Pues nada, de Asturias vengo, de ver al abuelo de Pin que está un poco pachucho. Ya ha sobrepasado los 80 años y el otro día acudió al sexólogo. Éste, al verle en su consulta, se sorprendió y le preguntó:
-¿Cuál es su problema, abuelo?
-Pues verá, doctor. El primero no me cuesta, pero a veces el segundo es más difícil. Cuando llego al tercero, incluso tengo palpitaciones. Y no digamos el cuarto; me deja totalmente agotado... 
-¿Y a su edad Marcelo, qué es lo que pretende?
-Llegar al quinto piso, donde vive mi novia...

Empezamos la noche anterior, poniendo a remojar las fabes y la carne, todo junto y bien cubierto de agua.
¡Menuda vida que se ha dado el buen señor! Recuerdo cuando estaba borracho en la barra de un bar y comenta con el cliente de al lado:
-¿A que llevo una borrachera cojonuda?
-Sí...
-Pues seguro que mi mujer le encuentra algún defecto.

En una cazuela grande ponemos las fabes y las cubrimos con agua fría, junto con la media cebolla pelada, una cucharada de aceite y un ramito de perejil. Acercamos al fuego sin tapar la cazuela y cuando hierva, "desespumar".
Empezó a beber a partir de una conversación:
-¿Sabes, Marcelo? Me he separado...
-¿Pues sabes que te digo? Mejor para ti. La verdad es que tu mujer era una pendona. Se acostaba con todos los del grupo. Incluso a mí un día me llevó al huerto. Créeme, lo mejor es que te hayas separado de aquella guarra.
-Me he separado... de mi socio.

Añadimos las carnes, tapamos y, cuando las fabes empiecen a abrirse, añadir un vasito de agua fría ( esto se llama "espantar"). Esto puede tardar de una hora a tres, depende si las fabes son nuevas o viejas... Seguir cociendo, siempre a fuego lento, hasta que las fabes estén hechas. Si es necesario, añadir agua fría.
Y te cuenta cada poco las batallitas de la guerra, de cómo se libró de la cárcel en Lepe donde estaba secuestrado... Dice:
-Pues menos mal que en Lepe al secuestrado le cortan la oreja y devuelven el cuerpo...

Cuando casi estén, añadir el azafrán desmenuzado, dejar que dé el último hervor, y dejar reposar hasta el día siguiente, pero si son dos o tres días, mejor. Se sirven las fabes con su caldo por un lado, y el "compangu" (las carnes) cortado en trozos en plato aparte.
Eso sí, siempre le tienes contando chistes:
-¿Sabes por qué se ríen los ángeles?
-No...
-Pues por la gracia de Dios.

Las fabes son CARAS. Unas buenas fabes pueden costar del orden de las mil doscientas pesetas por kilo, pero no se pueden sustituir por alubias, aunque sean de las buenas. Seguro que saldría un plato coj..udo... pero no sería fabada. Buen provecho, si no morís en el intento... / El Cuñao