Los jueces también quieren su chalet, y como no todos pueden vivir en La Moraleja, porque son muchos y están esparcidos por el suelo patrio, han pedido un 25% de subida salarial. En esa cantidad cifran el precio de su independencia. La rapidez ya es otra cosa, eso sólo afecta al ciudadano. Lo de la independencia también, es cierto, pero hay que reconocerles que eso es como más íntimo, porque si no se les paga debidamente se pueden ver en el compromiso de tener que arrojar por la borda su integridad ética. Lo que en lenguaje jurídico se llama cohecho, en el Apostólico Romano pecado, y en romano paladino venderse.

Subirles el sueldo me temo que sólo les va salvar a ellos de pecar, pero no a nosotros de esperar, porque el problema es que el volumen de trabajo que no soportan en la actualidad, por más aplicados que sean, que los hay, les sobrepasa. Es decir, que de poco va a servir que cobren más, puesto que serán más honrados pero no menos ágiles. Quizás digo yo, ciudadano sin chalet, que si en vez de sumar ese 25% a las 280 mil de ala que cobran todos los 14 meses del año, se convocaran más plazas, se agilizarían los pleitos y habría más puestos de trabajo. Pero claro, eso es fácil de proponer para un sin chalet como yo... Y más cuando al Fiscal General del Estado le van a subir por eso del chalet nueve millones. Menudo chalet se va poder aparejar el señor acusador general del Reino.

Por otro lado, y viéndoselas venir, ante ese arrebato de generosidad electoral de los socialistas y socios Catalanes en materia de pensiones, el gabinete Aznar ha dispuesto después de mucho tira y afloja, después de ciento y una advertencia sobre la seguridad de la caja de las pensiones, subir las ídem no contributivas en 2000 pesetas. Eso sí, menudo sofoco que le han metido en el cuerpo al que las perciba, manchadas de sangre de futuras pensiones las va a ver. Pero en fin, les hacen falta. Además tampoco hay que alarmarse, porque pocos días después ha salido el presidente y ha dicho que la caja no peligra y que para que peligre aún menos este año van a ingresar en ella unos cientos de millones. Son milagros de la política, no había, y de pronto hay hasta para ahorrar. Quién te dice a ti y a mí que un día no echan cuentas y comprueban con asombro que no sólo nos pueden subir las 2000 lloradas pesetas de rigor, sino que nos pueden comprar un chalet a cada español, y que todos podamos vivir en una enorme moraleja que se extienda desde los Pirineos a Gibraltar, todo puede ser, y en elecciones más. No debemos olvidar que España va bien, y qué indicio puede ser más fiable que ver como, según nos anuncia la prensa del día, el Sr. Presidente va a firmar una hipoteca de esa potente magnitud en la escala de chalets. Si no fuera bien y no fuera a ir a mejor, no me creo que el Sr. Aznar se atreviera a meterse en semejante embolado.

Y si, un suponer, quien ganase las próximas elecciones fuese el Sr.Conde, tal vez nos pusiera a todo un bungalow en las Caimán. Por el contrario si quien gana es el Sr. Gil, la cosa cambia lo suyo. Este hombre es menos exótico, más de aquí. Si el tal coge la caja de las pensiones, se lía a hacer chalets y nos pone uno a cada uno en Marbella, si lo sabré yo. Pero claro, de dónde van a coger luego las 2.000 pesetas para subirnos a fin de año. La verdad es que esto de gobernar es la reoca, no es nada sencillo no se crean, y mucho más cuando todo hijo de vecino quiere el chalet y las 2.000 pesetas. Y es que deberíamos tener en cuenta que ellos no son magos, son sólo presidentes, seres humanos, personitas de carne, hueso y chalet, que no pueden atender a todo.

Quizás, digo yo, hombre sin chalet y por tanto sin verdadera perspectiva social, que las elecciones que vienen deberían dejarse de programas electorales, nada de gastar papel, y ponernos como en las tómbolas cutres en la disyuntiva de: "o chalet ahora, ó 2.000 pelas anuales", o séase 12 euros en el ocaso de nuestras vidas.