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RU486:
La
píldora milagro
Textos:
Elena F. Vispo
Ha tardado más de diez años en
llegar a España, pero aquí está. La píldora abortiva viene acompañada de
las airadas protestas de los antiabortistas, con la iglesia católica a la
cabeza. Pero abunda también la información contradictoria. ¿Estamos ante un
arma asesina o una liberación para la mujer?
Se llama RU por
la Roussel Uclaf S.A., la empresa francesa que la patentó en un principio. El
nombre científico es mifepristona y en España se comercializa como Mifegyne.
Pero en la calle se conoce como la píldora abortiva.
Al principio buscaban otra cosa. Buceando entre cientos de componentes pretendían
encontrar un anti-cancerígeno eficaz, se toparon de pasada con las múltiples
cualidades de la mifepristona: es un anticonceptivo relativamente eficaz,
facilita los partos difíciles, y es beneficioso para tumores cerebrales y de la
espina dorsal. Pero sobre todo es un inhibidor de la progesterona, sustancia
fundamental para que un embarazo pueda llegar a buen fin. Al detener la producción
de progesterona el óvulo fecundado muere y se produce el aborto. Sin quirófano
ni anestesia. El aborto se completa con misoprostol, que provoca contracciones
para expulsar el embrión, lo que suele ser la parte más desagradable. Todo el
proceso dura unos siete días, funciona hasta la séptima semana de embarazo, y
sólo está contraindicado para fumadoras, mujeres con problemas cardiovasculares
o mayores de 35 años. La RU es efectiva en un 98%.
La píldora abortiva ha llegado a España con un precio muy asequible: menos de
diez mil pesetas, de las que la Seguridad Social se hace cargo si el tratamiento
se hace en un centro público. Pero hay que tener en cuenta que prácticamente
todos los abortos de menos de siete semanas se hacen en clínicas privadas. En
ese caso, la paciente tendrá que pagar más de 70.000 pesetas, que incluyen el
medicamento pero también los análisis, consultas, seguimiento, etc.
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Con argumentos para
todos
los gustos, preguntar sobre
la RU es subirse a un tren en
el que todo el mundo opina:
es fantástica, es peligrosa,
es liberadora, es asesina... |
Desde su legalización en Francia, la
píldora abortiva ha tardado doce años en llegar a nuestro país. Para la sexóloga
Pilar Cristóbal, este retraso no es una sorpresa: "La tónica general en
España es que los gobernantes van por un lado y el pueblo va por otro, y cuando
los gobernantes no pueden con la riada, entonces legalizan. Las píldoras
anticonceptivas y los DIU llegaron de contrabando, y lo mismo pasa con la píldora
del día siguiente, que en España se administra bajo cuerda".
Efectivamente, mientras en Inglaterra y Alemania se consigue en las farmacias
sin receta médica, y en Francia se suministra en los institutos, en España la
píldora del día siguiente no existe como tal: para provocar sus mismos efectos
se receta una sobredosis de anticonceptivos. "Y lo mismo pasa con el
aborto -continúa Cristóbal-, que en el terreno social está totalmente
asumido, y no tienes más que ver nuestros índices de natalidad".
La RU en España no plantea un problema legal, sino un debate social. Desde que
el aborto entra dentro de los tres supuestos legales (violación, malformación
del feto o peligro para la madre), la interrupción del embarazo sólo es cuestión
de escoger dónde y cómo. Sin embargo, las críticas no cesan, con la
Conferencia Episcopal a la cabeza. "Los que están en contra piensan que la
RU es la opción más fácil -argumentan en ACAI, (Asociación de Centros
Acreditados para la Interrupción del embarazo)-
cuando en realidad nosotros pensamos que es más compleja, porque la
responsabilidad no está derivada. Esto no es un proceso frívolo, sino una
decisión muy pensada en la que la mujer tiene que asumir el control del
proceso, que de otro modo recae sobre un profesional". "Es que el
estamento religioso, ya no digo los curas, les pone de los nervios que las
chicas hagan lo que les dé la gana con su cuerpo", opina Pilar Cristóbal.
Los más alarmistas previenen contra un aumento de los abortos, pero basta mirar
las estadísticas de Inglaterra, Suecia o Francia (donde la píldora abortiva
lleva años disponible) para ver que la variación es mínima. Y además
"hoy puede abortar cualquiera. En este momento en las clínicas los tres
supuestos son un coladero", afirma Cristóbal. De modo que es posible que
la RU no traiga más abortos, pero sí más opciones.
En cualquier caso, no hay acuerdo sobre los efectos de la píldora milagrosa
-desde muy peligrosa hasta prácticamente inocua-, ni sobre sus consecuencia
-variación en el número de abortos, secuelas psicológicas en la madre...-.
Teniendo en cuenta que acaba de llegar a España, con el tiempo habrá más
argumentos para el debate.
En contra: la píldora
de Caín. |
Los antiabortistas llaman a la RU486
"el pesticida humano", y echan mano de las denuncias contra
Hoetcher (empresa alemana, central del fabricante original de la RU) por
haber fabricado el Zyklon B, el gas usado en los campos de concentración
nazis. La historia se repite, protestan, esta píldora permitirá un
pequeño genocidio legal.
El Papa ha aportado también su granito de arena describiendo la RU486
como "la píldora de Caín, el monstruo que cínicamente mata a sus
hermanos". Con su entrada en España, la Conferencia Episcopal
tampoco se ha privado: "se sigue avanzando imparablemente en la
dirección de la cultura de la Muerte", afirma Rouco Varela, a la
vez que declara que la píldora es perjudicial para las madres,
"abandonadas a sí mismas en estos trances tan dramáticos".
Para los antiabortistas, cualquier interrupción del embarazo es un
asesinato, pero la RU486 tiene un agravante: tomar un par de pastillas
es mucho menos traumático que una operación quirúrgica, lo que según
ellos trivializa el tema. Aunque por otro lado el trauma puede ser
mayor, ya que gracias a esta píldora la mujer convive a solas con su
aborto durante unos siete días. Siete días en los que, dicen, puede
haber hemorragias, dolores, infecciones... Rodríguez Plaza, obispo de
Salamanca (una de las ciudades donde no entra la RU486) acusa al
Gobierno español de no informar claramente de los riesgos. De hecho,
uno de los argumentos anti-RU486 es que la mujer no tendrá a su
alrededor un equipo médico, como en el quirófano; será ella quien
decida en qué momento la hemorragia o el dolor precisan atención médica,
con el riesgo que eso conlleva. |
A favor: propiedad
moral de las mujeres.
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Cualquier noticia relacionada con el
aborto es polémica, de modo que a la Roussel Uclaf no le faltaron
problemas cuando comercializó la RU486. Tanto, que en el año 88 anunció
su retirada del mercado. Sin embardo, el Ministro de Sanidad francés
calificó la píldora de "la propiedad moral de las mujeres" y
ordenó que se volviera a fabricar.
Como método abortivo, una de las grandes ventajas de la RU es la
rapidez. Desde que el test de embarazo da positivo (a partir de dos
semanas desde la concepción) hasta que se entra en el quirófano para
un aborto quirúrgico pueden pasar meses. La RU486 elimina las listas de
espera y se puede usar desde que se tiene el test en la mano. La RU
elimina además la sensación de agresión que produce el quirófano en
muchas mujeres. "La RU es algo fantástico, porque por primera vez
la mujer decide libremente sobre su aborto -opina Pilar Cristóbal-. Y
ahí la iglesia se echa encima, porque no deja de ser una institución
machista. Y por otro lado está la versión de las clínicas abortistas.
Habrá hospitales que digan que es peligrosa, como dijeron en su día
con la píldora anticonceptiva, pero eso es porque con esta píldora la
mujer no depende de nadie, y así ellos pierden negocio".
Desde ACAI insisten en que el aborto con la RU requiere un seguimiento médico
"bastante prolongado, no es tomarse una pastillita y ya está.
Tiene su protocolo, su forma de administración, sus controles, sus
riesgos y sus ventajas". Y le quitan hierro al asunto, poniendo la
píldora en una posición mucho más relativa: "la conclusión
general es que es sólo un método más, que las clínicas van a ofertar
con todas las precauciones". |
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