as ondas le dieron
experiencia. Cuando ya se había acostumbrado a los cascos, el micrófono y el lenguaje de
los gestos, salta a la televisión pública. Allí permanece dos años como director de
informativos, un tiempo salpicado de críticas y también de reconocimientos. Aunque la
audiencia le apoyó, el vivir continuamente con la sombra -encima de la cabeza- de la
manipulación informativa, es algo que incomoda a cualquier profesional. El pudo elegir y
el pasado año fichó por Antena-3 televisión donde entra por la puerta grande. Hoy
vuelve a dirigir informativos, pero esta vez en la cadena privada y además, presenta su
propio espacio de noticias.
-Para esta temporada todas las cadenas han apostado fuerte
por los informativos. ¿A qué obedece este cambio?
-No es nuevo, todas las temporadas se apuesta y fuerte por los informativos la diferencia
es que nunca se habia generado tanta espectación en torno a una cadena privada a la que
se toma como referencia.
-Como Director de Servicios Informativos se enfrenta a un
nuevo reto en una nueva cadena. ¿Quéda algo por reinventar en el terreno de los
informativos?
-Siempre se puede avanzar un poco en un modelo de informativos y la única forma de
conquistar al espectador es trabajando mucho y bien. Es lo único que a la larga da
resultados.
-De los temas que en estos momentos tiene encima de su mesa
-informativamente hablando-, cuál es el que más le preocupa?.
-La tregua de ETA. Cómo se desarrolla, quién la administra y cuanto nos puede costar la
paz definitiva.
-¿Cómo se puede vivir en medio de tanta crítica y seguir
trabajando paralelamente con cara de "aquí no pasa nada" -nos referimos a su
anterior etapa en TVE-. ¿Cómo se sale después de esa experiencia?
-Un profesional tiene una responsabilidad consigo mismo y con su equipo y lo
único que debe preocuparle de verdad es hacer bien su trabajo porque tiene un exámen
cada día, lo demás es ruido y una forma de interferir el trabajo como cualquier otra.