forma parte de la gran
ilusión, no de su naturaleza ilimitada.
Y cuando más acepta la limitación más se aleja de su reconocimiento
como Hijo de Dios, del Uno, y más limitado se vuelve, convirtiendo su
existencia en una absurda lucha por la supervivencia, en una carrera sin
sentido hacia no sabe dónde y en una competición con los demás que la
mayor parte de las veces se convierte en lucha fratricida.
Pero desde la Unidad de la Red siempre se le recuerda el camino de
regreso, y éste comienza por restaurar su unidad con los demás, con
todas las criaturas. Esta unidad le conducirá al encuentro de sí mismo,
a restablecer su unidad interna, a recuperar su condición de Hijo. Y, por
último, todo ello le conducirá al encuentro con la Mente, la verdadera
Mente, la Mente del Uno, que es la que le dotará del auténtico Poder y
le lanzará hacia objetivos nunca imaginados pero sí soñados por su
Creador.
Romper las cadenas de la limitación es volar al encuentro de la Verdad,
del Sueño, de uno mismo y del Soñador.
Pero también significa romper la limitación del Tiempo y comprender la
verdadera naturaleza del Espacio, porque el primero es la cárcel creada y
el segundo es la liberación.
Y todo fue así pensado para que la pérdida del Origen se convirtiera en
la victoria final sobre la Oscuridad y su gran arma, la separatividad.
Y la limitación sólo es una ilusión más que existe porque la mente del
hombre la acepta, pero que no está contemplada en la visión del futuro a
través del Sueño. ∆
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